Por más que con un comunicado la Conmebol manifestó que “fueron ratificadas” las fechas de inicio de las Eliminatorias, recién el jueves se determinará si es en octubre, en noviembre o el año que viene.

Una cosa es cuando la Confederación Sudamericana de Fútbol determina por sí misma las consecuencias del reinicio de sus torneos de clubes, pero otras es cuando pasa a la condición de productor de un torneo que implica a todas sus asociaciones miembros, y además a centenas de clubes de varios continentes dueños de las fichas de cientos de jugadores. En ese caso, quien ejecuta es la FIFA, que es la organizadora de la competición y, por tanto, quien tiene la determinación final de cada una de las acciones.

Para el caso de la clasificatoria sudamericana, concebida en el calendario original para empezar a jugarse en marzo de este año, tardíamente suspendida por la pandemia de coronavirus, fue reprogramada –de acuerdo a las proyecciones y estimaciones de la Conmebol– para el mes que viene.

Como ya estamos a nada de esa fecha –8 de octubre–, hay que resolver en acuerdo con FIFA si están dadas las condiciones de salubridad para que, con el aumento de trasiego de fronteras y la variabilidad de los lugares de donde llegan los deportistas, se empiecen a jugar las eliminatorias.

Parecido no es lo mismo

En las últimas horas, a la par de la inexplicable determinación de aprobar la interacción de futbolistas pacientes de coronavirus provenientes de Argentina para jugar en Paraguay, se realizó una reunión con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, para abordar los preparativos para la primera fecha de la clasificatoria. Extrañamente, y casi en contradicción con lo comunicado por la Conmebol, no quedó plenamente determinado que la primera fecha se jugará en octubre, y ni siquiera en este año. El comunicado de la Conmebol dice que “las fechas de los primeros partidos –8 y 13 de octubre– fueron ratificadas en el encuentro”, pero a la vez dice que mañana habrá otra reunión para definir el tema. “Ratificar” y volver a reunirse parece contradictorio.

Consultado por Garra, el gerente deportivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol, el Dr Eduardo Belza, se mostró proclive a esperar hasta el jueves para saber si efectivamente arranca el 8 de octubre. “No hay que descartar ninguna posibilidad dado el panorama tan complicado e incierto de la pandemia”, dijo. En un razonamiento lógico, Belza manifestó que tal vez haya sido apresurado el comunicado de la Conmebol porque si realmente se hubiese ratificado la fecha, no habría necesidad de esperar 48 horas más para la decisión.

Lo que sucedió fue que la Conmebol le solicitó a Infantino que se respetara la obligatoriedad de la cesión por parte de los clubes en favor de las selecciones sudamericanas. La preocupación surge de la determinación de UEFA el mes pasado, cuando para las fechas de la Liga de Naciones autorizó a no ceder jugadores que debieran afrontar cuarentenas superiores a cinco días al volver del país donde eventualmente jugó. Pero esa es una decisión de la UEFA para su competición, y no la de la FIFA, que rige el Mundial y que no ha cambiado la obligatoriedad de cesión a las selecciones mundialistas.

En los 10 países de la Conmebol, de acuerdo al protocolo pensado para la Libertadores y Sudamericana, y que podría ser extensivo a la Eliminatoria, los futbolistas podrían llegar a sus centros de entrenamiento de primera, sin cuarentena externa, pero el tema es la vuelta a Europa.

Si no marcha lo de empezar en octubre, una posibilidad es que se estire hasta noviembre la determinación de jugar esas primeras dos fechas, y generar alguna triple fecha en el 2021; otra es directamente comenzar la clasificatoria el año que viene jugando ronda de tres fechas por ciclo.

Belza aclaró que si efectivamente mañana se decidiese que se juega en octubre, el viernes habría que elevar la lista de jugadores reservados. Paciencia.