Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Sigue la historia de los campos que explotan el coronel retirado Roque Moreira, su hija Irene y su yerno Guido Manini Ríos, con centro en si son o no colonos. El Instituto Nacional de Colonización (INC), después de revisar sus expedientes, insiste en que lo son y están en infracción.

Si el senador Manini no fuera el conductor de Cabildo Abierto, y su esposa no fuera dirigente del mismo partido y ministra de Vivienda y Ordenamiento Territorial, probablemente el foco de la atención estaría en responsabilidades históricas del INC. Si el excomandante hubiera encarado el asunto de otro modo, quizá el debate público habría sido menos estridente, pero los hechos son como son, y a esta altura es imposible quitarles su fuerte carga política.

Las tierras fueron adquiridas en 1970 por el INC, pero este decidió cinco años después, cuando ya estaba intervenido por la dictadura, venderlas porque no tenían características adecuadas para sus fines. Colonización tiene la obligación legal de analizar antes de comprar, y no se sabe qué ocurrió en este caso. Por otra parte, las 2.970 hectáreas no eran, obviamente, improductivas, dado que son explotadas hasta el día de hoy.

Una parte de esas hectáreas fue vendida a Roque Moreira, y el resto quedó luego en manos de su hija y de Manini, tras una compra para incorporarlas a la misma unidad productiva. Según el relato del coronel, la ministra y el senador, las tierras dejaron de tener relación alguna con el INC desde que este las vendió.

Sin embargo, para que eso ocurriera Colonización tenía que desafectarlas formalmente: sin esa decisión, los compradores son “colonos propietarios”, con obligaciones legales. Entre ellas, la de residir en el establecimiento, la de trabajar en él y la de requerir autorización del INC para operaciones de compraventa.

Parece claro que la desafectación nunca se produjo. Además, el coronel fue sometido a un tribunal de honor por la compra, y se consideró que había cometido una falta grave al convertirse en colono. Él dice que hubo intención de perjudicarlo injustamente, debido a problemas internos de la fuerza.

Por otra parte, Manini y los Moreira señalan que el INC no se interesó en las tierras durante décadas, hasta que realizó una inspección en 2021. El senador afirma que esta fue parte de una maniobra para desprestigiarlo ideada por Andrés Berterreche, integrante frenteamplista del directorio de Colonización, luego de que se cuestionó el voto de Manini a la parte de la ley de urgente consideración que redujo las obligaciones de los colonos.

No hay por qué pensar que aquella inspección se realizó por casualidad, pero lo que hay que aclarar es por qué el INC, antes, se desentendió del asunto. Y, con o sin intenciones políticas, lo que más importa es la situación legal de las tierras y de quienes las explotan.

Manini pudo haber alegado que su suegro siempre creyó de buena fe que carecía de obligaciones ante Colonización, y que él no tenía por qué investigar el asunto. En cambio, afirma desde 2020 que en el INC se equivocan o mienten. Así, con independencia de que las tierras sean o no parte de sus legítimas propiedades, estas incluyen ahora un gran problema político.

Hasta el lunes.