El colectivo Radio Vilardevoz dio un paso más. Recientemente todos los que hacen el proyecto posible –profesionales de la psicología, estudiantes de la profesión de la Universidad de la República y los propios integrantes del colectivo que hacen el programa– escribieron su primer manual de autogestión.

El documento resume la trayectoria colectiva que hizo posible la existencia del grupo de extensión, que ya lleva unos 12 años en actividad. En más de 50 páginas hay diversos materiales que proponen pensar distintas temáticas por las que la radio milita desde sus inicios, entre ellas, la desmanicomialización.

Cecilia Baroni, psicóloga, integrante del Frente Antimanicomial y de Radio Vilardevoz y una de las nueve autoras del manual, contó en diálogo con la diaria que uno de los principales objetivos del texto, luego de más de una década de funcionamiento, es que la radio tenga su propio marco teórico y que sea “una herramienta” para todos los colectivos que “muchas veces preguntan” cómo es posible sostenerse “sin un presupuesto específico”, más allá de ayudas puntuales. “Uno de los beneficios” de la radio es que cuenta con un amplio grupo de estudiantes y profesionales de la psicología que “contienen” diversas situaciones, entre ellas, los conflictos que surgen, explicó Baroni.

A la hora de escribir, el foco “estuvo puesto” en el trabajo en equipo, la autogestión y la participación. “No es fácil generar procesos en los cuales la gente se comprometa y aguante”, sobre todo cuando no hay sueldos establecidos, consideró la psicóloga. En la escritura también se buscó establecer un formato colectivo, de hecho, el manual se creó en un documento colaborativo en el que todos hicieron aportes.

A su vez, el manual busca “adaptarse a la época en la que vivimos”. Según Baroni, esto es algo positivo y demuestra que la universidad debe producir documentos para la sociedad actual, que además sean cercanos y entendibles. Por esto, la primera línea del texto incluye la “e” como símbolo de inclusión. “Esta publicación surge de la necesidad de plasmar cómo hace un colectivo loque”, se lee en la primera página.

En cuanto a los espacios de participación, Baroni dijo que el manual intenta mostrar lo que aplica Vilardevoz en su proyecto: “Aportar desde la diferencia” y abrir espacios. Explicó que, en general, las personas que padecen problemas de salud mental “se sienten excluidas e invisibilizadas”, y para Baroni, si bien esto “muchas veces” se entiende en el discurso, en la práctica aún está muy instalada la idea de “alejar o encerrar” a la persona.

También explicó que se intentó plasmar que es posible llevar adelante el proyecto “con mucha ilusión”, pero también “con desafíos”. A modo de ejemplo, señaló que a veces sucede que “las mismas personas que se han sentido excluidas, por un sentido natural, también excluyen”, y eso es algo que están trabajando con los integrantes del colectivo. Asimismo, Baroni contó que habrá pasantías para “recibir a otros que estuvieron como nosotros o peor”, algo que es parte de la construcción de “espacios amigables con la locura”.

El camino de Vilardevoz

“¿Qué se necesita abrir para que el encierro no sea una alternativa? ¿Cómo generar espacios que alojen las diferentes formas de ser y estar sin exclusiones? ¿Qué características deben tener?”. Estas son algunas de las preguntas que se plantean en el manual quienes se encuentran “en la búsqueda de alternativas a abordajes y formas de existencia de la locura que no sean encerrar, ocultar, invisibilizar”.

Sobre la forma en la que funciona el colectivo, en el manual se explica que se trata de técnicos y participantes que “no reciben remuneración para desarrollar las distintas tareas y actividades realizadas en nuestro colectivo”, por lo tanto, asumen sus tareas y responsabilidades desde su compromiso “por la lucha por los derechos de las personas con padecimientos” mentales.

En este sentido, el colectivo explica que “se hace necesario” sostener el proyecto a través de diferentes fuentes de financiamiento, como donaciones y proyectos concursables. Asimismo, el colectivo tiene un club de socios que funciona desde 2016, a través del cual personas e instituciones públicas y privadas pueden colaborar económicamente con el proyecto a través de donaciones. Una parte del valor recaudado va para el fondo común del proyecto y otra se destina a los participantes de Vilardevoz que trabajan en el club como cobradores. A su vez, la radio tiene espónsores que “colaboran” con donaciones, cuyo monto varía según el número de menciones en la trasmisión radial.

El manual también se refiere a la situación del hospital Vilardebó y se afirma que “el manicomio actual”, con el estado de abandono “tanto a nivel edilicio como a nivel de las propuestas” para las personas internadas, “sigue doliendo”. Es “muy difícil” quedar ajeno a esto y centrarse en ir en búsqueda de “una cura” o de un poco de alivio ante el sufrimiento psíquico, se agrega en el manual.

Al respecto, Baroni señaló que el colectivo visibiliza “que se están haciendo cosas para que los manicomios y los lugares asilares cierren”. A su entender, a veces se supone que a partir de la Ley de Salud Mental 19.529 no se está “haciendo nada”, algo que no comparte. En ese proceso, desde el seno del manicomio, Vilardevoz “mantiene y alimenta la convicción” de que lo que hay que desarticular “no es el manicomio, sino las formas civilizadas de exclusión para construir formas de relacionarnos donde todxs tengamos lugar”.

La creación de espacios

Por otra parte, en el manual también se hace un resumen del trabajo que hace Vilardevoz en distintos lugares de la ciudad, una acción que “se generó a partir de la salida del hospital por la pandemia” de covid-19. Los espacios –desde casas comunitarias hasta ámbitos culturales– “se han ido gestando desde la postura de desmanicomializar”. Estas iniciativas han sido posibles gracias al trabajo del colectivo y la concreción de proyectos con actores institucionales, como la Facultad de Psicología, la Intendencia de Montevideo y el Ministerio de Desarrollo Social.

Estos proyectos “han generado una expansión del trabajo” y alcance de Vilardevoz en los últimos dos años, que pasó de gestionar un espacio dentro del hospital Vilardebó a gestionar la “sede de la locura” –el espacio desde donde transmite la radio, en Ciudad Vieja–, una casa comunitaria y un espacio cultural denominado La Nave de lxs Locxs, ambos ubicados en el Centro.

En el manual se sostiene que el sistema de salud en Uruguay, “a pesar de promover un modelo de atención comunitaria en la Ley de Salud Mental, “sigue llevando adelante prácticas que recaen sobre los locxs pobres”, a través de controles, consultas, múltiples modificaciones de diagnósticos a lo largo de la vida y evaluaciones de los procesos en términos de “adherencia o no al tratamiento”. Este abordaje, se agrega, despoja “al usuarix de toda capacidad crítica para cuestionar, opinar y transmitir las necesidades que tiene como persona”.

Presentación

El manual se presentará el 9 de abril a las 18.30 en el espacio cultural del colectivo, ubicado en Germán Barbato 1478, y la instancia será abierta para todo público.