Desde sus orígenes en el Encuentro de Murga Joven hasta este presente que la tiene como una animadora habitual del concurso, para Metele Que Son Pasteles hay un recorrido de crecimiento y aprendizajes, de cambios y cuestionamientos. Pero lo que no se ha modificado es la esencia de cómo entiende la forma de concebir sus propuestas y de llegar al producto final atravesando determinadas etapas.

Un proceso colectivo que este año se acunó en el Sindicato de Trabajadores de Conaprole, y desde donde surgió “MQSP, Murga Sessions #19”. Un título de espectáculo que sugiere un sinfín de posibilidades y que se paró sobre una dinámica de los números para disparar hacia los distintos bloques de su repertorio.

En la cuerda de primas está Candela Rojas. Antes hincha de la murga, desde el año pasado sale en los Pasteles, mostrándose completamente adaptada y entusiasmada con el proyecto artístico. A medio maquillar y con algunas horas por transcurrir antes de subir por segunda vez al Teatro de Verano, la joven integrante del conjunto dialogó con la diaria sobre el carnaval que están viviendo.

Siempre hay una expectativa especial respecto de la propuesta de Metele Que Son Pasteles. ¿Cómo ha sido llevar el espectáculo a los barrios?

Lo vivimos con tremenda emoción a cada lugar donde llegamos, es el disfrute del grupo. Siempre hay un esperar “a ver qué van a hacer los Pasteles”. Estoy viviendo mi sueño. Creo que después del carnaval de 2020, que generó algo más grande, se espera más de la murga, por los textos y los temas que toca, sobre todo, pero nosotros no pensamos tanto en eso, de cómo lo van a recibir. Es un laburo profundo del grupo sobre el espectáculo de cada año, esperando que a la gente le guste.

¿Cómo es el proceso para alcanzar la convicción en el discurso?

Estamos convencidos de lo que decimos, porque todos laburamos por la murga. En la parte artística nos manejamos con comisiones. No voy a juzgar a otros conjuntos que laburan de forma diferente, pero es imposible no estar atravesados por el espectáculo, eso pienso yo: letras, puesta en escena, todo. Es como que hay ganas de salir a decir lo que uno piensa. En cuanto a la forma de laburo, siempre se presenta una propuesta hacia la murga de parte de los que integran las comisiones creativas. Ahí se da un ida y vuelta, se analiza lo que se está cantando. El espectáculo termina siendo un reflejo real de lo trabajado durante el año y de la perspectiva de cada uno.

No salimos a decir algo para el afuera, sino que va por lo que siente el grupo. Es un cúmulo de muchas cabezas, discusiones y debates internos de la murga. Es todo como un taller al principio. Primero de puesta, luego de la propuesta, que este año venía por el lado de los números. Y todo eso fueron insumos que tomó la comisión de letras para construir el discurso de la murga. Me acuerdo de preguntarnos: ¿cuál es tu número favorito y por qué? De esas cosas simples sale también conocer más al compañero y darle solidez al grupo.

¿Y qué tal viene la recepción de la gente?

Yo creo que bien, creo que tiene una buena llegada. Yo me dedico a mirar a la gente, me sirve para interpretar mejor. Me focalizo en una cara; si veo que no está conectada conmigo, que no hay expresión, busco otra persona. Trato de mirar a la que se ríe, a la que está como atenta. Que haya una retroalimentación es relindo. Siento que este es un carnaval diferente al del año pasado. Hay más tablados, más público. Al salir de la pandemia hay menos restricciones, podemos bajar a la platea. Noto que la gente está más eufórica. Hemos llegado a la una de la mañana a Las Duranas, por ejemplo, tarde porque veníamos atrasados, y estaba todo el tablado lleno un día de semana. Eso te hace sentir que vale la pena todo.


Candela integra la comisión de redes y festivales del conjunto, reafirmando el “trabajo cooperativo” como un concepto imprescindible, también por su experiencia en Murga Joven con La que Entona el Premolar, La Cane y Escardo, La Mar en Coche y La Sandía de la Torta, con la que ha ganado las últimas tres ediciones del encuentro. Arriba del escenario, sus participaciones en este carnaval son unas cuantas, y todas un acierto. Desde los remates como una alumna rebelde en el bloque de la reforma educativa hasta la hermosa canción final que interpreta junto al director Alejandro García, las emociones van de un extremo al otro en sólo 45 minutos.

“Primero que nada yo me considero una persona muy tímida. Y acá en la murga me han dado desde que llegué plena confianza. Me dan cosas para cantar, cosas para decir, que a mí me han desafiado un montón. Ya en Murga Joven, que salgo desde 2017, siempre fui la que proponían decir algo, y yo prefería no tener partes para hacer sola. Los Pasteles me han dado eso, posibilidades de crecimiento artístico, y me emociona. Me han puesto en un lugar que me gusta pila.

¿Qué reflexión hacés sobre el cuplé de la igualdad de género que realizan cerca del final del espectáculo?

Personalmente siento que es tal cual un reflejo del laburo de las personas que componemos murga. El cuplé refleja una charla con el colectivo, donde también hay constantes contradicciones. Al principio, yo decía: “Uy, ¡¿vamos a hablar de esto?!”. Hay cosas que no me siento cómoda de decir en grupo o de pararme desde un lugar que la tenemos re clara, y se fue construyendo. Estaba la idea, pero sin discusiones no se podía armar. El cuplé cambió un montón, pasaron meses hasta que terminó en lo que es, y para mí no podría haber quedado mejor. Tenía miedo de que se viera como que salíamos a dar una verdad sobre algo, porque en realidad no somos nadie, simplemente un colectivo que todo el tiempo se cuestiona y labura en eso. Terminó siendo como me pasa en mi cabeza: habito este espacio, aunque en realidad está lleno de contradicciones.

En el momento cuando estuvo la idea pensé: “¿Cómo hacerlo?”. Vos vas con el resultado terminado y tenía ese miedo de que no se entienda o se malinterprete. De hecho, yo soy muy crítica cuando miro otros espectáculos y hablan de determinadas cosas. Desde el lugar de mujer, feminista, de decir: “Prefiero que si vas a hablar así de un tema, mejor no lo hubieras hecho…".

Los gurises de letras venían con algo y se le fue buscando la vuelta. Creo que deja un mensaje sobre que hay que cuestionarse un poco las cosas, revisar las contradicciones, cada uno elegirá habitar qué espacio, desde qué lugar. Me gusta un montón como quedó y me siento bien cantándolo. Porque de hecho es eso, no canto nada que no me haga sentir cómoda o que no me sienta bien.

En resumen, estás satisfecha con la propuesta y en el lugar que querés estar.

Estoy pasando un carnaval precioso, porque a la vez muchos amigos que hice en el camino de Murga Joven están saliendo. Gente Grande, A la Bartola… personas con las que hacemos Murga Joven en el año. Eso hace un poco que cambie el disfrute que tiene el carnaval. Estamos todos viviendo un sueño. Desde ese lado, re contenta.