Las manos sobre el manillar orientan el rumbo a punto de ser tomado. Un pie se apoya firme sobre el suelo, el otro busca el pedal. Lo encuentra muy retrasado y con una media vuelta en sentido contrario activa el sonido de los engranajes. El mismo pie lo para en seco, y se afirma. Ya está todo listo para que comience el pedalear.

A veces hay que engrasarse las manos, bancarse el viento en contra o salir bajo esa lluvia que no nos dio tregua, pero esas eventuales dificultades son sólo partes de los caminos que es posible circular sobre dos ruedas. Son las anécdotas que luego nutrirán los libros. La bici: historias del vehículo que cambió el mundo y el Uruguay es una invitación a subirse a la bicicleta, y la bicicleta es una invitación a estar en movimiento, a conocer el mundo desde un estado particular que demanda actividad a nuestras piernas, y cierto nivel de atención al entorno para poder anticipar escenarios y actuar en ellos.

La bicicleta en marcha es una prueba de equilibrio, y el libro lo ofrece. Entre pedazos de historia del vehículo, su llegada a Uruguay, la faceta deportiva y las historias que nos permiten tomar contacto con el valor social y comunitario de este invento, discurren estas páginas, acompañando relatos escritos con un destacado trabajo de fotografía, que cuenta desde ese lenguaje gran parte del fenómeno. El motor del libro tiene tracción a sangre.

Andrés Amodio y Fermín Mintxo Méndez (periodista de la diaria) son los protagonistas de sus propias historias de amor con la bicicleta, pero esas historias no protagonizan el libro. Son las que dieron forma a un sentir y a la inquietud de trasladar a otros lo que ellos conocen y disfrutan de la vida a pedal. Es lo que juntos se propusieron transmitir, “sobre todo ese sentimiento que es como un paralelismo con el pelotón”, dice Mintxo, a cargo de la redacción y las investigaciones. “Uno puede andar solo en bicicleta, pero cuando empezó a andar, de niño, se buscaba un cómplice; y esa es la esencia”.

“Una vez que empezás a vivir la bici como lo hacemos nosotros, te acercás a un montón de personas, proyectos, organizaciones que se vinculan a la bicicleta”, agrega Amodio, encargado de contenido y diseño del material. “Hay cosas ineludibles. Hay cosas que simbolizan el ser ciclista”, aclara Mintxo. Además de mostrar con varias historias que el ciclismo pertenece a los ciudadanos comunes y corrientes, es manifiesto el objetivo de contagiar, cómo funciona un pelotón.

“Si vos salís a andar en bicicleta podés ir solo, pero te encontrás con dos o tres más y te sumás porque sabés que hacés grupo, que van de la misma manera”, condensa el autor.

Así se juntaron ellos con Joaquín Otero, de la editorial Grijalbo, para completar esta etapa de su vuelta, sumando al pelotón a Pablo Rosso, ciclista paralímpico, Tatti Road, que derribó barreras y aprendió mecánica, a Ernesto y a Heber, que manejan juntos un tándem, a Federico Moreira, ganador entre los ganadores, a Primo Zuccotti el ciclista italiano al que le fue birlada una Vuelta del Uruguay y a Primo Zuccotti el bicicletero enamorado de Uruguay, que es el mismo pero en distintas etapas. También tienen su espacio Sofía, Lucas, Nela, Mateo y María, entre tantos otros nombres de ciclistas de diversas edades que, de no haber sido fotografiados y presentados en este libro, bien podríamos llamar anónimos. Y está también Milton, el menos anónimo de todos los ciclistas de esta era en Uruguay, con material inédito que acompaña la narración de su gesta olímpica.

Entre tantos detalles, hay uno que vale la pena revelar de antemano para apreciar a lo largo de toda la lectura. Amodio tomó la tipografía de las letras del cartel del Velódromo de Montevideo y completó con su propio diseño, inspirado en los caracteres de los que disponía, el alfabeto. De esa manera llegó a la tipografía que viste títulos y encabezados, porque no sólo leemos texto, también leemos formas y espacios en estas páginas. El libro busca su identidad en el ciclismo que nos rodea a nosotros, los que vivimos en Uruguay. Para ello, también propone sus hojas de ruta: el corredor de los pájaros pintados, el recorrido por la costa oceánica o los paseos por las sierras están, entre otros, reseñados para el turismo en bicicleta por el territorio uruguayo.

Tiene señas de las sociedades de nuestro tiempo, muchas ya comentadas, pero tal vez una de las más importantes es poner la cuestión del género en el camino de la bicicleta. El ejemplo lo tomaremos directo de las páginas de La bici al hablar de “Damas en bicicleta”, un manual de 1897 escrito por una mujer ciclista: “Aquellas mujeres fueron consideradas inmorales, pervertidas, hasta las agredían por el solo hecho de verlas en bicicleta por las calles”. Tomar un vehículo y decidir a dónde ir ha sido siempre un acto de libertad. En este caso, también de rebeldía, aunque lo obvio es que nadie debería tener que rebelarse para poder subirse a una bicicleta.

Las ganas

Hay un libro que podemos leer todos, que es el mismo para todos. Está impreso, tiene 235 páginas, sin contar los agradecimientos, y es un trabajo de riqueza visual y narrativa, de ágil lectura, que sostiene el magnetismo del lector con el libro objeto.

Lo que no está escrito, y para lo que La bici hace un valioso aporte, es ir a tocar cada recuerdo o sensación que estas historias nos despiertan. La bicicleta está en la vida de todos, de una forma u otra. Quien nunca se subió (¿quién nunca se subió a una bicicleta?) se acordará de ver pasar una carrera, de un repartidor, de algún amigo o ser querido, o de la música que caracteriza a Rutas de América. Quienes se han subido sentirán en el cuerpo muchos de los relatos que se ofrecen, porque el libro es una provocación, una evocación, una invitación que se condensa en la pregunta que sus autores quieren hacernos a todos, apenas terminamos de leerlos: ¿Te dieron ganas de subirte a la bici?

“Uno cuando escribe libros deja un mensaje, o busca dejarlo”, dice Mintxo. No vayan a buscar este mensaje en el índice, no lo van a encontrar en la página tal o en tal otro capítulo. El mensaje, potente, puede ser distinto para cada uno de los que leamos. Lo que tendrá en común, para aquellos que lo encuentren, es que puede dialogar con nuestras ganas, con el entusiasmo de planificar la próxima pedaleada, o simplemente salir a buscarla, sin más plan que ofrecerle momentos de nuestra vida al ritual de transitar así.

La bici: historias del vehículo que cambió el mundo y el Uruguay, de Fermín Méndez y Andrés Amodio. Penguin Libros, 2022. $ 1.690.