Nunca sabremos cómo pasó: si todos ya estaban enterados, si fue en la madrugada de Abu Dhabi, en una sucesión de llamadas, o en la nochecita uruguaya entre los últimos mates, pero fue así que estos 26 futbolistas confirmaron su sueño de ser mundialistas en Qatar. El público se enteró con un video que presentó uno por uno a todos, con sus apellidos escritos en camisetas a lo largo y ancho del país, en las tierras de las que ellos provienen.

Sus pueblos develaron la noticia de que Sergio Rochet, Fernando Muslera, Sebastián Sosa, Ronald Araújo, Diego Godín, José María Giménez, Matías Viña, Mathías Olivera, Sebastián Coates, José Luis Rodríguez, Martín Cáceres, Guillermo Varela, Lucas Torreira, Giorgian de Arrascaeta, Rodrigo Bentancur, Federico Valverde, Matías Vecino, Nicolás de la Cruz, Agustín Canobbio, Facundo Pellistri, Manuel Ugarte, Facundo Torres, Darwin Núñez, Luis Suárez, Edinson Cavani y Maximiliano Gómez van a estar en el Mundial, defendiendo a la selección de todos.

No sos vos, soy yo

La lista ha sido el momento de eclosión mundialista más próximo a los que viviremos a partir del 24 de noviembre, cuando la celeste esté en las canchas de Qatar defendiendo lo mejor de nuestro fútbol.

La diferencia, notoria, en cuanto a procedimientos, tiempos y coyuntura de esta entrega de los nombres elegidos, parece haber exacerbado entre la afición y los especialistas la discusión por algunos de los nombres elegidos o los descartados.

En 2010, 2014, y 2018 estaba Tabárez, se jugaba en junio-julio después del fin de las temporadas europeas, y los jugadores se preparaban por un par de semanas en el Complejo Uruguay Celeste. Llegado el momento, de aquellos 26 o 27 que hacían el apronte final había tres o cuatro futbolistas que se retiraban con su bolsito y la cabeza gacha por el dolor de no haber estado entre los nombrados.

Esta vez, Diego Alonso y los 31 técnicos restantes no tuvieron ni tiempo para trabajar, ni para que todos los futbolistas estuvieran juntos en el momento de dar la lista, y encima, una semana o diez días antes de debutar en Qatar andan jugando en muchos clubes de Europa.

La lista uruguaya no difiere mucho a la que tal vez, haciendo un ejercicio contrafáctico, hubiese hecho Tabárez; sin embargo, parece que esta vez generó discusiones y hasta malestar por algunas presencias, por algunas ausencias.

Nuestra selección no sería muy distinta, la de ustedes tampoco, pero seguro todos diferiríamos en cuatro o cinco nombres, tal vez menos, entre los 26.

Competentes en competencia

Hemos logrado en esta última década larga volver a formidables niveles de competencia, lo que ya significa un triunfo por sí mismo, a soñar, a convivir con la esperanza y con la convicción.

Sin echar mano a datos científicos, ni mangueándole una estadística al INE, sólo escuchando a un veterano que pare en un boliche que en su marquesina diga Café y Bar o vichando sorprendido algún fascículo de 100 años de fútbol, se puede afirmar, sin lugar a dudas, que Uruguay y el fútbol tienen una relación muy especial. No sé si al fútbol le corre sangre uruguaya o al uruguayo le corre sangre futbolera, pero entre sueños, pasión, juego y cotidianidad aldeana, el pueblo oriental ha tenido un largo y feliz concubinato con el deporte más maravilloso del mundo.

Y la cosa es así. No siempre ha sido así, pero sí en estos 12 años mundialistas de celeste. La maravilla no es por triunfos, victorias y campeonatos, que también han llegado, sino por el desarrollo de las ideas, del objetivo planteado, o sea, dotar de niveles de competencia posibles a la verdadera selección uruguaya –la real, y no una soñada e irreal– que permita, mal o bien, en cada campeonato estar hasta el último día y juntando recompensas por el camino, porque está visto que el botín final no es más que un perdido beso a la victoria, que no el abrazo de la gloria.

Porque la selección que triunfa sin ganar, la que tiene el reconocimiento de los buenos y no de los mejores, la que llega siempre sin el voucher de jugar y ganar, ha sido la uruguaya en estos últimos mundiales, y esperemos que también lo sea en Qatar.

Nuestros futbolistas, estos 26, y los cuatro, cinco, o diez que cada uno de nosotros hubiese promovido para tener una habitación en Doha, son capaces por sí mismos de concretar cada día el inimaginable mejor partido de su vida, y que como colectivo desarrollen su mayor potencial. En definitiva, es eso lo que vale, con este o con aquel: mantener y seguir buscando los mejores niveles de competencia.

Convocados al Mundial

Arqueros
Sergio Rochet, Fernando Muslera, Sebastián Sosa.

Defensas
Ronald Araújo, Diego Godín, José María Giménez, Matías Viña, Mathías Olivera, Sebastián Coates, José Luis Rodríguez, Martín Cáceres, Guillermo Varela.

Mediocampistas
Lucas Torreira, Giorgian de Arrascaeta, Rodrigo Bentancur, Federico Valverde, Matías Vecino, Nicolás de la Cruz, Agustín Canobbio, Facundo Pellistri, Manuel Ugarte, Facundo Torres.

Delanteros
Darwin Núñez, Luis Suárez, Edinson Cavani, Maximiliano Gómez.

DT: Diego Alonso.

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