Bajo una lluvia que persiste, Colonia trata de sobreponerse al temporal más trágico de los últimos años

Cerca de las 4.00 del domingo 17 de diciembre, un rabioso y poderoso viento, acompañado de fuertes lluvias, despertó a los habitantes del departamento de Colonia, que, poco rato después, comenzaron a descubrir las terribles consecuencias que había dejado ese fenómeno climático.

El temporal de viento, que llegó a superar los 160 kilómetros por hora, provocó destrozos en varias localidades colonienses, como voladuras de techos, caídas de árboles sobre vehículos y viviendas. Y lo más terrible: la muerte de dos personas. Un caso ocurrió en el campamento Artigas, en el balneario Santa Regina, cerca del límite con el departamento de San José. En ese lugar, un árbol cayó sobre una cabaña en la que se encontraban durmiendo niños en edad escolar y causó la muerte de uno de ellos, de ocho años de edad.

El restante hecho fatídico ocurrió sobre el kilómetro 129,5 de la ruta 1, a la altura del radial de Rosario, donde dos motos colisionaron contra un árbol que había caído sobre la carretera, causando la muerte de un joven de 20 años, las otras dos personas que viajaban en el otro vehículo no sufrieron lesiones de gravedad.

En la tarde del domingo 17, el Centro Coordinador de Emergencias Departamental de Colonia (Cecoed) presentó un informe acerca de lo que había acontecido en el temporal en ese departamento. Presidido por el intendente coloniense Carlos Moreira (Partido Nacional), y con la presencia del director del Sistema Nacional de Emergencia (Sinae), Santiago Caramés, el informe del Cecoed establece que durante el domingo más de 40.000 clientes de UTE se vieron afectados por el temporal, logrando restablecer el servicio a casi 30.000 usuarios. Además, la Jefatura de Policía de Colonia informó que el servicio telefónico 911 registró 189 pedidos de ayuda, logrando responder casi en su totalidad.

En tanto, Caramés expresó que Colonia “ha sido el departamento más afectado del país por el suceso de este domingo, dada las lamentables pérdidas humanas que se registraron”. El director del Sinae agregó que “estos fenómenos pueden repetirse en los próximos meses”, y solicitó a la ciudadanía que “estén atentos a las alertas y advertencias pertinentes”.

En tanto, en diálogo con la diaria, el director de Higiene de la comuna, Luis Garat, dijo que “ha sido un domingo muy triste por todo lo sucedido”. El funcionario agregó que las lluvias que aún continúan sobre el departamento “enlentecen todos los trabajos, pero de igual manera seguimos en la medida que se pueda”.

Costa del Inmigrante muy golpeada

Calles cortadas por grandes árboles que cruzan de un lado a otro. Ramas, hojas y piñas ensucian los caminos. Columnas y cables caen sobre casas de balneario que se aprontan para una nueva temporada estival. Recorrer la Costa del Inmigrante luego de lo sucedido en la madrugada del domingo resulta una experiencia triste y peligrosa. La franja de unos 15 kilómetros de costa sobre la zona este del departamento de Colonia ha sido golpeada de gran manera por el temporal.

Sobre la rambla del balneario Fomento se encuentra la oficina del Rotary Club de la Costa del Inmigrante. Su presidente, Silvio Mussini, carga carpetas y mobiliario a su auto, mientras un compañero suyo traslada pedazos de cielorrasos que pertenecían a la sala de reuniones del club hasta el contenedor de basura. En efecto, un añejo pino cayó sobre un sector de la oficina y rompió toda la estructura y el viento levantó y desprendió todo el techo y el cielorraso. “Hace poco tiempo habíamos renovado la oficina. Teníamos un sobre techo de chapa por encima de un techo reciclado y además el cielorraso de Pvc”, cuenta Mussini a la diaria. “Cuando vinimos y vimos esto no podíamos creer”, dice, y agrega que “la fuerza del viento fue brutal. Ni el servicio de alarma, internet, ni telefónico, se salvaron”. El mobiliario que se recuperó “lo trasladamos hacia el Club Britópolis, hasta que podamos refaccionar este lugar”, explicó.

Según Mussini, “la esencia” del Rotary “es movilizar a la sociedad con beneficios y ayudas, y creo que esto moviliza y hará que entre todos nos ayudemos”. “La idea es poder colocar un techo de isopanel para que cuanto antes estemos aquí nuevamente”, afirmó.

Unos kilómetros más al este, se encuentra el balneario Los Pinos. Allí, grandes árboles separan la costa de las casas, que durante el verano, vecinos y visitantes que que descansan en el lugar disfrutan de la sombra y el fresco que llega desde el Río de la Plata. “Este año no habrá sombra”, dice un vecino mientras camina observando el desastre de ramas y árboles que caen en sobre la calle que hace de rambla.

Una mujer con dos niños barren el basural de hojas y ramas que un gran árbol dejó en el alero de su casa. Un gigante pino descansa sobre el techo del hogar de su vecino. “El destino quiso que se apoyara despacio y no destruya nada de la casa”, cuenta un hombre que desde horas de la mañana ayuda con su motosierra a limpiar y sacar grandes ramas de los árboles.

A unos 100 metros, un gran eucalipto colorado se apoya sobre el pretil de otra casa, rompiendo cables y columnas de luz. Una familia, apoyada con un vehículo y un chinchorro, apronta la motosierra para comenzar a hacer leña del árbol caído, y de esa manera “ayudamos a limpiar y nos llevamos algo para poder vender dentro de un tiempo cuando se seque”.

Otras localidades y sus consecuencias por el temporal

“La mano está complicada y acá no le estamos robando a nadie, al contrario, estamos ayudando a limpiar”, dicen unos montaraces que afilan sus motosierras sobre el arroyo Colla, en Rosario. El transcurrir de ese arroyo es acompañado por una extensa zona verde comprendida por grandes eucaliptos que dan mucha sombra, pero que luego de este temporal, descansan de forma horizontal, por lo cual “aprovechamos para llevarnos unos palos para nuestras casas”.

En Juan Lacaze, el puerto de la ciudad amaneció con algún yate de menor porte encallado sobre la costa, debido a los grandes vientos que hicieron que se desprendiera de su lugar de amarre, al igual que algún bote pesquero.

Más al oeste del departamento, el boscoso balneario Santa Ana sufrió la caída de decenas de árboles y corte de luz en casi toda su extensión. Colonia del Sacramento se vio afectada con caídas de añosos árboles en varios barrios de esa ciudad, así como también roturas y desperfectos en redes de saneamiento que causó inconvenientes en múltiples viviendas.

Es lunes 18, las fuertes lluvias siguen arreciando sobre el departamento de Colonia. Los vecinos miran hacia el cielo, y piden una tregua.