Roger Caillois propone una clasificación de los juegos según prevalezca alguno de estos elementos: la competencia, el azar, el simulacro, el vértigo. La mayoría de los deportes tiene como objetivo ganar, ya sea al rival o a uno mismo. Cuando jugamos a los dados, o al solitario, el placer es lavarse las manos y entregarse a los designios de la suerte. En el teatro actuamos, jugamos a ser otra persona, valiéndonos de la máscara y el disfraz... Finalmente, convengamos que la gallinita ciega, el culipatín y un programa de automovilismo de los 90 que coconducía Fernando Parrado son sinónimos de vértigo.

Esta taxonomía, lejos de ser excluyente, apunta Caillois en su ensayo Los juegos y los hombres, abre un abanico de combinaciones finitas, prohibidas, explosivas. La probabilidad de meter una generala servida es irrisoria –lo sabemos gracias a ciencias gélidas como la estadística–; sin embargo, la expectativa al tirar los dados puede provocar un fuego interno que nada tiene que envidiar al del barco pirata.

Si jugamos a llevar la clasificación de Caillois al límite, mezclamos todos esos ingredientes y agregamos un poco de evasión y reglamento podríamos obtener, sin exagerar, una nueva temporada de la NBA.

La escriben los perdedores

De oeste a este, Los Angeles Clippers, Phoenix Suns, Utah Jazz, Denver Nuggets, Minnesota Timberwolves, New Orleans Pelicans, Memphis Grizzlies, Indiana Pacers, Charlotte Hornets, Orlando Magic y Brooklyn Nets son las 11 franquicias que nunca ganaron un campeonato. La mayoría siquiera olió las finales. Lo más fresco es la última temporada, en la que Phoenix perdió con los Milwaukee Bucks de Antetokounmpo, Holiday y Middleton. Los Nets, en 2002, cuando estaban en Nueva Jersey, fueron barridos por los Lakers de Shaquille O’Neal y Kobe Bryant. Y el fracaso más recordado seguramente sea el del Utah Jazz de Stockton y Malone cuando perdió las finales dos años consecutivos con los Chicago Bulls de Phil Jackson. Las de 1997, en particular, son las de Jordan jugando el quinto partido con 38 de fiebre –un grado por cada punto que anotó–, producto no de una fuerte gripe, como se dijo en su momento, sino de haber bajoneado una pizza envenenada que le mandó un delivery la noche anterior, según consigna el soberbio documental The Last Dance.

La danza de los nombres

El comisionado de la NBA entrega el premio al Jugador más valioso, se descorcha el champán y a partir de allí se terminó. Entonces hay dos opciones: taparse con la mantita y esperar cuatro o cinco meses a que empiece la próxima temporada, o sobrellevarlo siguiendo de cerca el mercado de fichajes y hasta relojeando el draft, esa vidriera de 60 jugadores nuevos en la liga –la mayoría provenientes de la universidad– que los equipos eligen en un orden determinado por las posiciones de la temporada anterior. El número 1 de este año, seleccionado por Detroit Pistons, es Cade Cunningham, de Oklahoma State.

Como siempre, el vigente campeón intentará reconquistar el anillo. ¿Tienen los Bucks chances serias de lograrlo? Repasemos brevemente cómo quedaron conformadas algunas plantillas a fin de pronosticar sin osadía qué equipos podrían destronar a los ciervitos.

Con el diario del viernes

En la Conferencia Este, luego de mucho tiempo, se ve una paridad interesante y además es entre varios equipos. Boston Celtics, Atlanta Hawks y Washington Wizards tienen rotaciones muy competitivas y seguramente estarán en la pelea. Chicago Bulls buscará devolver protagonismo a una franquicia tan ganadora en los 90 y para ello incorporó a Demar DeRozan, Lonzo Ball y Alex Caruso, que junto con los valores Zach Lavine y Nikola Vucevic forman un equipo, a priori, sólido y versátil.

Pero el gran candidato, un año más, parecía ser Brooklyn Nets. A su big three estelar –Kevin Durant, Kyrie Irving y James Harden– se suman la veteranía y buen juego de Patty Mills, Paul Millsap y Lamarcus Aldridge. Sin embargo, Irving, enorme jugador, de lo mejor de la liga en su posición –campeón con Cleveland en 2016–, ha decidido no vacunarse. San Francisco y Nueva York son las dos ciudades de Estados Unidos que no permiten competir en sus instalaciones a quienes no estén vacunados contra el coronavirus, por lo cual Irving, en principio, iba a perderse la mitad de los partidos, además de no poder entrenar normalmente con sus compañeros. Luego de varios días de incertidumbre y rumores de todo tipo –¿será traspasado a otro equipo?, ¿se perderá toda la temporada?, ¿se retirará del básquetbol?–, el jugador comunicó que mantendría su postura y finalmente, el viernes, 15 la gerencia de los Nets resolvió no contar con sus servicios por tiempo indefinido.

Esta ventaja que otorga el equipo dirigido por Steve Nash podría aprovecharla Miami Heat y convertirse definitivamente en la gran amenaza de los Bucks esta temporada. Mantiene la base del equipo que llegó a las finales en la burbuja de Orlando en 2020 y ahora agregan jerarquía, carácter y anillos de la mano de Kyle Lowry, campeón con Toronto en 2019, y PJ Tucker, actual campeón con Milwaukee.

En el Oeste, por su parte, el pronóstico resulta más incierto. Varios equipos tienen jugadores franquicia, grandes anotadores, atletas exuberantes, pero no se vislumbra uno que dé garantías firmes para soñar en grande. Quizás Phoenix Suns, por ser el actual campeón de la conferencia y no haber sufrido demasiados cambios, sea el más confiable en este rubro. La contracara del equipo de Chris Paul y Devin Booker es Los Angeles Lakers, cuya plantilla ha sido completamente renovada. Entre las bajas y las altas –Carmelo Anthony, Trevor Ariza, Rajon Rondo, Russell Westbrook y Dwight Howard, entre otros–, más la dupla LeBron James-Anthony Davis, los angelinos se convirtieron en el equipo más veterano de la NBA con un promedio de 32 años de edad. Utah Jazz, si mantiene el buen juego de la temporada pasada y mejora en defensa, tiene grandes chances de estar en la definición. Golden State Warriors se armó para volver a ser protagonista. Su líder Stephen Curry está en un gran momento, los aleros Andrew Wiggins y Jordan Poole tienen mucho para demostrar, y han regresado a la franquicia Kevon Looney y el Jugador más valioso de las finales de 2015, Andre Iguodala; los de Oakland, además, tienen mucha expectativa por el regalo que les traerá Papá Noel.

Los rendimientos que puedan lograr equipos como Portland Trail Blazers, Dallas Mavericks o Denver Nuggets resultan imprevisibles, pero seguramente dirán presente en los playoffs para alegría de sus propietarios y de quienes disfrutamos de jugadores como Nikola Jokic, Damian Lillard o Luka Doncic.

No llego

Entre lesiones y protocolos de salud, varios actores no serán de la partida en el inicio de la temporada. El base Trae Young de Atlanta Hawks perdió en julio a su socio Onyeja Okongwu por una lesión en el hombro que lo dejará al margen al menos hasta diciembre. Para Navidad, precisamente, se espera el retorno de Klay Thompson en los Warriors. El mejor socio de Curry no ve acción desde las finales de 2019 y viene de encadenar dos de las peores lesiones que un deportista pueda sufrir: rotura de ligamentos cruzados de la rodilla y rotura del tendón de Aquiles.

Zion Williamson, la joya conflictiva de los Pelicans, se está recuperando de una operación que se hizo en secreto por una fractura en el pie y verá el inicio del campeonato con ropa de calle. Los casos más infames probablemente sean los de Jamal Murray y Kawhi Leonard, dos de los mejores jugadores de la liga. Febrero aparece como un horizonte posible para el base canadiense de los Nuggets –hay más especulaciones que certezas–, aunque tampoco se quiere arriesgar con su recuperación, mientras que para el escolta de Los Angeles Clippers el panorama no es tan auspicioso. Tuvo una lesión en la rodilla en los últimos playoffs y desde entonces ha trascendido, luego de haber pasado por el quirófano, tanto que se perderá toda la temporada como que tal vez pueda regresar en 2022.

Para agendar

El fixture de la NBA es insondable como el descenso en el fútbol cuando se determina no por puntos sino mediante coeficientes, promedios y todo tipo de restricciones soñadas por gente de corbata en los despachos de la sede asociacionista. A grandes rasgos, son 30 equipos: 15 en la Conferencia Oeste y 15 en la Este. Cada uno juega 82 partidos, o sea es todos contra todos pero no solamente, y es en términos de local y visitante pero no solamente.

Lo cierto es que la temporada regular –esos 82 partidos– termina el 10 de abril. Recién seis días después comienzan los playoffs, porque antes, del 12 al 15, se juega el play-in, instancia en la que se definen las posiciones 7 y 8 de cada conferencia. El primer partido de las finales de la NBA –campeón del Este contra campeón del Oeste– será el 2 de junio, y el séptimo y último, en caso de ser necesario, el domingo 19 de junio de 2022.

Si la Premier League tiene el boxing day, la NBA tiene el especial de Navidad. Maratón de cinco partidazos a partir del mediodía. De aperitivo, Knicks-Hawks, la vuelta del ornitofóbico Young al Garden; luego te almorzás las sobras del 24 y algo verde con Bucks-Celtics; de tarde un tecito digestivo y el emotivo Suns-Warriors con la vuelta del splash brother; no cenás porque a las 21.00 empieza Lakers-Nets (¿los veremos en las finales?), y cuando ya estás todo fané la coronás con el trasnoche Utah Jazz-Dallas Mavericks.

El Juego de las Estrellas –el evento globetrotter de la NBA en el que reinan el show, la camaradería, el campeonato de hundidas y un amistoso el domingo que ya poca gente ve– será el fin de semana del 18 de febrero en Cleveland, Ohio.

Noche de apertura

La 75ª temporada de la NBA comenzó el martes de la semana pasada con dos partidos que perfectamente podrían ser las finales de conferencia. Tras dominar durante todo el juego, Milwaukee derrotó a Brooklyn 127-104, y a segunda hora, en un trámite más parejo que se dirimió a falta de dos minutos, los Warriors vencieron en Staples Center a los Lakers 121-114.

Todos los partidos de la NBA pueden verse por la plataforma de streaming NBA League Pass, y a su vez TV Ciudad emitirá un encuentro todos los jueves de noche. Vértigo, simulacro, azar, competencia y más promete esta nueva temporada del mejor básquetbol del mundo.