Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

El extenso anteproyecto de reforma previsional divulgado el viernes por Presidencia empezó a ser analizado por partidos y organizaciones sociales, y desde el PIT-CNT y el Frente Amplio ya se plantean los primeros cuestionamientos. Algunos de ellos se refieren a propuestas que fueron destacadas desde el inicio por sus autores, y otros tienen que ver con aspectos que no habían sido difundidos inicialmente, descubiertos al estudiar los 307 artículos.

También hay un considerable número de dudas, así como críticas vinculadas con la ausencia en el anteproyecto de iniciativas que se consideran necesarias para mejorar el sistema actual por vías distintas de las elegidas.

El primer grupo de objeciones apunta sobre todo contra el aumento de la edad mínima de retiro, mediante una prolongada transición que desembocaría en la necesidad de trabajar más años, con el agregado de que el cálculo de los haberes jubilatorios se realizaría a partir del promedio de los mejores 25 años de ingresos, o sea casi todos los 30 años mínimos de trabajo. Los autores del anteproyecto alegan que el eventual efecto de rebaja de las prestaciones sería revertido por la novedad de un “suplemento solidario”, pero el texto no vino acompañado por cálculos para demostrar esto (y tampoco por una exposición de motivos), de modo que quienes conocieron la iniciativa el viernes tienen que sacar sus propias cuentas, en este terreno y en varios otros.

Entre los cuestionamientos por aspectos que no fueron destacados en las primeras comunicaciones oficialistas están los vinculados con las administradoras de fondos de ahorro previsional (AFAP), cuya existencia es rechazada por buena parte de la oposición social y política. El anteproyecto no sólo propone mantenerlas, como cabía esperar, sino que además establece que la obligación de aportar a estas empresas se extienda a todos los trabajadores, sean cuales fueren sus remuneraciones, y resultaría muy útil para el debate que se conocieran los motivos manejados para plantear este cambio.

Uno de los temas sobre los que persisten dudas importantes es la anunciada “convergencia” de los actuales regímenes separados para militares, policías, bancarios, escribanos y otros profesionales universitarios hacia un sistema único. De una primera lectura surge que se mantendrían diferencias, pero Presidencia no presentó un resumen al respecto, y para identificarlas con precisión hace falta un análisis detallado aún en curso.

Esto determina que quienes consideran acertada la idea general de una convergencia no se hayan adelantado a apoyar la forma en que se propone, y por otro lado es previsible que en los sectores afectados por el cambio surjan resistencias cuando pasen en limpio qué se plantea para ellos.

Por último, ya se señala que la solución ideada para mejorar el equilibrio financiero a mediano plazo del sistema está centrada en la disminución del total de egresos, sin agregar fuentes de ingresos distintas de los aportes de los trabajadores y los de los patrones (ya reducidos por muy diversas exoneraciones). Entre ellas, por ejemplo, un mayor control de la evasión y gravámenes adicionales a los tan mentados “malla oro”.

Hasta mañana.