El viernes 15 de octubre, personal de la Prefectura argentina debió asistir a los tripulantes de una embarcación que naufragó frente a la ciudad de La Plata. Dos de los tripulantes se encontraban flotando en las aguas del Río de la Plata gracias a la utilización de chalecos salvavidas, aunque en estado de hipotermia, después de haber permanecido seis horas en esa situación. El otro ocupante del barco fue encontrado sin vida. A su lado flotaba un morral que contenía 37 kilos de cocaína; cada uno de los ladrillos llevaba una imagen impresa del narcotraficante mexicano Félix Gallardo, conocido como “El jefe de los jefes”.

La versión aportada por los sobrevivientes -dijeron que habían salido de pesca y que el naufragio había sido provocado por una tormenta- rápidamente cayó por tierra, y fueron detenidos por el personal de seguridad. Uno de los sobrevivientes es Ignacio Pardo, también conocido como Naco Goldfinger, exsaxofonista de Los Fabulosos Cadillacs, con varios antecedentes penales.

Si bien no se conocen mayores detalles de la investigación, las autoridades argentinas presumen que Pardo y las demás personas se habían embarcado esa noche para trasladar la cocaína hasta las costas uruguayas.

En diálogo con la diaria, el jefe de Policía de Colonia, Johnny Diego, aclaró que no está al tanto de los detalles de la operación que derivaron en la detención de Pardo y del restante ocupante de la embarcación, aunque dijo que “es posible” que se trasladen drogas y otro tipo de mercancías de forma ilegal hasta Uruguay a través del Río de la Plata. “Cruzar por las fronteras fluviales es muy fácil, sobre todo más hacia el litoral norte, donde basta un botecito a remos para cruzar el río, porque las distancias son muy cortas”, señaló.

La Prefectura Nacional Naval es la encargada de vigilar lo que acontece en las aguas jurisdiccionales uruguayas y en los diferentes puertos, pero existe coordinación con la Policía en diferentes situaciones, explicó Diego. Desde que está al frente de la Jefatura de Policía de Colonia, hace un año y medio aproximadamente, Diego participó en un procedimiento “con una embarcación que traía contrabando de mercadería, pero no hemos tenido ninguno vinculado con drogas que ingresen por el río”, recordó. “No digo que no se dé, porque es factible que la droga que no ingresa por la vía aérea al país ingrese por el río, pero es algo que todavía no ha pasado en estos 18 meses que estoy en jefatura”, aclaró.

El jefe de Policía de Colonia reconoció que resulta “muy difícil y costoso atender los pasos de fronteras, ya sea terrestres o fluviales, porque se necesita mucha tecnología y personal para hacerlo, y la mayor preocupación de la Jefatura de policía es atender los problemas de seguridad que vive la población local”. “A nivel de trabajo policial una frontera tan grande implica una gran dificultad en el sentido de que no existen los medios para hacer un efectivo control, porque se necesitarían medios y personal que se dedicaran solo a eso, mientras que la preocupación primaria de la Policía es la seguridad de la población”, indicó.

Bocas locales

Las bocas de venta de drogas que fueron desbaratadas por la Policía coloniense el último tiempo fueron abastecidas desde Montevideo. “Con total certeza puedo decir que más de 90% de la droga que circula en el departamento de Colonia llega desde Montevideo, porque estamos muy cerca, menos de 200 kilómetros, y con varias vías de acceso a las diferentes localidades”, explicó Diego.

El jefe de Policía agregó que el negocio de la venta ilegal de drogas ha provocado el traslado de personas que se dedican a esa actividad desde la capital del país a tierras colonienses. “Hay una migración de personas correteadas de Montevideo que tienen experiencias en esas actividades y llegan con la idea de replicarlo en nuestras localidades”, porque “la gente que se dedica al negocio de la droga piensa que en el interior todo es más facil de vulnerar”, dijo Diego.

Aseguró que la Jefatura de Policía de Colonia cuenta con un “muy buen equipo de trabajo”. “Desbaratar este tipo de organizaciones no es de un día para otro, porque se necesitan pruebas, y cuando termina el trabajo de cerrar una boca, arrancan inmediatamente las tareas para cerrar otra. Es muy intenso el trabajo, no hay tiempo para el respiro. Y eso ocurre en todo el departamento de Colonia”, expresó.

Para Diego, en el departamento de Colonia hay dos factores que ayudan a la Policía a combatir el desarrollo de ciertas modalidades delictivas. Por un lado, “la Policía de Colonia, a partir de la experiencia que tiene en el trabajo con los turistas, está muy atenta a diferentes tipos de movidas que realizan las personas que llegan hasta el departamento”.

En segundo lugar, según dijo, hay un “control social por parte de los habitantes de las diferentes localidades del departamento, que también colaboran con la labor policial, porque siempre está proporcionando información que es analizada y utilizada en la medida en que nos sirva, para que esto no se convierta en tierra de nadie”.