“¡De vuelta a la cartelera!”, dice la convocatoria. Ocurre que del miércoles al viernes el cine del Sodre volverá a exhibir películas mudas para festejar los diez años de la revista Vivomatografías, dedicada al estudio académico sobre cine silente en América Latina. Mientras allí habrá exhibiciones, en los salones de la Facultad de Información y Comunicación y la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República (Udelar) habrá talleres y debates.

La investigadora Georgina Torello, recientemente premiada en Italia por su trabajo sobre cine mudo, es una de las organizadoras de las jornadas. “Con Andrea Cuarterolo, la investigadora argentina con quien dirijo Vivomatografías, pensamos en una revista, pero también en un proyecto. Lo primero era crear un espacio para la difusión de investigaciones sobre cine silente latinoamericano. Algo que faltaba y hacía que los trabajos de académicas y académicos del continente se ‘perdieran’, por así decirlo, en el magma de revistas especializadas del Norte o generalistas sobre cine. No había un sitio que permitiera entender y discutir el cine latinoamericano de este período como totalidad, aunque esta sea complejísima, dispar y atomizada. Tampoco había una red de investigadores que propiciara ese encuentro. El proyecto funcionó en los dos sentidos, por un lado, Vivomatografías tenía que posicionarse en el ámbito académico como una revista con los mismos estándares de rigurosidad que las del Norte (que son los estándares con los que se evalúa el trabajo científico en el Sur); por otro lado, propiciar cruces efectivos. Esto último lo hicimos en 2015, a través de la Asociación de Estudios sobre Precine y Cine Silente Latinoamericano, fundada por nosotras dos, el investigador mexicano Ángel Miquel, el brasileño Eduardo Morettin y la chilena Mónica Villarroel Márquez, y a través de Precila organizamos seminarios en Uruguay, en Argentina, en Chile y tenemos otros planeados”, explica sobre los orígenes del proyecto.

El balance de estos diez años es “muy positivo”: “Subrayaría los varios dossiers publicados, que son parte del proyecto de pensar cosas juntos y orgánicamente, como el que se dedicó a la revolución mexicana, el que experimentó con la videocrítica (con videoensayos publicados también en Vimeo), el que especuló sobre [Charles] Chaplin desde el continente. De hecho, organizamos el evento en torno a los últimos dossiers (centrados en las mujeres, los cruces entre Europa y América Latina y el nuevo cine silente). Pero también enfatizaría otras secciones de la revista, como la de las entrevistas que, en estos años, dieron voz a archivistas, conservadores y directores para entender otra parte del sistema y, especialmente, la de documentos que trascienden el saber académico para proponer un diálogo con lectoras y lectores no especializados. Esta sección es algo así como el sueño de los y las investigadoras; sucede a menudo que uno se encuentra con un documento lindísimo y piensa: ¡cómo me gustaría que lo viera todo el mundo! La sección habilita a eso: por ejemplo, en el último número publicamos un documento sobre las taquilleras en la ciudad de México, donde aparecen las fichas de estas trabajadoras, durante los años 20, con sus fotografías, datos sobre sus vidas y detalles increíbles”.

Se suele pensar en el cine mudo como en un fenómeno de hace un siglo, pero en este encuentro va a haber películas actuales. “El festival hace las dos cosas”, aclara Torello. “Por un lado, propone películas argentinas y uruguayas de los años 1910 y 1920, el jueves con música en vivo de Leticia Gambaro, Lucía Romero y Marcelo Rilla, y el viernes con música de Daniel Yafalian, Nicolás Soto y Adrián Biniez. Esto juega con una práctica común de la época, pero también se abre a la experimentación. Por otro lado, busca propuestas nuevas. Como decía, con Andrea concebimos el festival con relación a tres dossiers y uno de ellos fue “El nuevo cine silente latinoamericano y otros experimentos afines”, donde nos preguntamos por la presencia del cine silente en la contemporaneidad. Las respuestas fueron muchas: se encuentra en películas de ficción, cortometrajes, videoclips, instalaciones, obras de arte y de realidad virtual. En el caso de la película que programamos, Mudos testigos [Colombia, 2023], obra póstuma del célebre director colombiano Luis Ospina y de Jerónimo Atehortúa Arteaga (uno de nuestros invitados que va a hablar de ella y de su última producción), se trata de una ficción construida con fragmentos de películas pertenecientes al cine silente colombiano. Es decir, es una obra nueva donde materiales dispares, montados como un collage, cuentan otra(s) historia(s) y hacen nuevas preguntas. Además, es preciosa”.

¡De vuelta a la cartelera! Cine silente latinoamericano ayer y hoy. Miércoles, jueves y viernes en la Sala B del Auditorio Nelly Goitiño (18 de Julio 930). Programación completa en https://ladiaria.com.uy/UuO. Entrada al cine a $ 350 por TickAntel. Actividades en la Udelar con entrada libre.