El trabajo de producción de una serie, desde la idea hasta la posproducción previa al estreno, suele ser extenso. En el caso de El eternauta, el público estuvo pendiente de cada uno de esos movimientos. Netflix confirmó la adaptación de la historieta en febrero de 2020, justo antes de que nos encerráramos ante una amenaza minúscula y mortal. Tres años después, en abril de 2023, Ricardo Darín confirmaba que encarnaría a Juan Salvo. Y un mes más tarde se anunció el comienzo de la filmación.

“Creo que parte del encanto que tiene hacer El eternauta es entender cómo atravesar la dificultad técnica que implica construir el mundo en que sucede”, decía Bruno Stagnaro en su primera declaración oficial a Netflix, y agregaba: “Esto será un reto inusual para nuestra industria y eso es algo que personalmente me motiva mucho, porque siento que puede establecer un precedente para que luego ya no sea tan difícil encarar este tipo de proyectos en nuestro país”.

También intervino Matías Mosteirin, productor ejecutivo de K&S Films, productora de la serie: “Es un enorme desafío, técnico y artístico, y conlleva una gran responsabilidad, por eso estamos trabajando con los mejores, con profesionales argentinos”.

El rodaje contó con 50 escenarios reales, en sitios reconocibles de Argentina como Vicente López o la autopista General Paz, pero también utilizó la tecnología para la construcción de 35 escenarios virtuales. La producción realizó escaneos 3D de amplias zonas de Buenos Aires y sus alrededores para, de esa manera, construir una ciudad virtual. “Claramente había que hacer un desarrollo tecnológico que no existía, por las condiciones en sí de la historia, donde todo Buenos Aires está nevado, está todo medio apocalíptico, y realmente ciertas locaciones serían imposibles de filmar en locaciones reales”, contó Ignacio Pol, supervisor de efectos especiales, en las entrevistas promocionales.

Los escaneos fueron traducidos al sistema de realidad virtual Unreal Engine, motor gráfico de amplio uso en videojuegos que permite renderizar imágenes en tiempo real. Esas imágenes luego se proyectaban en pantallas LED curvas de alta definición en el estudio, superiores al croma de antaño, porque el entorno virtual que muestran se ajusta a los movimientos de las cámaras para mantener la perspectiva adecuada. “La técnica de virtual production y utilizar pantallas para que los actores vean lo que está pasando y se genere algo mucho mejor en la iluminación del set era fundamental”, agregó Pol.

Foto del artículo 'El secreto de la nieve: la tecnología detrás de El eternauta'

“Facilita mucho el laburo del actor, en el sentido de que vos estás viendo en tiempo real las cosas que tenés que construir. Lo vuelve, creo, mucho más realista y mucho más efectivo”, dijo César Troncoso sobre esta tecnología.

Con respecto a la nieve, que en la historieta original era capaz de matar a cualquiera que entrara en contacto con ella, no se comporta como nieve tradicional sino como una especie de ceniza, más volátil y que genera bruma. “En la búsqueda estética de cómo se ve por cámara la nieve, fuimos encontrando diversos elementos para llegar a lo que tenemos al día de hoy”, contaba Nicanor Enríquez, jefe de efectos especiales. Esos elementos terminaron siendo una combinación de sal, celulosa, espuma seca y polietileno biodegradable triturado. El material final debía ser hipoalergénico, inocuo para actores y equipo técnico, además de que pudiera adaptarse a las necesidades del entorno.

Para las filmaciones en estudio, donde la sal podía dañar los equipamientos, se la sustituyó por perlita, o roca volcánica expandida. Y al final de la jornada un equipo de limpieza se encargaba de dejar cada locación exterior como la habían encontrado, tarea que llevaba un promedio de cinco horas por sitio. El resultado está a la vista de todos.