Este sábado 20 de mayo habrá varias movilizaciones en el departamento de Colonia en el marco de la conmemoración de la Marcha del Silencio, convocada como cada año por Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos y por diferentes organizaciones sociales locales.

En Colonia del Sacramento se marchará a partir de las 17.30 desde la placa de Aldo Chiquito Perrini, ubicada en las calles Baltasar Brum y José Morán, hasta la explanada de la Intendencia de Colonia. La organización está a cargo del centro de estudiantes del Centro Regional de Profesores de Colonia de Sacramento.

En Carmelo, la concentración será a las 18.30 en el puente giratorio. Los participantes se movilizarán por la calle 19 de abril hasta el busto de Aldo Chiquito Perrini. Al finalizar, se leerá una proclama y los nombres de los 197 detenidos y desaparecidos.

En Juan Lacaze, el Colectivo Derechos Humanos realizará su novena Marcha del Silencio. La convocatoria será el sábado a las 18.30 en la intersección de las calles Dr. Hugo Dermit y 18 de Julio. El recorrido finalizará en esquina del Juzgado de Paz.

En Nueva Helvecia, la movilización es a las 20.00 desde el busto de José Artigas hasta el monumento a Nibia Sabalsagaray.

En Rosario, el Colectivo Marcha del Silencio Rosario, convoca a las 19.00 para marchar desde las letras corpóreas identificatorias de la localidad, hasta la plaza Benito Herosa, donde se leerá la proclama.

En Nueva Palmira, la concentración será en la plaza de los ratoncitos a las 19.00.

En Tarariras, la concentración será a las 19.30 en la plaza Joaquín Suárez y se marchará hasta el Juzgado de Paz.

Los casos del departamento de Colonia

Los años de represión en el departamento de Colonia dejaron un saldo de cuatro personas desaparecidas, cinco muertes en prisión, decenas de personas encarceladas y centenares en el exilio.

La población de Juan Lacaze fue quizás una de las más castigadas por la represión durante la dictadura. Decenas de estudiantes y trabajadores fueron detenidos. Cientos debieron marchar al exilio y varios fueron asesinados en operativos represivos en Uruguay y en Argentina. Al menos tres militantes murieron de modo dudoso en las cárceles, y tres personas continúan desaparecidas.

Los sabaleros Hugo Dermit, Juan Nito Pino y Mirtho Perdomo, murieron en las cárcel durante la dictadura. En los primeros dos casos, la Justicia Militar señaló que se habían “suicidado”. Perdomo, según los expedientes judiciales, habría muerto por falta de atención médica.

Otras personas fueron desparecidas en Argentina: Valentín Laneri, Carlos Guaz y Walner Bentancour Garín. Carlos Mar y Rolando Morales Itza, también trabajadores textiles, fueron asesinados en Buenos Aires.

En Nueva Helvecia, la joven profesora de Literatura, Nibia Sabalsagaray, fue detenida la madrugada del 29 de junio de 1974 en Montevideo, donde residía. Luego fue conducida a dependencias militares y falleció a las pocas horas producto de las torturas.

El recordado docente Omar Moreira -fallecido en 2017-, profesor y amigo de Sabalsagaray, describió el significado que tuvo la muerte de la joven para su comunidad de origen: “El cuerpo de Nibia apareció y pudo hacerse el duelo, y golpeó tan fuerte, que la gente de la ciudad que no estaba tan convencida de lo que estaba pasando pudo sentir el horror de la dictadura”. Julio Escudero, militante bancario oriundo de la ciudad helvética, fue detenido en octubre de 1976, en Montevideo. El cuerpo de Escudero sigue sin aparecer.

Rutilio Betancour nació en Rosario el 12 de julio de 1950. Muy joven partió rumbo a Montevideo y se incorporó al MLN-Tupamaros. En 1969 fue detenido por las fuerzas conjuntas.

En 1972, Betancour abandonó el país y partió rumbo a Chile. Dos años más tarde, fue fusilado por militares en la provincia argentina de Catamarca, a pesar de que, al igual que varios de sus compañeros, había obedecido la voz de alto y entregado su arma.

La detención y el fusilamiento de Betancour y de otros 15 jóvenes más, efectuado el 12 de agosto de 1974, es conocido como “la masacre de la Capilla del Rosario”. Los restos del joven rosarino permanecieron desaparecidos durante 32 años. En 2006 el análisis comparativo de ADN que se realizó entre los restos hallados en Catamarca y la muestra de sangre de la madre de Bentacour (fallecida en junio de ese año) arrojó el resultado de que uno de esos cuerpos era del joven pichonero.

El caso de Aldo Chiquito Perrini se transformó en una bandera que unió de modo silencioso a Carmelo durante varias décadas. Sin contar con un frondoso accionar político, el reconocido heladero de la ciudad fue detenido en Carmelo el 26 de febrero de 1974 y conducido hacia el batallón de Colonia. Allí fue golpeado de modo salvaje, al querer defender a una joven que estaba siendo abusada por los soldados.