Mostramos la Hilacha es un colectivo de bordado integrado por mujeres de Pueblo Victoria (Montevideo). “Bordar Memoria” es un proyecto particularmente delicado que llevó adelante este grupo, que refleja la historia reciente a través de esta expresión. Como resumen las involucradas, “2021 fue el segundo año en que la Marcha del Silencio no pudo ser presencial por restricciones sanitarias. Desde Mostramos la Hilacha nos habíamos propuesto bordar los 197 nombres de lxs detenidxs desaparecidxs por el terrorismo de Estado, en instancias abiertas en espacios públicos, lo cual tampoco fue posible”.

Como no querían renunciar a esta iniciativa de trabajo colectivo, realizaron una convocatoria, en principio en su entorno y en barrios cercanos. “Cortamos cuadrados de tela y armamos 197 ovillitos de hilo, para que quien quisiera lo llevara y trajera un nombre bordado. Pasamos un video instructivo, para que quien nunca hubiera bordado pudiera hacerlo. La consigna también incluía buscar información de la persona y hacer una reseña”, relatan sobre el costado práctico de la idea.

“Lo que sucedió fue maravilloso. Se comenzaron a sumar vecinxs de muchos barrios, se replicó en otros departamentos, Utmides [Unión de Trabajadoras y Trabajadores del Ministerio de Desarrollo Social] se sumó con el bordado de margaritas. El ejercicio de memoria colectiva en forma de bordado tomó vida propia. Encuentros, reencuentros, historias, relatos y emoción se fueron compartiendo en miles de puntadas, con la historia de nuestrxs detenidxs desaparecidxs. En cada amoroso bordado está el reclamo por verdad, memoria y justicia”.

En la víspera del 20 de mayo pasado montaron una instalación con todos ellos en Plaza Cagancha, junto con las fotos de detenidos desaparecidos, al tiempo que subían a sus redes sociales una imagen de cada tramo de bordado junto con un perfil que daba cuenta de la persona registrada.

“Este año, al poder retomarse la marcha presencial, propusimos a la organización de Madres y Familiares marchar con los nombres unidos en un gran paño”, cuentan, mientras se preparan, una vez más, para reclamar dónde están.