El primer tiempo fue parejo. Uruguay, que abrió con Luciano Parodi, Bruno Fitipaldo, Santiago Moglia, Gonzalo Iglesias y Esteban Batista, empezó mal el cuarto inicial -llegando a perder por 12 puntos, 15 a 3- terminó cerrándolo mejor y con ventaja; en el segundo chico Brasil ajustó y terminó arriba 38-37.
En esos primeros 20 minutos en la celeste hubo destaque individual y colectivo. De forma solitaria lo hizo Parodi, muy efectivo a la hora de meterla en el aro -terminó con 16 puntos en esos dos cuartos-, pero en especial por los aciertos desde detrás de la línea del triple. Precisamente, en ese aspecto del tiro exterior, estuvo la gran fortaleza colectiva de Uruguay. La efectividad desde los 6.75 fue buenísima: 9 conversiones en 16 intentos, puntos vitales para mantenerse en partido, sobre todo porque en el juego interno Batista y Kiril Wachsmann no pudieron pesar.
Brasil marcó el ritmo en el tercer cuarto. Mejor dicho: lo impuso. Una lluvia de triples (5/9) en los minutos iniciales hizo que los norteños sacaran distancia de 11, 59-48. Además, con defensa bien intensa, le cerró los tiros a Uruguay. Esa diferencia se mantuvo hasta el final, cuando cerraron 66-55.
De pique la celeste hizo 6 puntos seguidos y se puso en partido. Eso lo debió de hacer dos veces en ese último período, porque los brasileños estuvieron imbancables en ofensiva. En defensa, cerrándose atrás para que no incidiera Batista, y cambiando en las cortinas para incomodar en el tiro exterior, Brasil fue abrochando el partido hasta ganarlo 83-72.