En los últimos meses, cuatro motociclistas que circulaban por la calle Uruguay de Carmelo fueron heridos por disparos de un arma de aire comprimido, mientras que otros tuvieron la suerte de no ser alcanzados por las municiones. Una de las víctimas resultó herida con lesiones que dificultan su movilidad.

A partir de las primeras denuncias, la Policía comenzó a investigar acerca de posibles lugares desde los cuales podrían haberse efectuado esos disparos, para así encontrar a los responsables de las agresiones. Tras realizar pericias sobre los ángulos de tiro, se hizo un allanamiento en una finca donde vive un hombre de 43 años, médico de profesión, junto a su familia. Allí la Policía encontró varias armas de fuego, algunas de las cuales no estaban registradas, y de aire comprimido, así como municiones. Según explicaron fuentes policiales a la diaria, ese hombre “es coleccionista de armas y tenía en su poder armas antiguas que igualmente deberían haber sido registradas”.

En el marco de un juicio abreviado realizado el jueves 4 en el juzgado letrado de Carmelo, el hombre reconoció la culpabilidad de los disparos y fue condenado como “autor de un delito de acometimiento con arma apropiada continuado en concurso formal con cuatro delitos de lesiones (tres leves, y uno que compromete la movilidad de la persona al ser herida en la columna) y delito de tenencia no autorizada de armas de fuego en reiteración real”.

El hombre deberá cumplir una pena de 24 meses de libertad a prueba, debiendo fijar domicilio, los primeros seis meses de arresto domiciliario total, sujeción a la orientación y vigilancia de la Oficina de Supervisión de Libertad Asistida y prestación de servicios comunitarios durante dos meses”.

“Actitud injustificable en contexto de caos vehicular”

En diálogo con la diaria, el edil del Partido Colorado Gabriel Gabbiani sostuvo que las agresiones cometidas por el médico carmelitano “son injustificables y condenables”, pero “evidentemente estaba harto del caos vehicular y, en particular, de los jóvenes que circulan en motocicletas preparadas con roncadores, tronadores y similares que circulan en una rueda y jugando picadas”.

Gabbiani expresó que, “respecto de los disparos a los motociclistas, hubo quien se mostró indignado y reprobó el accionar del médico, pero hubo quien mostró beneplácito, aceptación y hasta aprobación”, porque “el problema del caos vehicular en el departamento de Colonia es indisimulable y los vecinos lo padecen diariamente y a toda hora del día, pero en especial los fines de semana y a la madrugada”.

El edil colorado recordó que en el actual período presentó un proyecto que modifica la Ordenanza de Ruidos Molestos “y contribuye a mejorar esta anarquía, pero el mismo durmió durante meses, y duerme nuevamente, en la Comisión de Legislación de la Junta Departamental de Colonia”. Además, dijo que el único organismo que actúa “en este desmadre que se ha vuelto el tránsito es la Policía, cuando debería hacerlo el personal de Tránsito de la Intendencia de Colonia”.

Fuentes policiales explicaron a la diaria que “si bien el hombre condenado no debió explicar mucho por qué había hecho esos disparos, ya que asumió la responsabilidad en un juicio abreviado, hizo referencia a las molestias que generaban los ruidos de las motos cuando quería descansar”.