Con la lectura y el aporte documental asentados en el reciente libro del prolífico autor e investigador riverense Marco da Silva en el 20º aniversario del Grupo de Investigación y Estadísticas del Fútbol del Interior, titulado El fútbol de adentro, no podrán quedar resquicios de dudas o falsas interpretaciones acerca de cómo y de qué manera se juega y se define la actual y selecta fase del campeonato del interior, la Copa Nacional de Selecciones.

Hay un detalle que, al conceptualizarlo, queda claro para siempre y se evitan errores: los campeonatos primigenios fueron los del Litoral (1922), Sur (1924) y Este (1927), mientras que el título de campeón del interior recién se instauró en 1952. Es decir que hubo décadas en que el título máximo era el de cada confederación y por ello era la mayor competencia, incluso contando con el título de 1925, con los campeonatos nacionales disputados en Montevideo en 1928, 1929 y 1930, en cortos lapsos de tiempo ante multitudes en la capital, o el de 1941.

La instancia de ser campeón de la confederación es social y deportivamente enorme, y después viene una secuencia virtuosa que es jugar por ser el mejor del Uruguay exceptuando Montevideo.

Durante años, desde 1955, esta fase final la jugaban exclusivamente los campeones, después hubo etapas en que el campeón del año anterior aseguraba su participación junto al campeón y vice de cada confederación, después se pasó a jugar exclusivamente con los finalistas, y por último, para asegurar la secuencia directa de cuartos de final, semifinales y finales, se hizo rotativo que una confederación por año llevara sólo a campeón y vice, mientras que las otras dos llevan a los tres primeros. Deportivamente parece más saludable que pase a semifinales un mejor perdedor, como sucedió hasta hace cinco años.

En eso estamos con Rivera, San José y Lavalleja como campeones, pero con Tacuarembó, Florida, y Treinta y Tres con ganas de llegar a la máxima copa, y con Canelones y Maldonado como terceros con las mismas aspiraciones.

El cuarto interior

El sábado empezaron a jugarse los partidos de ida de los cuartos de final. Las llaves ya estaban diagramadas, así como el desarrollo total del evento.

El primer partido en jugarse fue en Tacuarembó, donde el local, como vicecampeón del Litoral, recibió a Lavalleja, campeón del Este. Con un gol en cada tiempo, el potente equipo serrano ganó 2-0 llevándose del Goyenola los tres puntos y el detalle importantísimo de la diferencia de goles, además de los dos goles convertidos como visitante, que siguen pesando en esta instancia de OFI como ítem de definición. El experiente y dinámico Germán Fernández hizo el primero, y en el complemento Gabriel Chaine confirmó sus dotes de goleador con remate de afuera del área, y anotó el segundo. Ahora se decide el fin de semana en Minas, y el ganador de esta llave enfrentará al vencedor de la serie entre Florida y Treinta y Tres.

En el Olimar, Treinta y Tres recibió en el Centro Empleados de Comercio a Florida en un choque muy infrecuente. Empataron 2-2. Ganaba la roja por dos goles de diferencia con anotaciones de Felipe Pereira en el primer tiempo y del goleador del certamen, Santiago Suárez, de penal en el complemento, pero el elenco floridense tuvo una gran reacción y lo empató en los últimos 20’ con el descuento de Diego Torres desde los 11 metros, y un golazo infernal en los descuentos del sarandiense goleador de Boquita, Martín Luzardo. La revancha será el domingo en el Campeones Olímpicos de Florida, y los albirrojos, ganando o empatando sin goles o 1-1, podrán seguir adelante. A los olimareños les sirve la victoria o un empate por más goles.

El sábado se cerró con un partido increíble, que además fue televisado, entre Maldonado y San José en el Campus fernandino. Fue espectacular por la demostración de ambos y por la cantidad de goles, además de por la elevada capacidad de los maragatos que ganaron 4-3. Arrancaron los josefinos con gol de Pedro Vico, lo empató Adrián Pereira para el local, volvió a poner en ventaja a la visita Pedro Vico de penal, y se fueron al descanso 3-1 con un golazo de Leandro Navia. En el segundo tiempo repechó Maldonado que descontó con gol de Eduardo Chocho, y a los 80' lo empató Gerardo Crespo. Tres minutos después el joven Franco Zanoni de penal marcó el 4-3 para San José, que ratifica su condición de candidato. La vuelta se jugará el fin de semana en el Casto Martínez Laguarda de San José; Maldonado deberá ganar por dos goles de diferencia o convirtiendo cuatro o más goles si sólo triunfara por un gol de ventaja.

El último de los encuentros de ida se jugó en Canelones en el Martínez Monegal y fue el entretenido 0-0 entre los locales y Rivera. Los canarios, que como terceros del Sur habían dejado de competir en marzo, fueron muy generosos en ataque en la primera parte y consiguieron el destaque del arquero rival. Rivera, siempre dispuesto al contragolpe, se mantuvo durante todo el encuentro expectante de poder correr la cancha, pero ante todo encontró que llevarse un punto y la valla invicta a casa era muy importante para ese próximo partido de definición en el Atilio Paiva Olivera.