El Primero de Mayo de 1967 quedó marcado en la historia social de Francia como un día de victoria para los trabajadores de Saint-Nazaire. En medio de una huelga que duró 62 días, obreros de distintos sectores unieron sus fuerzas enfrentándose al gobierno y a la patronal. La solidaridad de la población y la determinación de los huelguistas fueron clave en esta lucha que cambió el futuro.