Cuando todo parecía que se cerraba el miércoles porque Aguada venía jugando notable y Trouville, con más dudas, había perdido su mejor exponente, la rebeldía de los rojos, con el plus de los jugadores de su cantera, hizo un partido notable y doblegó a Aguada de principio a fin.

La historia quedó 2-1 para el actual campeón. Por eso, Aguada sabe que puede salir campeón si se queda con el punto cuando se dé el salto inicial hoy a las 21.25 en el Antel Arena. Trouville, en cambio, no tiene mañana si no gana y fuerza el quinto y último encuentro (porque las finales son al mejor de cinco y no de siete, como en ediciones anteriores).

Una buena novedad para Trouville es que tendrá nuevamente tres extranjeros. Y qué extranjero es el que se suma: Anthony Danridge sustituirá al lesionado Federico Mariani. Danridge, que arrancó la pasada temporada con los rojos pero luego fue recambiado porque se desgarró, estaba en Uruguay entrenando con Capitol para la próxima Liga, los trámites entre los clubes llegaron a buen puerto y el alero se sumó al equipo dirigido por Germán Fernández. Gran alta para un Trouville que debe repetir o acercarse a su nivel del miércoles para poder ganar esta noche.

Aguada debe cambiar la cara. En la tercera final dependió mucho de Dwayne Davis y eso le costó caro, más allá de que Leandro García Morales y Lee Roberts tuvieron chispazos de buen juego. Al Thornton fue la gran decepción y los aguateros necesitan más de él, lo mismo que de los jugadores que saltan desde la banca, Sebastián Izaguirre y Federico Pereiras.

Imponer el ritmo será fundamental. Ahí puede estar la clave del juego, porque en los anteriores quien manejó los tiempos se llevó el partido. Trouville pondrá frenesí porque quiere sacar provecho de su mejor forma; Aguada, con una seguidilla mayor de partidos, tendrá que jugar más aplomado, ser más generoso con el balón y cargar más, mucho más, la pintura.