Nacional derrotó a Cerrito 2-1, con goles de Franco Fagúndez y Felipe Carballo –Julián Perujo anotó el tanto del descuento–, y se consagró campeón del Clausura, lo que, sumado a ser el ganador de la Tabla Anual, lo coloca a un solo triunfo de ser campeón del Uruguayo. Los tricolores jugarán una semifinal-final con Liverpool (que, dicho sea de paso, se aseguró por primera vez su clasificación a la fase de grupos de la Copa Libertadores) y con una sola victoria serán campeones de la temporada.

Luis Suárez saludó, abrazó y besó a sus hijos, agradeció a la tribuna mientras la familia se le apretujaba con emoción genuina. No está en Barcelona ni en Atlético de Madrid, los últimos clubes donde festejó a familia completa; está en su tierra, entre su gente, en el club al que quiso volver. Es el Clausura, pero es el campeonato al que vino a jugar y lo ganó.

No se puede asegurar, pero es muy posible que, con este mismo plantel, con este mismo director técnico, Nacional hubiese sido campeón incluso si el 7 de julio Suárez no hubiese disparado el “¿Y Nacional hizo algo?” que promovió la enorme movida de #SuarezANacional. Lo que sí se puede asegurar es que Suárez, su presencia, su juego y todo el movimiento multiplicador de adhesión de los hinchas tricolores fueron los elementos esenciales, en los hechos, de la obtención del Clausura 2022.

A buscar el gol

Nacional sólo tenía que ganar para ser campeón. Su rival era Cerrito, que ya hace varios partidos que perdió la categoría, pero nunca entregó sus credenciales de competir en cada partido. Roland Marcenaro, el último de los entrenadores de este año de los auriverdes, planteó un partido con los cuidados necesarios y puso una línea de cinco, con el soporte de cuatro mediocampistas que frecuentaban su propia área defensiva, lo que hacía que delante de Nicolás Gentilio quedaran nueve jugadores rodeando a Suárez y compañía.

Estaba todo trancado porque Cerrito proponía justamente esa forma de encarar el juego, cuando a los 17 minutos todo cambió: tras una acción de intensidad ofensiva de Nacional después de un rebote, la pelota quedó en juego para que Fagúndez habilitara a Didí Zabala, este le devolviera la pelota al centro y el joven delantero tricolor terminara anotando el primer gol del partido.

Todo cambió. Cerrito siguió intentando neutralizar con muchísima gente, aun cuando Matías Soto se lesionó y debió dejar el centro de la defensa, pero los tricolores llegaron a las redes contrarias. Aunque por posición adelantada no valió el gol de Suárez ni el de Fagúndez, la carga de los ataques del equipo tricolor se sucedieron.

A lo Suárez

Nacional ya era campeón con aquel escuálido 1-0 y sin que Cerrito hubiese realizado ni un ataque al arco de Sergio Rochet, pero quedaba todo un tiempo. Fue en el arranque del complemento cuando un pase exquisito de Fagúndez a Carballo lo dejó de cara al arco, y picó y definió como el Suárez de hace unos años para redondear el 2-0, una diferencia que recontra aseguraba el triunfo y el título.

Vinieron los cambios, hacerse sacar la amarilla (Camilo Cándido, que llegó a la quinta, no jugará ante Danubio, pero sí en la semifinal con Liverpool) y hasta el gol de Cerrito con un bombazo de Julián Perujo después de que se quedara Mathías Laborda, pero el partido se había licuado en la obtención del campeonato, y así fue.

Nacional se consagró campeón del Clausura y ganador de la Anual. Ahora va por el Uruguayo. Lo espera Liverpool y sin dudas será otra historia, aunque los tricolores cuentan con la ventaja deportiva que ganaron en la cancha durante el año.