Ensayo
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Historia de un libro quemado
En abril de 1955 el poemario Tata Vizcacha, de un jovencísimo Washington Benavides, fue quemado en la plaza pública de Tacuarembó. Esa pira ardiente no solo representó el aterrizaje en el norte profundo de la Guerra Fría que estremecía al planeta en ese tiempo, ni fue solamente el anuncio de la dictadura que llegaría dos décadas más tarde. Fue un ejemplo de una larga costumbre de incinerar libros con la intención de que ardan también las ideas que contienen y, de ser posible, sus autores. Este artículo revisa el caso, su contexto y la caracterización del “fascismo intemporal” como una práctica social con gran capacidad para usar el disfraz del “sentido común”.