El productor y director de cine Roger Corman, pilar del cine independiente y referente del cine clase B, murió a los 98 años, según confirmó su familia en un comunicado difundido en sus redes oficiales el fin de semana. “Con profunda tristeza y una gratitud ilimitada por su vida extraordinaria, recordamos a nuestro querido esposo y padre”, dice la carta firmada por su esposa Julie y sus hijas Catherine y Mary.
“Murió el 9 de mayo en su casa de Santa Mónica, California, rodeado de su familia”, agrega el texto. “Fue una persona generosa, de buen corazón y amable con todos los que lo conocieron. Un padre dedicado y abnegado, que fue profundamente querido por sus hijas. Sus películas fueron revolucionarias e iconoclastas, y capturaron el espíritu de una era. Cuando le preguntaban cómo le gustaría ser recordado, él decía: ‘Fui un cineasta, sólo eso’”.
Durante una carrera de seis décadas dirigió más de 50 películas y produjo 400, con una filmografía caracterizada por el bajo presupuesto en efectos especiales y títulos como El ataque de los cangrejos gigantes (1957) o La mujer avispa (1959). Muchas de estas obras se filmaban en un puñado de días, por sumas de dinero insignificantes para la época.
En su búsqueda de directores jóvenes, sobre todo porque cobraban menos, ayudó a disparar las carreras de futuros referentes como Francis Ford Coppola, James Cameron o Martin Scorsese. “Cuando tenía 23 años me dio mi primera oportunidad como director”, dijo en sus redes sociales Ron Howard, ganador del Oscar por Una mente brillante. “Lanzó muchas carreras y guio silenciosamente a la industria. Se mantuvo activo e interesado incluso a sus 98 años. Estoy agradecido de haberlo conocido”, agregó.
Corman nació en Detroit en abril de 1926 y originalmente buscó seguir los pasos de su padre, quien se desempeñaba como ingeniero. Se recibió en Ingeniería Industrial en la Universidad de Stanford y comenzó a trabajar en la US Electrical Motors en Los Ángeles. Eso fue un lunes; el jueves se dio cuenta de que quería hacer carrera en la industria cinematográfica. “Cometí un terrible error. Realmente tengo que renunciar hoy”, le dijo a su jefe, y consiguió un empleo como mensajero en los estudios 20th Century Fox.
Dejó la compañía luego de no recibir crédito por sus aportes al western Fiebre de sangre (Henry King, 1950), y en 1954 juntó 12.000 dólares para producir El monstruo del océano, dirigida por Wyott Ordung. El éxito comercial lo llevó a producir una segunda película, Satán al volante (Edward Sampson y John Ireland, 1954), cuyo título original, Rápido y furioso, sería licenciado cinco décadas después para la popular saga protagonizada por Vin Diesel. Al año siguiente decidió cumplir el doble rol de productor y director, debutando al frente de Cinco pistolas del oeste.
Entre 1959 y 1964, intercaladas con aquellas aventuras pensadas para entretener y recuperar el presupuesto, dirigió una serie de películas basadas en la obra de Edgar Allan Poe. Para entonces había fundado, junto con su hermano Gene, la compañía distribuidora The Filmgroup, especializada en películas en blanco y negro pensadas para funciones dobles en autocines y salas de género.
En una carrera tan prolífica no faltaron obras que se convirtieron en objeto de culto, como La tiendita del horror (1960), filmada en dos días, y producciones como Carrera mortal 2000 (Paul Bartel, 1975), con David Carradine y Sylvester Stallone, o Piraña (Joe Dante, 1978). Jack Nicholson, que participó en La tiendita del horror así como en otras obras de Corman, dijo una vez: “Por error, cada tanto Roger hacía una buena película. Pero yo nunca estaba en ellas”. Robert De Niro, William Shatner, Dennis Hopper y Sandra Bullock son otros intérpretes que se cruzaron con el director cuando recién empezaban.
Se retiró en 1971, después de dirigir la película bélica El barón rojo, pero regresó una última vez a la silla de director en 1990 con Frankenstein perdido en el tiempo. Sin embargo, su nombre está eternamente atado a una película de 1994 que se hizo pensando en jamás estrenarse: Los cuatro fantásticos, dirigida por Oley Sassone. La adaptación cinematográfica de los populares personajes de Marvel Comics, realizada con muy pocos dólares, existió solamente para que el productor Bernd Eichinger retuviera los derechos de la familia superheroica. Tuvo una sola exhibición oficial, pero desde aquella época circulan copias pirata.
Al margen de su carrera detrás de la pantalla, Corman fue reconocido con un puñado de papeles actorales, como el de senador en El Padrino II (Francis Ford Coppola, 1974), el de director del FBI en El silencio de los inocentes (Jonathan Demme, 1991) o el de ejecutivo de Hollywood en Scream 3: la máscara de la muerte (Wes Craven, 2000).
En una charla con The Guardian, en 2011, Corman reflexionó sobre su carrera y su legado. “No sé si diría que soy un artista; diría que soy un artesano. Intento ejercer mi oficio de la mejor manera posible. Ocasionalmente algo trasciende el oficio, y es maravilloso. Pero no ocurre muy seguido”.