El programa ícono de la televisión argentina, Fútbol de Primera, no cumplió ni tiene 20 años. Tiene más: este año rondaría los 35, si no se hubiera dejado de emitir en 2009. Y sí: el documental Especial Fútbol de Primera 20 Años tampoco es nuevo, sino que es una pieza de museo que se realizó en 2005, justamente cuando el programa cumplió la veintena.
No está mal que se revivan documentos del pasado. Todo lo contrario, mucho más cuando se trata de contenidos que marcaron una época. Lo que resulta un poco (si no muy) engañoso es que Netflix, en su intento de acaparar pantalla con fútbol en tiempos de coronavirus, no hizo la más mínima mención acerca de qué había ahí adentro.
Aun así, tal vez porque la nostalgia pega más con el encierro, Especial Fútbol de Primera 20 Años se miró y mucho, en su momento siendo tendencia en redes sociales.
Otro fútbol, el mismo fútbol
El documental consta de dos capítulos de 55 minutos cada uno. Casi dos horas, el tiempo que duraba el programa en aquella época. Durante los dos episodios se repasan goles, personajes, imágenes y anécdotas que funcionan como volver del futuro.
Otro fútbol: canchas color verde y marrón antiguo, plagadas de pozos, surcadas por piernas largas vestidas con shorts cortos y medias caídas, con camisetas holgadas y melenas bien peludas, con los zapatos negros, porque el color estaba en otro lado.
¿Nombres? Todos: Enzo Francescoli en sus dos pasajes por River Plate, Rúben Paz brillando en Racing, Diego Maradona en todas sus versiones, Ricardo Bochini ganando campeonatos, Gabriel Batistuta, Ramón Díaz, Hugo Loco Gatti, Claudio Paul Caniggia, Óscar Ruggeri, el brasileño Paulo Silas, Ariel Ortega, el siempre polémico José Luis Chilavert, Sergio Manteca Martínez, Martín Palermo y tantos jugadores más; al costado de la raya reviven historias Carlos Salvador Bilardo, César Menotti, el Maestro Óscar Tabárez sacando a Boca campeón después de muchísimo tiempo; Carlos Timoteo Griguol, Héctor Bambino Veira, Reinaldo Mostaza Merlo, Marcelo Bielsa y Carlos Bianchi, entre tantos otros entrenadores, muchísimos, que dirigieron en el fútbol argentino. También hay lugar para los árbitros, en especial para Javier Castrilli y Francisco Lamolina.
Lo que viene, lo que viene
En el reservorio histórico de imágenes hay lugar, claro está, para todas las escenografías que tuvo el programa. Enrique Macaya Márquez, alma del programa, se pasea por livings a media luz decorados con jarrones de mal gusto combinados con flores de colores. Papeles en mano, Macaya Márquez avanza en el tiempo y con él cambian los escenarios, en ocasiones especie de platós con invitados, otras veces junto a Mauro Viale o Marcelo Araujo –los dos relatores de las primeras épocas– y, sobre todo en los 90, con planteles que festejaban campeonatos. “El fútbol no existiría más que como un juego y no podría ser el espectáculo que es hoy”, decía el comentarista por aquella época. Un visionario.
Así como Fútbol de Primera marcó una época y fue tendencia para casi todos los programas que existen hoy, también las formas del comentario y de los relatos se transformaron en modelos a seguir. De Mauro Viale se recordará el relato seco pero constante, narración justa para acompañar las imágenes, decididamente dispuesto a no contar algo que no fuera lo que pasaba con las instancias del partido en sí. Marcelo Araujo marcó un perfil casi en las antípodas de Viale. Hay quienes sostienen que Araujo cambió el relato televisivo. No les falta razón. Su estilo fue descontracturado, tomó lo mejor del relato radial para pintar la emoción de los partidos, era eufórico, se daba lugar para ciertos firuletes narrativos, como el recordado “¿Eso fue penal o estoy crazy, Macaya?” –cosas fundamentales para darle color a partidos tristes–, y, sobre todo, conocía a los jugadores, fueran del equipo que fueran.
Otras cosas verás: el telebeam, uno de los primeros usos de la tecnología aplicada a las transmisiones de fútbol, donde se congelaba la imagen, se digitalizaba y se analizaba si era gol u offside –parecido a lo que hoy llamamos VAR–; dibujos con chistes de Roberto Fontanarrosa que referían a lo sucedido fecha tras fecha; la cámara con supermotion, que no era otra cosa que una repetición más lenta y al detalle; las presentaciones del programa, que empezó en el 85 con aquella musiquita clásica (escuchen “End Title”, por favor: sí, la de Blade Runner) y terminó con Macaya y Araujo simulando andar en naves espaciales o con los mejores músicos argentinos tocando para el programa. Argentina for export.