El 11 de julio el frigorífico Rondatel de Rosario canceló sus actividades, dejando a 250 personas sin empleo. En esta oportunidad, el motivo del cierre de esa unidad productiva responde a razones financieras y problemas a la hora de comprar ganado, según explicaron los propietarios de ese establecimiento a trabajadores y a distintos actores políticos.

Tras el cierre de esta empresa, el gobierno, por medio del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, anunció que implementaría el seguro de paro parcial para esos trabajadores, así como para empleados de otras plantas frigoríficas que en las últimas semanas cerraron temporalmente por falta de ganado. Sin embargo, el Poder Ejecutivo aún no concretó la iniciativa.

En efecto, el presidente de la Federación de Obreros de la Industria de la Carne y Afines, Martín Cardozo, explicó a la diaria que “el trámite está trancado en el Ministerio de Economía”, por lo cual no ha terminado de concretarse como un proyecto de ley especial que debería ser aprobado por el Parlamento. “Más de 200 trabajadores de Rosario se encuentran sin actividad laboral y sin la cobertura del seguro de paro, situación que podría considerarse como despido indirecto”, agregó.

En la misma situación se encuentran los funcionarios del frigorífico Lorsinal, en el departamento de Canelones, que también pertenece a ese grupo empresarial de origen chino. “La empresa debe varios millones de dólares a organismos y a los consignatarios de ganado”, lo cual impide el retorno de la actividad, explicó el dirigente sindical.

En tanto, Javier Martínez, dirigente del gremio de trabajadores del frigorífico rosarino, dijo a la diaria que “la determinación de reclamar el despido corresponde a los trabajadores en forma individual” y que “nuestro sindicato realizará gestiones para destrabar la aprobación de los seguros de paro y reclamar la apertura de la fuente laboral”.