Ni siquiera en los tiempos del cisma de 1922, con un fútbol organizado adolescente, cuando la FIFA tenía apenas 20 asociaciones afiliadas y Uruguay no era una de ellas, la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) se había enfrentado a una determinación de sus clubes tan imponente como la que deberán ejecutar hoy en la asamblea de clubes para aprobar el nuevo cuerpo estatutario propuesto, o enfrentarse a la suspensión de la afiliación y, con ello, a la bancarrota o a una sucesión de perdidas de todo tipo: deportivas, económicas y de futuro.

En la historia de nuestro fútbol institucional sólo una situación de hace 94 años puede ser comparable con esta de hoy, y se trata del momento en que, después de haberse anotado casi a escondidas en la FIFA en 1923, momento en que pasaron a ser 31 asociados, la Federación Uruguaya, los rupturistas, los del cisma, quisieron quitarle representatividad a la delegación uruguaya a los Juegos Olímpicos de 1924 ante el Comité Olímpico Internacional y la FIFA.

El resto de la historia ustedes la saben, y si no la supiesen ya es buen momento para acercarse a ella: el vapor Desirade llegando a Europa con nuestros futbolistas entrenando en su cubierta, el paso de una ráfaga olímpica por los campos de Coya –según el perspicaz periodista Manuel de Castro–, y, finalmente París, Colombes, 9 de junio de 1924, cuando el Terrible Nasazzi y sus compañeros inventaron la vuelta olímpica y se transformó en el día del fútbol sudamericano.

Ahora no hay Colombes, ni Ámsterdam ni Maracaná, pero hemos logrado ser los sinvergüenzas que salen a picotear, estabilizando y permeando un gran sistema de selecciones que, de alguna manera, se han transformado en el vínculo empático popular con el fútbol.

Y de un poco de eso se trata, porque algunos dirigentes, que no siempre representan la media de pensamiento de los seguidores de los clubes, y algunos clubes, que no tienen seguidores y sí negocios, no quieren democratizar equitativamente la dirección y decisiones de todos quienes conforman la asociación, y parecen estar dispuestos a que se venga todo abajo para no renunciar a su omnipotencia irreal, a sus negocios y peculados.

La asamblea de hoy deberá decidir si aprueba un nuevo estatuto que cambia sustancialmente la presencia de algunas representaciones e incorpora a otras imposibles de negar por su enorme importancia, como los deportistas, o se hunde en un limbo en el que se paran las selecciones, su preparación y competición (tenemos un Sudamericano sub 20 a la vuelta de la esquina), y Peñarol, Nacional, Danubio, y Defensor Sporting se pierden la Libertadores, así como Wanderers, River Plate, Cerro, y Liverpool la Sudamericana.

El plazo que dio la FIFA a su comisión interventora, integrada por Pedro Bordaberry, Armando Castaingdebat y Andrés Scotti es hasta el domingo 2 de diciembre, por lo que hoy es el último día hábil.

Hay un grupo de diez clubes que ayer recibieron un fuerte golpe de parte del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS, por sus siglas en inglés), con sede en Suiza, que rechazó el pedido de postergación para votar el nuevo estatuto, algo que la FIFA está reclamando desde 2012. Boston River, Cerro, Danubio, Defensor Sporting, Fénix, Liverpool, Progreso, Racing, River Plate y Wanderers, Juventud de Las Piedras, Miramar Misiones y Villa Teresa fueron los clubes que decidieron ejecutar ese recurso de amparo, y ahora, encima de que les respondieron negativamente, se tendrán que hacer cargo de costas y costos del proceso.

La aprobación del nuevo estatuto que prevé cambios en la forma de la organización tiene perturbados a aquellos que hasta ahora tenían la sarten por el mango. Sería un congreso de 78 voluntades. “Los miembros del Congreso tendrán los siguientes votos: Clubes de Primera División Profesional: 32 votos; Clubes de Primera Divisional B: 14 votos; Clubes de Segunda Divisional Amateur (C) 7 votos en total; Organización del Fútbol del Interior [OFI] 7 votos en total; Futsal 1 voto en total, Fútbol Femenino 1 voto en total, Liga Universitaria de Deportes 1 voto; ONFI: 1 voto; Jugadores de Fútbol 11 votos en total; Arbitros: 2 votos; Entrenadores 1 voto. Total: 78 votos. En el caso de la Liga Universitaria de Deportes (1 voto) y ONFI (1 voto) su membresía depende de que obtengan las condiciones para integrar el fútbol asociación. Hasta tanto la Liga Universitaria y ONFI no reúnan las condiciones para integrar la AUF, esos 2 votos no se tomarán en cuenta y el Congreso quedará integrado por 76 votos”. Asimismo, habrá un órgano ejecutivo de siete miembros con la aparición por primera vez de la OFI y los jugadores: “Existirá un Comité Ejecutivo integrado por 7 miembros. El Fútbol profesional, OFI y los Jugadores tendrán la potestad exclusiva de proponer un miembro cada uno de ellos al Presidente, el que lo elevará al Congreso para la venia correspondiente junto con la de los otros tres restantes miembros que se propongan de acuerdo con el procedimiento general previsto. Los proponentes deberán cumplir con lo previsto por la ley 17.292.”

Por la positiva se vota. Por la negativa tendremos apagón FIFA. Veremos qué pasa. Un poquito más de responsabilidad y alguito menos de omnipotencia, desidia, cinismo, y peculado.