A los 78 años, Walter Zimmer, exintendente de Colonia en dos oportunidades (2005-2010 y 2010-2015) por el Partido Nacional (PN), disfruta del retiro jubilatorio y del tiempo que destina a su familia, especialmente a sus nietos. Si bien se ha declarado “orejano” dentro de su partido, Zimmer está atento a la agenda política y, cada tanto, desarrolla reuniones con distintos actores políticos. Este lunes, por ejemplo, recibió en su casa a figuras de primera línea del Frente Amplio (FA) para compartir un asado.

Allí estuvieron el expresidente José Mujica, Lucía Topolansky, Marcos Carámbula y Víctor Rossi. “También iba a venir Yamandú Orsi, pero a último momento se excusó de hacerlo porque le surgió una reunión muy importante con alguien que no te voy a decir quién es”, contó Zimmer en una extensa charla que mantuvo con la diaria.

El exintendente de Colonia prefirió no decir a quién votará en las próximas elecciones nacionales, aunque reconoció que está dispuesto a ocupar un cargo en un futuro gobierno liderado por Yamandú Orsi.

¿De qué temas hablaron en esa reunión que mantuvo con dirigentes del FA?

Mi casa es blanca, pero tiene las puertas abiertas para todos los amigos que quieran venir a comer un churrasco, a tomar un vino o unos mates. En parte, porque ya me jubilé y en parte porque me tiraron para el costado en el PN; en esta etapa yo no tengo mucha capacidad de influencia en la interna de mi partido, y quienes vinieron a mi casa fueron estas personas del FA, y vinieron sin ninguna pretensión de cambiarme la camiseta. Nadie me propuso eso. Era una reunión que estaba programada desde hace tiempo, porque con Carámbula nos une una relación de amistad y de militancia estudiantil muy larga. El FA siempre se portó muy bien conmigo mientras yo era intendente y ellos estaban en el gobierno nacional. He tenido más receptividad, diálogo e intercambio de ideas, ya sea en el consenso o en el disenso, y acercamiento personal con personas del FA. Con el PN no he tenido esa posibilidad, porque me ven como un militante más del partido. En mi carrera política, tal vez porque provengo de esas tiendas, he cosechado más amistades en el FA. Con ellos nos hemos sentado varias veces a comer asados. De los blancos alguna vez me llamó Jorge Gandini por alguna cuestión puntual. Las veces que yo visité la estancia presidencial de Anchorena fue bajo las presidencias de Mujica y Tabaré Vázquez. Cada vez que el viejo [por Mujica] habla uno aprende un montón de cosas, y por suerte se ha dado que últimamente los tres expresidentes [Julio María Sanguinetti, Luis Lacalle Herrera y Mujica] se están juntando para dar señales de diálogo, cada uno con sus visiones de las cosas. Es una señal muy importante que ellos están dando.

¿Cuál de los tres expresidentes le resulta más afín? Pareciera que fuese Mujica.

Sí, claramente, no me cabe la menor duda de que Mujica.

En el balotaje de 2009 se rumoreó que usted había votado a Mujica y no al candidato de su partido, Lacalle Herrera. Le pregunto: ¿a quién votó en esa oportunidad?

[Silencio] No me acuerdo. En serio, no me acuerdo a quién voté en esa elección.

Tengo la sospecha de que votó a Mujica.

Si querés podés hacer una penca para ver a quién voté en esa elección [ríe]. Perfectamente podría haber votado a Mujica, pero estando activo en el PN debería haber votado a Lacalle. No me acuerdo a quién voté.

Teniendo más vinculaciones con gente del FA que de su propio partido, ¿cómo explica su presencia dentro del PN?

Porque yo soy blanco, porque pertenezco al PN por razones históricas, y hoy nos toca un PN con personas con las cuales no tengo una relación amistosa. Pero los partidos políticos trascienden a las personas que los integran. Una cosa son las personas que representan a ese partido, y otra cosa es el propio partido. Hay buena gente dentro del PN, tengo una muy buena relación con Carlos Camy, por ejemplo, con quien también he hablado alguna vez. A los actuales dirigentes del PN los hago responsables de haber destruido al wilsonismo, que fue lo que buscó el herrerismo ortodoxo al crear dos polos herreristas dentro del propio partido, uno bien ortodoxo y otro más light, con un poquito de perfume de Wilson [Ferreira Aldunate]. La responsabilidad de que ocurra eso está en los wilsonistas, que por mantenerse en una zona de confort no se animaron a juntarse entre todos para salir a la cancha. Ocurre que cuando querés mantenerte en la zona de confort dejás de ser un político principista para convertirte en alguien que únicamente quiere salir “en la tapita”, como suele decirse. Con esa actitud que, de pronto, no fue premeditada, se ha destruido al wilsonismo, más allá de que se llamen a sí mismos y se digan wilsonistas, pero terminan apoyando a los grupos herreristas. Gandini asumió la parada de llevar una corriente wilsonista con su agrupación, pero él sabe que no llegará a juntar los votos para ser candidato presidencial y que terminará acordando con Álvaro Delgado.

¿Usted está dispuesto a votar a Delgado o a Raffo en las próximas internas, y después hacerlo por uno de ellos en las elecciones nacionales?

No sé si voy a votar en las elecciones internas y tampoco sé qué votaría en caso de que fuera a votar. El presidente Luis Lacalle Pou, más allá del entorno que lo ha rodeado y que le ha generado problemas –es algo que no siempre puede ser controlado–, ha tenido una gestión buena de gobierno a nivel general, con excepción de cuatro o cinco cosas que pasaron y que le juegan en contra. Lacalle Pou ha mantenido una aceptación interesante sobre su gobierno. Pero de los precandidatos del PN que existen para sustituirlo no hay ninguno que le llegue a la cintura. De acá a las elecciones de octubre será todo muy dinámico y se verá qué podrá pasar. En las internas departamentales apoyaré a Napoleón Gardiol, porque es el único que puede interpretar lo que yo pienso a nivel social.

Gardiol aparece con posibilidades bastante lejanas de competir con el moreirismo. ¿Qué haría en caso de que Gardiol realice una alianza electoral con la precandidata a intendenta María de Lima, con quien usted está distanciado?

Me voy para mi casa. Ya le dije a Napoleón que no cuente conmingo si hace un acuerdo con De Lima, a quien considero una traidora. Con traidores yo no negocio, ni con ella ni con el senador [Sergio] Botana, que previo a las últimas elecciones esperaron que yo estuviera en el exterior para hacer un acuerdo electoral con Carlos Moreira.

En cambio con Moreira pareciera que ya no existen rencores entre ustedes.

Mis enfrentamientos con Moreira ya pasaron a la historia. Con él puedo sentarme a tomar unos mates, porque el tiempo fue limando asperezas, y cada cual se queda con su posición en aquel enfrentamiento que tuvimos, que, por supuesto, son distintas. Creo que ambos ya pasamos esa instancia de no poder sentarnos a conversar, a pesar de que ese encuentro nunca se ha dado. Con Moreira fuimos amigos además de compañeros políticos.

En caso de que Orsi gane las elecciones internas del FA y que posteriormente resulte electo presidente de la República, ¿estaría dispuesto a ocupar algún cargo de gobierno en caso de que él lo convoque?

Sí, claro. A Yamandú lo conozco desde hace muchos años, y hemos compartido muchas tareas en el marco del Congreso de Intendentes. Mantengo una muy linda amistad con él. No creo que me convoque, porque seguramente tiene mucha gente más capacitada que yo, pero en caso de que lo hiciera, lo aceptaría, más allá de que yo no representaría a nadie del PN porque yo soy orejano dentro del partido.

Si mañana fueran las elecciones nacionales, y en esa instancia compitieran Orsi y Delgado en un balotaje, ¿a quién votaría?

No te lo voy a decir, pero vos poder imaginar por quién lo haría. Eso sí, nunca votaría a Carolina Cosse, porque con ella no tengo ninguna afinidad.