Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

En el mundo de las caricaturas y la grieta, la derecha sostiene que el Frente Amplio (FA) y el PIT-CNT son dos fachadas del mismo “FAPIT”, que tiene una sola estrategia y una sola conducción. La realidad es más compleja, y esto queda en evidencia con los debates en curso, dentro de ambas presuntas partes, acerca de la iniciativa de impulsar un plebiscito de reforma constitucional sobre seguridad social, para que se realice en forma simultánea con las elecciones nacionales del año que viene.

Antes que nada, es preciso destacar un dato que cuestiona la racionalidad de estas discusiones: ya hubo pronunciamientos públicos a favor y en contra de una propuesta que no se ha definido.

En el marco del PIT-CNT hay partidarios de recolectar firmas para plebiscitar un texto, aún inexistente, que elimine las administradoras de fondos de ahorro previsional (AFAP), fije la edad mínima de retiro en 60 años y –esto es lo menos claro hasta ahora– establezca algún mecanismo para garantizar que mejoren las pasividades más bajas.

Esta posición no es la única en la central sindical: también están quienes se inclinan por una reforma constitucional que se limite a derogar la ley aprobada este año por el oficialismo, y quienes no comparten la idea de promover un plebiscito, sino que prefieren apostar a que el próximo cambio de gobierno abra paso a la aprobación de una nueva ley.

Dentro del FA se plantea el mismo abanico de opciones, que ha tendido a simplificarse en la alternativa de impulsar o no un plebiscito, y la relación de fuerzas es distinta en el PIT-CNT y la fuerza política.

Ayer el Plenario Nacional del Movimiento de Participación Popular (MPP) declaró que sería inconveniente el intento de revertir la ley aprobada mediante una reforma constitucional, y que el mejor camino es que el FA gane las elecciones e impulse un amplio diálogo social y político sobre seguridad social, con miras a la aprobación de una nueva ley en la materia. Poco después, el senador comunista Óscar Andrade tuiteó que “el movimiento sindical está al borde de tomar la decisión de activar un mecanismo de democracia directa para defenderse del ajuste que implicó la reforma jubilatoria”, que “parece haber una clara mayoría de gremios en esa dirección”, que “es una iniciativa compleja, pero justa”, y que quienes la impulsan “no van a estar solos”, pese a que ni su partido ni el FA han tomado una resolución.

Parece bastante obvio que esta cuestión se mezcla con la puja por la candidatura frenteamplista a la presidencia y con visiones distintas sobre cuál debe ser la estrategia electoral del FA. El PCU apoya la precandidatura de Carolina Cosse y el MPP la de Yamandú Orsi; la primera representa una propuesta de acumulación más polarizadora en la relación con el actual oficialismo, y el segundo busca sumar el apoyo de electores moderados con posiciones de menor confrontación.

En este sentido, tiene lógica que el MPP quiera evitar que una campaña electoral determinada en gran parte por el eventual plebiscito active, por ejemplo, temores y rechazos entre las personas cuyos aportes jubilatorios de muchos años están en manos de las AFAP.

Hasta mañana.