“Creo que también es una metáfora de lo que hoy se propone en una sociedad moderna. Ya ni siquiera hablo de si es una sociedad capitalista o no. Son como animales comiéndose entre sí para poder subsistir”, decía Israel Adrián Caetano (Bolivia, Un oso rojo, Tumberos) la última vez que lo entrevistamos, refiriéndose a los personajes de El otro hermano (2017).
15 años después de haber filmado su serie de televisión Uruguayos campeones (sobre Rampla Juniors y realizada en Uruguay), y al año siguiente de estrenar Sandro de América, Caetano vuelve a una sociedad al margen de la ley, esta vez para retratar la infancia de Carlos Tévez, en una apuesta que, dice, cruza tragedia griega y western: “Apache no es una historia triunfalista ni alegórica. Es una historia difícil, dura, llena de carencias y de peligro. Y sobre todo, de resistencia. Había que contar el entorno familiar y socioeconómico de Tévez, no sólo para entender al personaje, sino también a su vez la época, el hábitat poco natural donde había transitado su niñez”, contó al diario argentino Página 12.
El futuro crack de Boca, Corinthians, Manchester United y Juventus tuvo que eludir un comienzo complejo: nació en Fuerte Apache, uno de los barrios más peligrosos del Gran Buenos Aires; su madre lo abandonó a los pocos meses; su padre biológico murió en una balacera y, al poco tiempo, se le cayó agua hirviendo en el cuello, lo que le provocó la cicatriz que nunca quiso disimular.
Esta biografía oficial fue escrita –junto con Marcos Osorio Vidal, Gisela Benenzon y Diego Alonso– y dirigida por Caetano (que ya había estado a punto de filmar una película sobre Tévez) como una “historia fractal, precisa y con las contradicciones necesarias y lógicas para no manipular al espectador en una sola dirección”, ya que se apunta a reflexionar desde una perspectiva imparcial. “Su familia fue fundamental, como contención afectiva, para que Tévez pudiera salir de donde pocos, o casi nadie, sale. Es una historia de vida, de lucha y de constancia, con un gran factor de fortuna también. Tévez es la excepción y él lo sabe. Sabe que de uno que triunfa, hay cientos que se quedan en el camino”, señala el cineasta uruguayo.