Un grupo de personas dispuestas a dejarlo todo en el escenario y transitar la vida de alguien que aspira a ser una estrella del rock se reúne en una sesión que promete tanto creatividad como diversión. Este es el espíritu retro que trae Rock Hard, el nuevo juego de mesa editado por DEVIR en 2024, situado en 1977.

Este juego fue diseñado por Jackie Fox, bajista de la banda de rock de los años 70 The Runaways. Se trata de una propuesta lúdica excelentemente enmarcada: cada detalle de la temática está integrado con suma coherencia y hasta se plantean elementos humorísticos en su desarrollo. El detalle que me enamoró del juego fue el hecho de que los diversos personajes que realizan acciones en el tablero comienzan teniendo trabajos formales, y a medida que el juego transcurre los van descuidando por ensayos, conciertos y eventos, necesarios para el camino de la profesionalización en el mundo de la música. Una vez que un personaje logra convertirse en un músico profesional, en el juego, pierde su trabajo formal. Ese guiño picaresco en la trama me empujó a sumergirme más en Rock Hard y descubrir la narrativa, por demás ingeniosa, que enmarca cada partida.

La primera impresión que deja Rock Hard es de admiración: su diseño visual tiene mucha fuerza, con ilustraciones llenas de movimiento que capturan la esencia del mundo del rock. La paleta de colores y la calidad de sus componentes transmiten cuidado en cada detalle, haciendo que sumergirse en este universo sea inevitable. Los marcadores para el orden de turno son púas reales de colores. El tablero personal es un amplificador, muy bien logrado, con perillas de potencia (potenciómetros) que suben y bajan los niveles de talento, reputación, calidad de canciones y antojos de dulce. Sí, en este juego, como un eufemismo, las estrellas de rock tienen adicción al azúcar y cada tanto precisan un subidón para potenciar sus acciones. El exceso de consumo de azúcar puede también dejarles en recuperación y hacerles perder productividad al otro día.

Conciertos, contratos y excesos

Rock Hard 1977 se juega en un máximo de nueve rondas, cada una de las cuales representa un día típico de un mes de 1977, de abril a diciembre. Ganás el juego si conseguís la mayor fama posible. Para eso, deberás aumentar tu reputación, cultivar tu talento y pulir tus canciones, invirtiendo dinero en producción, locales de ensayo y publicidad, cerrando contratos discográficos y ganando royalties, tocando en conciertos y pasando el rato en los bares más populares hasta altas horas de la madrugada.

El juego combina varias mecánicas que logran un balance perfecto entre accesibilidad y desafío. En su núcleo encontramos la gestión de recursos, representados por fichas de energía, creatividad y dinero, esenciales para realizar las acciones de cada turno. Además, la construcción de mazos juega un rol fundamental, ya que permite personalizar la banda contratando artistas con habilidades únicas, conformando grupos con estilo propio. Otra mecánica destacable es la del draft, que obliga a tomar decisiones estratégicas al seleccionar cartas, ya sea para potenciar a tu banda o para bloquear las opciones de tus rivales. Por último, las cartas de eventos, que representan hitos como “un contrato discográfico inesperado” o “la cancelación de un concierto por lluvia”, añaden un toque de imprevisibilidad a la partida y agregan diversión.

Más allá de las mecánicas, Rock Hard encanta con guiños que resonarán en cualquier amante del rock: desde las referencias a bandas míticas hasta los nombres de los personajes, como Riff Salvaje, La Reina del Punk o El Batería Zen. Incluso los tableros personales tienen detalles encantadores, como listas de éxitos o pequeños dibujos que evocan las portadas de discos clásicos.

Esta experiencia está recomendada para participantes de 12 años en adelante y tiene una duración de partida de entre 40 y 60 minutos. Aunque puede parecer complejo al principio y su diseño puede resultar abrumador a primera vista, su manual está diseñado para facilitar la primera partida, y el juego fluye con naturalidad una vez que se entienden las interacciones entre las mecánicas.

Cuando un juego logra capturar el espíritu de una pasión, en este caso el rock, y combinarlo con una experiencia dinámica, se convierte en una joya. Rock Hard no sólo invita a jugar, sino a revivir la emoción de los grandes espectáculos y la lucha por cumplir un sueño.

No estamos hablando de un juego económico, ya que evidentemente es una producción de costos altos, que en Uruguay ronda los 3.890 pesos, y se puede conseguir en centros de venta como Montevideo Gaming House, Sparta Board Games, Enigma Games, Mundo Didáctico o X Uruguay.

Aseguro que este título es una inversión que vale la pena, porque revivir la magia del rock siempre será un éxito asegurado.