A fines de la década de 1970, la situación del país obligó al exilio a miles de personas y particularmente Australia fue uno de los destinos en donde coincidieron muchos uruguayos por aquellos años. Reunida en la zona oeste de Sídney, la comunidad oriental añoraba la cultura popular, por lo que entonaba candombes y murgas que acercaban su corazón a Uruguay. “En los asados cantábamos canciones de Araca la Cana, de La Soberana. Hasta que un día dijimos 'vamos a formar una murga'”, relata Ernesto Bocha Albistur, quien con 27 años en aquel entonces fue uno de los fundadores de la agrupación. Así nació La Bacana el 17 de noviembre de 1977.

La murga, que había venido a Uruguay dos veces en su historia, el lunes actuó en el Teatro de Verano, fuera de concurso. La primera vez por estas tierras había sido en 1986, y la segunda en 2003. En esas instancias surgió una gran amistad con José Gato Morgade, de La Reina de la Teja, quien hoy nuevamente les abrió puertas para su facilitar su llegada, y también escribió la mayor parte de su repertorio.

“La idea de volver nació en 2020 para venir en 2021, pero por la pandemia tuvimos que cancelar. El año pasado retomamos con fuerza y aquí estamos”, señala Albistur, quien asegura llevar “el carnaval en la sangre”, ya que su padre salió dos años en murgas antes de partir hacia el continente oceánico. Subraya además que el colectivo colabora desde siempre, a la distancia, con causas solidarias, la lucha de los familiares de presos políticos y el apoyo a merenderos infantiles.

Foto del artículo 'La Bacana, murga de uruguayos en Australia, cumplió “el sueño de subir al Teatro de Verano”'

Foto: Martín Varela Umpiérrez

Los integrantes de La Bacana llegaron desde Australia en los primeros días de enero. En esta ocasión fueron nueve los integrantes que podían viajar, por lo que el elenco de la murga se completó con viejos amigos de Montevideo y algún otro que se sumó puntualmente. Es el caso de Mario Luna, quien a los 60 años se sacó el gusto de cantar en una murga y hasta terminó interpretando los recitados intermedios, dada su experiencia como locutor y presentador.

Leonardo Acevedo es otro de los componentes. Hijo de padres uruguayos, tiene 37 años y trabaja en el rubro de las persianas metálicas. Mamó nuestra cultura viendo a su padre sobre el escenario en actuaciones de folclore, murga y candombe; después siguió “escuchando casetes y más adelante la radio, cuando empezaron a transmitir por internet. También alguna vez que vinimos de vacaciones iba a los tablados. Hoy estoy cumpliendo un sueño al subir al Teatro de Verano”.

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Foto: Martín Varela Umpiérrez

Néstor Acevedo es su tío. Él se fue con cinco años de Uruguay. “Ahora tengo 52 y fue gracias a mi hermano que me empezó a gustar el carnaval. Hay que mantener viva la cultura desde allá también”, apunta, y destaca la labor de Washington López y Antonio Larrañaga, otros dos uruguayos que están en Australia y que colaboraron con la letra.

En Sídney el grupo de La Bacana se junta dos o tres veces por semana en un club. El ensayo de la murga es una excusa. La idea es tener presente la tierra: “Se añora. Nosotros tuvimos que irnos, dejar todo atrás. No queríamos. Esta es una manera de llevarnos un poquito del país y mantenerlo vivo allá. Necesitamos esto; si no, es como quedamos fuera”.

El director escénico es el hijo de Néstor. Julián Acevedo, de 31 años, funcionario de un banco y con un nivel de español intermedio. Más allá de que Australia es su país natal, su afecto por Uruguay es muy fuerte “porque son las raíces, es mi sangre”.

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Foto: Martín Varela Umpiérrez

Conoció los sonidos de una murga en el auto de su padre desde muy chico. La vinculación con el género lo llevó a aprender y perfeccionarse: “Es de las cosas que más amo de mi vida. Paso viendo actuaciones por Youtube. Poder venir a Uruguay y hacer tablados, llegar a presentarnos en el Teatro de Verano es uno de los mejores momentos de mi vida”.

El lunes por la noche bajó La Bacana del Ramón Collazo. Abrió la etapa fuera de concurso, invitada por Daecpu. Lágrimas en los ojos de los componentes y sus familiares, que esperan con el abrazo al pie del escenario. “Uruguayo que te has ido, seguís aquí sin saber…”.