El torneo local de fútbol playa suele jugarse a comienzos de año, pero la pandemia no sabe de calendarios. Lo que se estaba jugando se suspendió y hubo que reanudarlo los últimos días del año. Implicó un esfuerzo muy grande para los equipos que tuvieron que volver a entrenar en meses en que no suelen hacerlo, con el mismo plantel que a principio de año y con la curiosidad de jugar con una versión del reglamento que ya no es la actual.

Quedaban un puñado de partidos del Torneo Apertura, que terminó consagrando a Malvín como campeón. Luego vino el Clausura, cuyo formato cambió con respecto al primer torneo: dos series de cuatro equipos y los ganadores de cada una de ellas juegan una final. Así fue que llegamos al partido del sábado. Malvín, campeón de una serie, y Cerrito de la otra. No hubo sorpresa, fueron los dos mejores equipos de la temporada.

Dos finales posibles tenía la noche del sábado: se terminaba todo si Malvín ganaba; se debía jugar una finalísima si Cerrito triunfaba. El partido tuvo el guion esperado, ambos equipos tienen maneras muy diferentes de jugar este deporte. Malvín inicia el juego desde los pies de su arquero, Jonathan Díaz, buscando superioridad numérica, tener la posesión, generar espacios a través de cortes sin pelota, atraer por un lado de la cancha para finalizar por el otro. Pero Cerrito tenía un plan.

El sitio grande

Y le funcionó. Robar y finalizar. Doblar las marcas cuando el Tonga Gastón Laduche de Malvín proponía un pie a pie, buscar a su pivot Gabriel López para sacarle ventaja a sus centímetros, y cometer pocas faltas. Todo eso lo hizo desde el comienzo, y Malvín lo sintió. Incómodo en la salida, fueron pocas las veces que pudo combinar por aire, y cuando encontraba un hueco para patear se topó con una buena noche de los dos arqueros de Cerrito: Pablo Torena y Guillermo Micheltorena.

El marcador siempre fue corto, el primero de los tres tiempos terminó 1-0 a favor de Cerrito con un solitario gol del Pulpo Abad. Gonzalo Cazet amplió ventajas en el segundo tiempo, y recién a falta de un minuto para terminar ese segundo chico apareció el primer gol de Malvín, el primero de los tres que haría el Tonga.

Pero Malvín nunca pudo empatar, porque a cada gol suyo seguía uno de Cerrito a los pocos segundos. Entonces entraron al tercer tiempo, donde se ganan o se pierden los partidos, 3-1 a favor de Cerrito. Laduche hace el gol más lindo de la noche: pase de aire de Dani Golarte, acomoda de cabeza y chilena al ángulo. Al minuto Cerrito vuelve a poner dos de ventaja, otra vez Laduche acorta a uno, a falta de tres minutos y 11 segundos. Cerrito saca y Gonza Cazet, que estaba con la mira calibrada (es el goleador del torneo), la pudrió en un ángulo. Otra vez el auriverde dos arriba a falta de tres minutos y diez segundos.

Así terminaría el partido: 5-3 para los dirigidos por Miguel Presa. Cerrito campeón del Clausura. Buen partido de Emiliano Neres marcando a Andrés Laens, de Matías Ferrari con una salvada en la línea para echar por tierra, o por arena, la reacción malvinense. El gol de Brandon Maverino viniendo desde el banco, literalmente viniendo del banco cuando, en uno de los cambios (son ilimitados), entró y picó por la izquierda, Micheltorena lo vio y los defensores de azul no.

Para el entrenador Presa, “la clave estuvo en la concentración y apegarnos al plan desde el principio. Sobre todo cortar los circuitos de Malvín”.

Ponele título

Este lunes 20.30 se volverán a ver las caras y se definirá el título. En Malvín saben que tendrán al Mascota Catardo y Gastón Laduche más descansados, ya que el sábado ambos venían de jugar, unas horas antes, la final del torneo de futsal. Su entrenador, Fabián Canaveris, lo resumió así para Garra: “Entramos un poco distraídos en la segunda pelota, nos costó acomodarnos al juego que proponemos nosotros. En el partido de ayer, Cerrito fue superior. El lunes me imagino un partido más intenso, con nuestros jugadores mejor descansados. Tenemos mucha ilusión y confianza en lo que proponemos”.

Laens lo dijo al finalizar el partido: “Corregir distracciones y meterla dentro del arco”. Porque, aunque sea en la playa, esto es antes que nada fútbol.