Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

El senador Guido Manini Ríos dijo en la entrevista que publicamos hoy que las Fuerzas Armadas han hecho autocrítica por su responsabilidad en violaciones de derechos humanos y que reconocieron esa responsabilidad “una y otra vez” desde la salida de la dictadura, por boca de sucesivos comandantes en jefe del Ejército (él incluido, cuando ocupaba ese cargo). Es una afirmación bastante discutible.

El primer 18 de mayo de Manini al frente del Ejército fue el de 2016, y en su discurso dijo que, históricamente, la fuerza ha acertado y se ha equivocado. Como ejemplos de equivocaciones, señaló el fusilamiento de quienes se habían rendido en el Paso de Quinteros en 1858, o en Paysandú en 1865, y el degüello de cientos de prisioneros tras la batalla del Sauce en 1870. A esto le agregó que el Ejército se equivoca “cuando trata indignamente a sus prisioneros, que al decir del singular general Pablo Galarza, son lo más sagrado que hay en una guerra”. Remató ese pasaje de su oratoria diciendo: “De sus aciertos y de sus errores la institución asume hoy sus responsabilidades”.

Fue una referencia vaga y escueta, que es difícil aceptar como equivalente a una autocrítica institucional por más de una década de terrorismo de Estado. Además, otras afirmaciones de Manini en los años siguientes no apuntaron, por cierto, en la misma dirección. En su discurso del 18 de mayo de 2018 sostuvo que “todos los gobiernos, desde el primero instalado en 1830 hasta el presente, han tenido en el Ejército la garantía imprescindible para la aplicación, en todo el territorio nacional, de lo establecido en nuestra Constitución y en nuestras leyes”.

Entre los dos discursos citados estuvo el del 18 de mayo de 2017, que no es recordado por nada vinculado directamente con la dictadura, sino porque Manini se permitió comentarios destemplados y sarcásticos sobre el proyecto de reforma del Servicio de Retiros y Pensiones de las Fuerzas Armadas, más conocido como “caja militar”.

En junio de ese año, durante una entrevista con Diamante FM, le preguntaron si las Fuerzas Armadas estaban dispuestas a pedir perdón y respondió: “Si hubiera alguien dispuesto a dar el perdón en serio y dar vuelta la página, yo pido perdón; si tengo la certeza de que ponemos punto final al tema, yo lo pido”. Es una forma peculiar de concebir el pedido de perdón: no por un sincero arrepentimiento, sino como parte de una transacción, y trasladando la responsabilidad principal a la víctima.

En la misma entrevista dijo, como ahora, que “en determinadas oportunidades” los militares habían “reconocido los errores del pasado”, pero añadió que a las personas auxiliadas por el Ejército tras las inundaciones les importaba “un comino lo que pasó hace 44 años”, en referencia al golpe de Estado. Como te dice una cosa, te dice la otra.

Hasta mañana.