Ya sabemos cómo viene la cosa por acá. La Asociación Uruguaya de Fútbol, con mucha sensatez, a pesar de las urgencias y las presiones, ha dado sostén a la medicina y la ciencia para aprobar un protocolo de retorno a las canchas para el mes de agosto si no surgen inconvenientes en cuanto al control de la epidemia de covid-19. Pero ¿cómo están en otros países?

En Argentina no hay fecha de retorno, aunque sí estaban adelantados en protocolizar la vuelta a las canchas. En la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) hay una media docena de clubes que están estandarizando sus propios protocolos para jugar profesionalmente. “Si cada club va a hacer un protocolo, va a ser para lío”, dijo el coordinador del área médica de la AFA, Donato Villani.

En Brasil el torneo nacional no había comenzado cuando la epidemia atacó al país continente. La acción negacionista de su presidente, Jair Bolsonaro, provocó miles de casos y muertes. Algunas federaciones estaduales presionan para que en junio vuelvan sus torneos, que fueron suspendidos en marzo, y así poder empezar el Campeonato Brasileño en julio. Racionalmente, parece improbable, en una nación que tiene 24.000 muertes por coronavirus y ya pasó los 375.000 casos.

¿Y los demás?

En Chile, la situación, crítica –fundamentalmente en Santiago–, generó dilataciones en la discusión sobre el retorno del fútbol profesional. La mejor proyección parece ser agosto, y a partir de entonces jugar las 34 fechas que le restan al torneo chileno. En Paraguay, si todo sale de acuerdo a lo proyectado en su protocolo de retorno, entre la segunda quincena de julio y la primera de agosto estaría volviendo el campeonato de la Primera División.

Ecuador está en medio de una fuerte disputa dirigencial con remoción del presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, Francisco Ergas, por parte de los clubes integrantes de la Liga Pro. Tras el comienzo de la desescalada, algunos clubes empezaron sobre el fin de semana su retorno a las prácticas, pero ya de entrada el Emelec presentó cinco casos positivos de covid-19. De acuerdo a los planes, comenzarían a jugar en la segunda quincena de julio.

En Perú es más complicada aún la conjunción entre la crisis de salud y la presión por la vuelta del fútbol: el gobierno acaba de extender el toque de queda por todo el mes de junio. “Se permiten actividades deportivas profesionales que no impliquen contacto físico directo, así como el fútbol profesional”, dijo en conferencia de prensa el presidente peruano, Martín Vizcarra.

Sólo se jugará en Lima, en seis estadios. Los futbolistas de todos los clubes permanecerían todos en la capital peruana para tener la mejor vigilancia sanitaria, y cada cuatro semanas volverían a la ciudad sede de su club para visitar a sus familias. De los 20 equipos que componen la Liga 1, sólo hay cinco de Lima, lo que llevará a una gran disparidad de condiciones deportivas, desde todo punto de vista.

Colombia, Bolivia, Venezuela

En Colombia el campeonato de la Dimayor podría retomarse el 1° de agosto. Dentro de una semana los futbolistas, previamente testeados, volverán a las instalaciones de sus clubes, a trabajar en el campo pero de manera individual y sin contacto físico entre sí. En Bolivia, donde el fútbol ha sido castigado con muertes por coronavirus –un futbolista, un entrenador y un dirigente de la provincia de Beni, la más afectada por la epidemia–, no hay posibilidad alguna de que el campeonato retorne a la brevedad.

Tampoco en Venezuela, donde, además, la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) acaba de anular la disputa del campeonato. La FVF determinó la semana pasada “suspender de forma definitiva los torneos de fútbol profesional temporada 2020 de las categorías de Primera y Segunda División, vista la imposibilidad material de cumplir con lo establecido en sus normas reguladoras. Se anulan y se dejan sin efecto alguno los resultados de los partidos jugados al inicio, así como la tabla de clasificación existente hasta esta fecha”.