Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
La Cámara de Representantes aprobó ayer el proyecto que impone los procedimientos de concurso o sorteo para ingresos y ascensos en los gobiernos departamentales. El Partido Nacional (PN) se opuso cuanto pudo a la iniciativa, pero al final tomó la insólita decisión de votar solamente “en general” un texto con apenas dos breves artículos, que suman 1.024 caracteres, y algunos legisladores nacionalistas manifestaron su intención de levantar la mano para aprobar ambos.
Antes de eso, el PN manejó un proyecto alternativo que simulaba ser semejante, pero no atacaba el fondo de la cuestión y más bien dejaba todo como está. También echó a correr desde el Parlamento una interpretación engañosa de lo que se iba a votar, que ya estaba circulando en algunos departamentos.
Según afirmó el diputado nacionalista Rodrigo Goñi, la aprobación de la iniciativa iba a dejar en una situación de “gran incertidumbre jurídica” a “decenas de miles de personas” que ya están trabajando en intendencias. Esto no es cierto, ya que los dos artículos se refieren con claridad a los futuros ingresos y ascensos. Decir que afectan a funcionarios actuales sólo sirve para crear falsos temores.
Los argumentos ensayados desde el PN para postergar la aprobación quedaron muy desmerecidos, por la simple razón de que no se trataba de un proyecto nuevo, sino del presentado en el período anterior por el senador colorado Adrián Peña, que ya se discutió mucho y no logró la mayoría necesaria debido a la oposición en bloque del nacionalismo. A su vez, el contenido de aquella iniciativa de Peña (la última que defendió en el Parlamento antes de fallecer el año pasado) era sustancialmente similar al de otros presentados antes, sin éxito, por el Frente Amplio.
Ya se discutió la presunta inconstitucionalidad del proyecto con el asesoramiento de expertos, que descartaron esa objeción. Obviamente, no han surgido desde el año pasado nuevos argumentos jurídicos ni nuevos especialistas.
El Congreso de Intendentes, donde los nacionalistas son mayoría, ya se expresó acerca del proyecto, con una notoria parsimonia que pareció orientada a demorar el trámite legislativo. Tampoco cabe esperar ahora novedades de esta institución: sus cambios de integración desde el año pasado se deben a la renuncia de titulares que procuran ser reelegidos el domingo de esta semana, y en ningún caso se puede suponer que la opinión de quienes ejercen suplencias aporte un enfoque distinto a tener en cuenta.
Se reiteraron los alegatos nacionalistas sobre la presunta necesidad de las designaciones directas para resolver en forma rápida y oportuna las necesidades populares. Más de un legislador pareció sostener que esta necesidad sólo es percibida desde el PN, y que los demás partidos aceptan la imposición de concursos o sorteos porque les falta sensibilidad.
Por supuesto, el proyecto sólo tiene hasta ahora lo que se suele llamar “media sanción”, y aún debe ser tratado en el Senado. Allí habrá que ver si la actitud adoptada ayer por el PN se mantiene o si fue sólo un gesto para reducir daños de imagen antes de las elecciones departamentales de este domingo.
Hasta mañana.