La fiesta de lanzamiento de la celebración por los 300 años de Montevideo, el 20 de enero, convocó a cientos de miles de personas en un evento cultural que desbordó las calles de la capital. Fue sólo una de las varias instancias que la Intendencia de Montevideo tiene previstas para conmemorar el proceso de fundación de la ciudad, que incluye proyectos de recuperación de la memoria, instancias de participación vecinal, reflexiones históricas y un fuerte protagonismo de la cultura.

Sobre la importancia de esta celebración y sobre la Montevideo del presente y del futuro, la diaria conversó con Carolina Cosse, intendenta de Montevideo en ejercicio de licencia desde el lunes 4 de marzo.

¿Por qué es importante celebrar los 300 años de Montevideo y de la forma en la que lo está haciendo la intendencia?

Siempre un aniversario es una oportunidad para repasar, revivir la historia, y hacer descubrimientos. Por ejemplo, lugares que no habíamos mirado con detalle o atención. El racconto histórico nos puede provocar la curiosidad de revisitar, y al revisitarlo, resignificarlo. Montevideo fue lugar de esperanza para muchas, muchísimas familias, y lo sigue siendo. Fue una ciudad atravesada por la lucha por la independencia, por los sitios, pero también por la música, la cultura, por la Guerra Grande, sitiada de vuelta, en fin... contando la historia de la ciudad, buscando esa historia, de alguna manera la revivimos, la volvemos a la vida, y cada esquina, cada plaza y cada barrio pudo haber significado muchas cosas. Es como una ceremonia urbana de reconocimiento respetuoso a las y los que estuvieron antes.

Por eso, la forma de celebrarlo debe ser, a nuestro juicio, colectiva e incluyente, con la academia, pero con los barrios, con los artistas y con los trabajadores, con los estudiantes, y con vecinas y vecinos; eso permite la construcción, la agenda extensa y compartida.

Celebrar los 300 años también es una manera de comprender para hacer, para transformar a Montevideo.

¿Cuáles diría que son las características que hacen única a Montevideo, qué elementos de la ciudad deberíamos preservar?

Que la queremos, eso la hace única. El principal elemento que hay que preservar es la convivencia, es la esencia de una ciudad, y es el más amenazado. Cuando se habla de que es necesario un cambio cultural, es un cambio necesario, indispensable diría yo, para ser una ciudad nueva todos los días. Cada día nuevo, amanece una nueva Montevideo, nos pasa lo mismo en términos de nuestro relacionamiento con los demás. A mi juicio ese debe ser un desvelo mayor, vinculado con un concepto de cuidado integral, intergeneracional, que promueva la organización y el movimiento social, condición necesaria para la salud de una democracia.

¿Qué importancia considera que tiene la memoria colectiva de la ciudad, qué acciones ha tomado la Intendencia en este sentido en el marco de los 300 años?

La memoria colectiva es la seña de identidad de una ciudad, son las sensaciones, los lugares, la forma de habitarlos y el valor que la sociedad les da a estos. La memoria colectiva de la ciudad es construida todos los días, es cambiante y está viva y es el resultado de aquello que una sociedad en un momento puede querer destacar u olvidar. Porque como decía Mario [Benedetti], el olvido está lleno de memoria.

Teniendo en cuenta esto, desde la intendencia se viene trabajando desde el 2022 en distintos proyectos, con vecinas, vecinos, concejos vecinales, concejos municipales y movimientos sociales en la construcción de esa memoria colectiva.

Uno de ellos es Cuenta la Ciudad desde tu Barrio, cuyos primeros pilotos los desarrollamos durante el 2023. El objetivo central de este proyecto es que vecinas y vecinos de Montevideo sean protagonistas de la recuperación, resignificación, preservación y difusión de la memoria barrial. Estas actividades se irán realizando en distintos barrios de la ciudad, con la colaboración de investigadores de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República.

Otro de los proyectos que buscan recuperar la memoria colectiva de la ciudad es Lugares de Memoria. En este caso la idea es darles el lugar que corresponde a los diversos colectivos que de una manera u otra han sido parte de los cambios sociales que ocurrieron en nuestra ciudad, generando circuitos de memoria vinculados a estos movimientos.

Creo que este aniversario, con esta gran convocatoria a referentes y el trabajo realizado de preparación en los barrios durante 2023, podría ser el comienzo de seguir construyendo historia en los años que vendrán, de forma consciente y sistemática.

¿Qué fenómenos han afectado negativamente a la ciudad en los últimos años y cómo podrían revertirse?

El retiro de las instituciones del Estado dependientes del gobierno nacional de los barrios, la indiferencia ante el fenómeno exponencial de aumento de personas en situación de calle, la liberación de los controles contra el lavado de activos consagrada en la LUC (ley de urgente consideración). Una ciudad es su gente, estos fenómenos tan profundos se pueden mitigar con espacios públicos, con revalorización de los ya existentes, con iluminación en barrios donde no había (asentamientos por ejemplo), con policlínicos móviles que lleven atención primaria a los barrios, con policlínicas barriales donde se atiende a una parte importante de esta población, en fin, con el Plan ABC.

Pero no alcanza; dada la gravedad del problema, son estrategias estructurales que se deben implantar.

Montevideo sufre un fuerte proceso de segmentación social, con barrios que tienen indicadores socioeconómicos y demográficos similares a los de países más desarrollados, mientras otros tienen indicadores de países con escaso nivel de desarrollo. Además de políticas que fomenten el uso de los espacios públicos y la presencia del Estado en esos barrios, la situación parece bastante más estructural. ¿Cómo se revierten estos procesos?

Montevideo ha hecho un gran aporte en este sentido, partiendo de la base de que al ser un problema estructural, no hay ciudad que pueda sola. En cualquier caso, la Intendencia de Montevideo tiene una visión y políticas muy claras de redistribución social y territorial y una línea sostenida para atender esa fragmentación, hay muchas herramientas que se sostienen con un fondo especial dirigido a la gestión e intervenciones estructurales en esos territorios [el Fondo Especial de Gestión Urbana y Rural, Fegur].

El principal elemento que hay que preservar es la convivencia, es la esencia de una ciudad, y es el más amenazado.

Esto es algo de política nacional, decía, pero el gran aporte que hemos hecho es la promoción constante de la participación y de la organización barrial, para todos los temas cotidianos, desde la definición de una línea de ómnibus en los barrios alejados del centro, la recolocación de contenedores nuevos, la definición de la posición de las luminarias, el uso de herramientas como el Whatsapp 09250260 [al que la ciudadanía puede escribir si ve basura fuera del contenedor], estar cerca, promover la organización y responder.

¿Qué estamos demostrando desde un punto de vista estructural? Que hay que organizarse y que una forma de gobierno que escucha y responde es posible.

¿Qué rol juega la movilidad en la construcción de la ciudad?

Forma parte de nuestra vida diaria, como tantas cosas. Con grandes restricciones de acceso al crédito en Montevideo, decidimos consolidar la información digital que teníamos, y objetivamente analizar la movilidad con toda la información sobre la mesa, no sólo la del STM.

Eso nos permitió detectar una serie de problemas, se aplicaron simulaciones para solucionarlo y se han ido implementando, y como consolidamos los datos vamos midiendo el éxito, que realmente ha sido importante: reducción de colas de espera de 60%, 70%, 80%, pero también hemos consolidado un fideicomiso para el recambio de flota, que nos va a permitir al final del período que más de 200 ómnibus sean eléctricos, y esto es muy importante por el aporte al bienestar de las personas, por el aporte a la ciudad en términos de retirar CO₂ pero también por el aporte al silencio.

Le hemos dado un lugar a la movilidad activa, hemos medido, actuado y vuelto a medir. Y esto se ha hecho de forma transversal, con el aporte de varias áreas de la intendencia: ambiente, movilidad, convivencia, espacios públicos (seguro se me olvida alguien...).

La transformación radical

¿Cuáles considera que son las prioridades de política pública en relación a la ciudad de Montevideo de cara a los próximos años?

Implementar la estrategia ambiental en su totalidad.

Es la era del cambio cultural, hay que convocar a eso, desde varios ángulos, lo que requiere esfuerzo de las personas, pero nos va a hacer querer a Montevideo más aún.

Debemos conseguir que todo lo que se piense, se proyecte y se ejecute esté atravesado por esta estrategia ambiental: la movilidad, el saneamiento, los espacios públicos, los espacios colectivos, etcétera...

Y sin duda, insistir en grandes inversiones que deben hacerse en términos de movilidad eléctrica: corredores de 8 de Octubre y Avenida Italia.

También potenciar nuestros Centros de Desarrollo Local, espacios como el Colabora, el Sacude, el Crece, el Espacio Modelo, el Balcón del Cerro, en el que estamos trabajando para que empiece con todo cuando se inaugure en la segunda mitad del año. Pero sobre todo, acciones que apunten sistemáticamente a un cambio cultural cuyo centro es el cuidado.

Y también un trabajo más abierto con los centros educativos, especialmente de la educación pública, como actores urbanos y sociales fundamentales que quedan un poco al margen en la construcción urbana, cuando en realidad deberían ser actores principales puesto que lo son del departamento y del país.

Por ejemplo, en los horarios en los que el centro está cerrado, ¿no se podrían usar para la educación de familiares de los estudiantes o para actividades de divulgación? O que el centro sea el anfitrión de eventos barriales, o también en términos de integración a los espacios públicos.

Una aproximación de este tipo, sistémica, requeriría una gran articulación entre instituciones, pero sobre todo local, lo cual me parece de una riqueza impresionante para los barrios.

La condición humanista de una política debe necesariamente proteger y estimular lo mejor del ser humano comprendiendo que la vida en ciudad esencialmente es colectiva, en realidad la vida humana es esencialmente colectiva.