En un partido increíble –por la calidad del rival, por cómo se estaba dando el juego– Brasil terminó ganando en alargue a Uruguay 83-76 en el segundo juego entre ellos por la fase inicial de la Americup. Fue un juego interesante, en el que a pesar de las diferencias los celestes estiraron la ilusión.

Ahora habrá que esperar hasta noviembre, cuando en el mismo Antel Arena Uruguay enfrente a Panamá y Paraguay, los otros rivales celestes en el grupo B. Vale recordar que los tres primeros de cada grupo acceden a la fase final, por lo que los celestes están plenamente en carrera.

Hay veces en las que uno no sabe en qué casillero de la historia está parado. Estando acá, en este punto de la historia del básquetbol uruguayo, me pregunto cuándo habrá sido la primera vez de uruguayos y brasileños en básquetbol, allá por los primeros años del siglo XX. Es dable pensar que fue antes de aquella primera vez por un Sudamericano que se jugó en Montevideo y que ganó Uruguay, y de ahí se disparan más interrogantes, sobre la primera vez en la cancha de la tribuna Olímpica del Centenario, en el estadio de Federación, la primera vez en el Cilindro, hasta llegar acá, y pensar, situarse en el primer partido entre Uruguay y Brasil en el Antel Arena. Tal vez hasta antes de entrar a este maravilloso estadio, y por la laxitud del formato de clasificación (entrarán tres de los cuatro de cada serie a la fase final de esta Americup), uno no evalúa firmemente el partido como un juego fundamental y con componentes que lo puedan hacer inolvidable. Pero es sólo ponerse a repasar la historia de este clásico construido con decenas de triunfos, derrotas, sueños, éxitos, frustraciones, alegrías, rabietas y gloria, y entenderemos en qué lugar estamos ante este partido de elite del baloncesto sudamericano.

Y terminó siendo así. Una remontada inolvidable y un final previsible pero incierto.

Agachando la cola

Con una defensa bien establecida y un formato ofensivo poco variado pero efectivo, Uruguay entró tomando ventajas, y el control del partido, hasta llegar 8-3. Mucha atención y firmeza en la marca, y la búsqueda de Esteban Batista pivoteando debajo del acrílico le dieron la diferencia inicial al equipo de Edgardo Kogan, que además encontraba en esos primeros minutos el 100% de acierto en los triples de Bruno Fitipaldo. En seis minutos de juego de ese primer cuarto, Uruguay había tomado una diferencia de 8 puntos (13-5),con aciertos exclusivos de Esteban Batista y Bruno Fitipaldo. Tres ataques perdidos por los celestes, y el acierto de los brasileños, les permitió ponerse 16-15, pero un nuevo triple, el cuarto, de Bruno Fitipaldo, volvió a estirar la ventaja. Aquel cuarto inicial terminó con el triunfo celeste 22-17 y la enorme particularidad de que recién en el punto número 20 anotó un jugador distinto a Fitipaldo o Batista; los 19 puntos con los que Uruguay había conseguido ventaja eran sólo de ellos dos.

Kogan cambió por completo el quinteto uruguayo y así empezó el segundo cuarto con Santiago Pepo Vidal, Santiago Moglia, Martín Rojas, Joaquín Rodríguez y Gonzalo Iglesias. La primera vez que Brasil paso al frente en el marcador fue como consecuencia de dos triples consecutivos en los primeros tres minutos del segundo cuarto, en los que Uruguay no logró mover las redes. “En dos minutos con la defensa ya hemos logrado un 6-0”, les gritó satisfecho a sus jugadores el técnico croata Aleksandar Petrović, que les habla en español a sus jugadores brasileños. Recién a los cinco minutos del segundo cuarto volvió a la cancha Fitipaldo con sus números mágicos. A esa altura Brasil ganaba 34-28 con muchísimas conversiones desde la línea del triple. Uruguay había perdido tono defensivo pero lo volvió a encontrar con los lanzamientos de Luciano Parodi. Recién en 37 iguales pudo volver a empatar Uruguay, pero con la capacidad de los grandes brasileños de abrirse y tirar de afuera Lucas Dias volvió a poner un triple y el partido 40-37, y así se fueron a los vestuarios.

Lo que cuesta vale

Nuevamente fue costoso el comienzo del segundo tiempo, y con esfuerzo Uruguay logró empatarlo en 40, pero otra vez desde el triple pasó Brasil. Se repitieron los errores en el equipo uruguayo, que volvió a perder oportunidades de ataque, y Brasil contestó con goles, con lo que abrió una diferencia de diez puntos, 53-43.

La mayor diferencia del partido fue de 13 puntos a favor de Brasil, cuando Uruguay ni siquiera desde la línea de la libre lograba hacer pasar la pelota por el aro. El tercer cuarto, que suele ser el fiel de los partidos, resultó determinante para la ilusión celeste y terminó con 13 puntos de ventaja para los brasileños, que lo terminaron ganando 60-47.

Desde la línea de tres puntos con encestes de Parodi, el quinteto celeste trató de remarla y bajar el doble dígito de diferencia. No acertaba Kogan con la conformación del equipo, moviendo demasiado un equipo que quería consolidarse. Volvió al quinteto natural: Fitipaldo, Parodi, Gustavo Barrera, Kiril Waschman y Batista, y a falta de tres minutos, con cinco tantos corridos de Fitipaldo, Uruguay se puso a una pelota de empatar 66-63. No logró empardar y tomó aire Brasil. Un triple de Fitipaldo a falta de menos de un minuto puso a Uruguay a un punto (68-67), y un libre de Bruno empató en 68, lo que llevó el partido al alargue, en una estupenda remontada celeste.

Kogan mantuvo el quinteto en la prórroga y los celestes desde la línea del libre tomaron ventaja 72-70.

Una corrida de Parodi puso a los celestes otra vez arriba, pero un par de ataques sin éxito llevaron a Brasil otra vez arriba 80-76, con un triple de George de Paula.