El césped sintético del Complejo Rentistas estaba picante, pero las jugadoras de Peñarol ni lo notaban. Hacía mucho calor bajo el sol del mediodía, pero ¡qué frescura! recibir esa enorme copa, que significa que son las mejores del femifútbol uruguayo por segundo año consecutivo. Festejan un exitoso 2018 y, con el pensamiento, apuntan hacia la Copa Libertadores 2019, que las tendrá, nuevamente, como protagonistas representando a Uruguay. Han postergado a Colón, una institución grande del fútbol femenino, que en los últimos seis años fue campeón cuatro veces y, en las dos últimas ocasiones, finalizaron como vicecampeonas.

Peñarol llegó a este éxito final aupado en la obtención previa del Torneo Clausura y de la Tabla Anual. Colón llegaba a definir el Campeonato Uruguayo por haber ganado el Torneo Apertura, superando a Nacional 1-0. En el primer partido entre ambos –la rara semifinal– Colón le produjo un fuerte revolcón a Peñarol, que, si ganaba, ya podría haber festejado ese mismo día, el domingo 9, cuando se enfrentaron en el estadio Charrúa. El 4-1 a favor de Colón sonó fuerte. Y las aurinegras se recuperaron: triunfaron 1-0 el miércoles en el Parque Viera y en espera, con ventaja, del último encuentro.

Y ayer el partido fue trepidante. No hubo un fútbol depurado ni una superioridad clara: el empate 2-2 fue el resultado final. Pero sucedieron muchas cosas…

Lo que pasó importa

Cuatro goles, tres expulsiones, un tiro penal mal logrado. Hay que poner atención al hilo de estos hechos, a su concatenación.

Colón estaba obligado a ganar para desquitar el 1-0 del primer partido final. Si triunfaba por un gol, obligaría a alargue y hasta podía haber definición por tiros desde el punto penal. Aspiraba a sacar dos goles de diferencia, pero, rápidamente, Peñarol se puso en ventaja. Iban apenas diez minutos cuando la golera Romina Chappe se confundió –¡puesto ingrato!, dicen– y Dufau facturó. ¿Dije Dufau? Entonces agrego que ella, Denisse, es tricampeona porque estuvo en el Cerro-Cerro, campeón del 12 junto con Sofía Olivera, Florencia Vicente y Lourdes Viana.

Después, todo fue medio chauchón. Colón tuvo momentos de dominio improductivo y acciones desconcertantes, como un tiro de esquina lanzado por la venezolana Crisbelis Abraham que cayó fuera del área. Importó un centro aurinegro que Daiana Farías fue a buscar con mucho ímpetu y que provocó una buena contención de Chappe. ¿Dije Farías? Entonces cabe recordar que ella comenzó “su carrera” en Colón y que por ese club también pasaron otras de sus compañeras. Recuerdo, son ocho de las 11 titulares de ayer: Daiana, Fátima Rivero, Florencia Vicente, Lourdes Viana, Ximena Velazco, Agustina Arámbulo, Jemina Rolfo y Stefany Suárez. ¡¿Se conocerán estas muchachas?!

Salvado esto, se debe informar que la golera de Colón debió salir del área muy apurada, cuando recién se había traspasado la primera media hora y se llevó por delante a una delantera rival. De ahí derivó su expulsión, justo en un equipo que no tenía golera suplente (¿?). Al arco la coloniense Cecilia Domeniguini, una de las más valiosas de Colón.

Y sobre el final del primer tiempo, el segundo gol de Peñarol, otra vez de Dufau, una jugadora más creativa que definidora. Pero bien vino el papel de goleadora asumido en ese primer tiempo, que finalizaba 2-0, con Peñarol en situación dominante.

Lo logró

La dupla técnica de Colón produjo dos modificaciones para comenzar el segundo tiempo. Una protagonista de ellas, la sub 17 Tatiana Lima, enfocó hacia la parte alta del arco pasados los diez minutos de acción; Olivera la tocó, pero al caer pareció entrar, aunque quedaron dudas sobre si había traspasado toda la línea, no para el asistente Marcos Rosamén ni para el árbitro Fernando Ledesma, que convalidaron como gol esa jugada.

Siguieron acciones parejas, aunque Colón seguía con diez jugadoras en la cancha cuando la lateral Camila Iriarte detuvo una pelota con su mano dentro del área. Iban 32 minutos. Se encargó a la joven Belén Aquino la ejecución. Engañó a la golera, que se lanzó hacia su izquierda, y el balón se fue rastrero hacia el otro lado… pero afuera. Y a seguir, ahora en igualdad numérica, porque Iriarte resultó expulsada.

Recién pasada la hora se produjo el gol del empate, que pareció ser de Oriana Fontán, pero luego los árbitros se lo dieron a Lorena González, la ejecutante de un tiro de esquina.

El empate consagró a Peñarol. El 1-0 de la primera final decidió todo. Es la hora de los festejos. ¡Disfruten, bicampeonas aurinegras, que la institución quedará muy conforme con el doble éxito masculino-femenino del final de temporada!