El miércoles, durante la asunción de las autoridades del Ministerio de Educación y Cultura se anunció que Roxana Fabius será quien suceda al artista Enrique Aguerre en la dirección del Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV).
Curadora e historiadora del arte, Fabius reside en Estados Unidos, donde realiza gran parte de su actividad profesional; allí y en Israel hizo su formación de posgrado. El año pasado llevó adelante el programa de exposiciones de la Ford Foundation Gallery neoyorquina, y entre 2016 y 2022 fue directora de la A.I.R. Gallery, una cooperativa artística feminista. En nuestro país estuvo al frente de la Fundación Campo de Maldonado y organizó exposiciones en el Centro Cultural de España, el Centro de Exposiciones Subte y el museo Zorrilla, entre otros.
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Fabius tomará posesión de su cargo en agosto. Antes, conversamos con ella sobre sus planes para el MNAV.
Desde la creación del Espacio de Arte Contemporáneo, el MNAV funciona más bien como un museo de arte moderno. ¿Tenés planes de cambiar esa relación entre esas salas estatales?
Desde mi perspectiva, estas instituciones tienen misiones bien distintas. El MNAV tiene “una obligación” tanto histórica como contemporánea. Mi enfoque será trabajar para lograr exposiciones que nos permitan vislumbrar conexiones entre artistas del pasado y el presente.
La misión del MNAV, en parte, se define por documentar la evolución del arte nacional y promover la investigación del arte y su historia. El MNAV, con sus programas, se ha enfocado en desarrollar exposiciones monográficas de artistas modernos y contemporáneos, investigando la historia y desarrollando lo contemporáneo.
En mi visión, el MNAV debe asumir una investigación de más largo aliento que permita mirar hacia atrás y adelante. Y esto se puede hacer a través de exposiciones monográficas de artistas individuales, exposiciones temáticas que atraviesan la historia del arte nacional o análisis de ciertos momentos. También es necesario desarrollar programas públicos en los que artistas del presente se relacionan con artistas del pasado, reinterpretando nuestro contexto. Para mí será fundamental que la comunidad artística y el público en general sientan acceso y pertenencia a la institución.
Gran parte de tu carrera se ha desarrollado en el exterior y tu trabajo está muy conectado con la teoría feminista. ¿Eso también estará en tu gestión al frente del MNAV?
Para mí, por sobre todas las cosas, la teoría feminista es una forma de trabajar. Creo que para que los procesos sean sostenibles y significativos, es fundamental dar espacio a la participación de la mayor cantidad de personas e instituciones posibles. Mi forma de trabajar está muy basada en la escucha, me gusta sumar a todas las partes activas de una institución; en este caso, el equipo del museo, artistas, gestores y gestoras culturales, la academia y distintos actores del ecosistema cultural para entender sus perspectivas, necesidades y expectativas.
Esa manera de trabajar, basada en el diálogo y la construcción colectiva, ha sido una seña distintiva en todos mis proyectos. A lo largo de mi trayectoria, he buscado generar espacios donde la diversidad de voces pueda incidir y enriquecer cada iniciativa. En el MNAV quiero continuar con esa forma de hacer.
Es fundamental asegurar que el museo crezca de manera inclusiva, dinámica y conectada con las personas, con la gente, con la sociedad, con el mundo. Aquí, volviendo a tu pregunta acerca del feminismo, creo que está cargado de una vocación internacionalista, entonces me gusta pensar que nuestra forma de trabajar nos da herramientas para dialogar con la gente, con las más diversas audiencias, tanto a nivel nacional como global.
Mi expectativa y plan es poder potenciar los vínculos que he tenido la oportunidad de forjar en el transcurso de mi carrera en el exterior con personas de todo el mundo —norte y sur— y ponerlos al servicio del MNAV y de la escena artística nacional.
Nunca dejaste de estar vinculada al arte uruguayo. ¿En qué momento lo ves hoy?
Veo este momento como una gran oportunidad. Puede parecer extraño, pero frente al contexto de creciente polarización que estamos viendo en el mundo, Uruguay mantiene un espacio de convivencia muy único que propicia la creación artística y el intercambio.
Estoy convencida de que tanto el ministro José Carlos Mahía como la nueva directora de Cultura, Maru Vidal, y el director del Instituto de Artes Visuales, Martín Craciun, van a liderar un momentum fermental, un tiempo de gran dinamismo, marcado por la acción y el entusiasmo en el mundo del arte y la cultura de nuestro país.
En mi experiencia —y basándome en el contacto que tengo con la escena local— siento que hay muchísimas personas que están haciendo arte y desarrollando obras de alto impacto a lo largo y ancho de todo nuestro país. Por tanto, desde el MNAV vamos a trabajar fuerte para generar y potenciar diálogos con toda esa densa trama de artistas.