“No importa la distancia, la música es un vuelo que transforma todo momento en íntimo. Azul, la hermosa costumbre de estar juntos; Azul, FM estéreo”, se escucha en una icónica pieza publicitaria todavía disponible en la web. La voz es la del musicalizador, locutor y DJ Henry Mullins, fallecido este lunes de un paro cardiorrespiratorio.
En ese clip, la música que suena de fondo es la del cantante y poeta italiano Fabrizio de Andre Remini, en su canción “Folaghe”. Sus imágenes siguen siendo para muchos un recuerdo todavía más intenso: dos albatros vuelan sobre el mar y se encuentran para formar un corazón.
Durante las décadas de 1970 y 1980, en los años de la dictadura cívico-militar, la voz de esa emisora –por entonces sólo había tres radios de FM en Montevideo– era la de Mullins. Con su tono grave, sus buenas condiciones histriónicas y destacada pronunciación del inglés, Mullins logró construir una marca, que era sinónimo de música refinada y transmitida con alta fidelidad.
Era también el sonido de un estatus, al alcance de la mano, que incluía una selección de discos bailables y románticos, en su mayoría en inglés, con énfasis en la música disco, las canciones más accesibles de los Beatles y la obra orquestal de artistas como Paul Mauriat y Richard Clayderman.
Confeso fanático de sus propias listas de éxitos en inglés, no disimulaba su disgusto por el reguetón y la música tropical. Había comenzado su carrera de DJ en 1983 como musicalizadora de fiestas particulares y de centros educativos. Como locutor y seleccionador musical, siguió su carrera en M24, Metrópolis y Oldies FM.
Hijo de un padre de origen irlandés y locutor de Radio Rural, y una madre cantante y de ascendencia italiana, Mullins no demoró en ganarse un lugar de privilegio en las cabinas de los boliches más top como Zum Zum, Zorba, Lancelot, New York, Macao, Ton Ton y Frida.
Entre sus artistas preferidos estaban Madonna, Pet Shop Boys y Creedence Clearwater Revival. Fue, junto con Pablo Lecueder, uno de los grandes impulsores de la noche de la nostalgia. En 1986 su colega Berch Rupenian, para un artículo del diario Mundocolor, lo definió como “el rey de la noche”.
En 2020, entusiasmado con el nuevo proyecto radial de Aspen FM, Mullins se mudó a Punta del Este. Fue allí donde murió, en su apartamento de la avenida Gorlero.