Un equipo de docentes que integran la filial Colonia del Sacramento de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes) acaba de publicar la investigación “La labor docente en cuarentena. Condiciones de trabajo en la virtualidad”. La pesquisa fue desarrollada entre docentes de los liceos 1 y 2 de Colonia del Sacramento, y estuvo a cargo de los profesores María Eugenia Durquet, Paula Echeverría, Gabriel Geninazzi y Rafael Urriza.

“Desarrollamos esta investigación descriptiva bajo el paradigma sociocrítico mediante una encuesta participativa que se hizo a los propios trabajadores que sufrieron el trabajo a distancia en el año 2020. Es un trabajo transversal, que aborda varias áreas vinculadas a la labor docente”, explicó Urriza a la diaria. Destacó que se trata “del primer trabajo aplicado no solo en Uruguay sino también en Latinoamérica que describe la realidad de un sector laboral”.

A la hora de formular esta investigación, los docentes expresaron la hipótesis de que la suspensión de clases presenciales en el 2020 “generó cambios en los factores y condiciones de trabajo, provocando una sobrecarga global de trabajo afectando la salud de los trabajadores”.

El equipo propuso investigar las modificaciones en las condiciones de trabajo de los docentes mientras desarrollan su trabajo a distancia; evaluar las condiciones materiales que tenían para realizar el trabajo a distancia; conocer las afecciones de salud sufrida en el contexto de la virtualidad, y “determinar” si la labor docente a distancia trajo aparejada un aumento “de horas de trabajo ad honorem”.

Los resultados

El equipo de investigación considera que para establecer “el vínculo con los estudiantes por medio de plataformas virtuales por vía de excepcionalidad”, no se tuvo en cuenta que “para desarrollar el trabajo a distancia los trabajadores debían disponer de los recursos necesarios para hacerlo”.

En ese sentido, de la población entrevistada el 53% mencionó “que contaban con dispositivos CEIBAL en condiciones óptimas para desempeñar la tarea docente, pero un alto porcentaje tuvo que utilizar sus dispositivos personales, ocasionando desgaste de los mismos”.

Además, una “gran parte” de los docentes no contaban con “la infraestructura adecuada” (escritorio, silla ergonómica, un espacio exclusivo para el trabajo) y debió compartir los recursos con los integrantes del núcleo familiar.

El trabajo a distancia implicó “costos adicionales” para los docentes, ya que debieron hacer frente a la compra de insumos y conexión a internet, “una herramienta esencial para el trabajo”, siendo que el 21% de los docentes contaba con internet prepaga limitada.

A partir del análisis y cruzamientos de datos de las dimensiones físicas, factores ergonómicos y recursos materiales, también se estableció que “el escaso 2% de los docentes cuentan con medio ambiente de trabajo y recursos materiales adecuados”.

Al momento de analizar “las principales afecciones sufridas” por los docentes como consecuencia del trabajo a distancia, señalaron que “muchas de ellas” guardan relación con factores psicosociales y ergonómicos. “Si se tiene en cuenta que solo el 5% de los docentes manifiestan no haber sufrido ninguna afección psicológica, el 3% ninguna física y el 3% no tuvo nada, puede inferirse que la mayoría tuvo al menos una afección física y psicológica”, señalan. También relevaron que un 84% de los entrevistados “sufrió al menos la mitad de las afecciones psicológicas mencionadas en el cuestionario” y que el 93% “sufrió tres o más afecciones físicas causadas por factores ergonómicos”.

La falta de experiencia en el trabajo a distancia y en la utilización de las plataformas virtuales, la ausencia de instrucciones precisas sobre cómo llevar adelante la labor, aparecen entre los factores psicosociales más mencionados por los entrevistados. “Todo lo anteriormente mencionado pudo desencadenar en lo que algunos autores definen como tecnoestrés, trastorno que se puede agudizar hasta alcanzar el síndrome de burnout”, observaron los investigadores.

En relación a las afecciones fisiológicas el equipo que realizó la investigación infirió “que la falta de insumos y medio ambiente adecuados” provocaron “un deterioro en la salud”, sufriendo “dolores en espalda, cabeza, cervicales, en la vista, entre otros”.

Al momento de analizar el trabajo adicional que implicó para los docentes el desarrollo de labor a distancia, el 71% de los entrevistados manifestó que “debió dedicar más horas de trabajo de las que disponían” para cumplir con su labor, “lo que representó una sobrecarga de trabajo, el cual no fue remunerado”. “Permanece la tendencia” entre los docentes “a destinar más horas de las remuneradas para realizar su trabajo, con la particularidad que en esta ocasión los trabajadores debieron afrontar económicamente la falta de insumos necesarios para realizar su trabajo adecuadamente”, lo cual provocó “una precarización laboral y salarial”.

La investigación concluye que “esta realidad vivenciada” por los profesores liceales de Colonia del Sacramento “deja ver como el modelo de trabajo a distancia y el solucionismo que brinda el mercado de la educación repercute negativamente en la salud de los trabajadores, agudizando la flexibilización y la precarización del trabajo docente”