Desde mi afectada pero emocionada percepción del fútbol encuentro en el escritor argentino Eduardo Sacheri a uno de los individuos que mejor sintetizan esa compleja conexión del todo. Tal vez sea por eso que cuando me di cuenta de que iba a escribir acerca de la evolución del Clausura, último módulo del Uruguayo 2022, y cruzaba información, opinión oral, escrita y audiovisual de los hechos que rodean a esta nueva etapa que comienza, y la que supone atravesar el ecuador del último torneo del año, es que me pregunté qué me hubiese sugerido la profesora de Dibujo Marta Beatriz Muzopappa acerca de las apreciaciones de especialistas respecto de la enorme ventaja que lleva Nacional en la Anual, del liderazgo y el pelotón del Clausura, del desahucio de Peñarol en el campeonato que sea y del descenso de Cerrito y los que lo rodean.

Muzopappa murió en la ficción hace apenas unos años en Monte Mocho, a kilómetros de Río Mayo, y es justamente el viaje en auto por 2.000 kilómetros de uno de sus exalumnos de Buenos Aires a sus exequias en un mínimo pueblito de Chubut, ahí en la esquina con la cordillera y con Chile, el que da lugar a la novela editada por Alfaguara en 2021. Pero me hubiese dicho que el fútbol está para eso, para simplificarnos la vida hasta un punto en que nos sintamos capaces de entenderla, de manejarla de algún modo.

“La vida es un embrollo, es algo complejo, contradictorio. Creo que los juegos que inventamos los seres humanos son simplificaciones. En la cancha podés ver cosas que afuera son más confusas, y esos aprendizajes te los llevás para la vida”, dijo Sacheri en la presentación de su novela El funcionamiento general del mundo, la de Muzopappa, la del viaje en cuatro días.

¿La profesora de Plástica argentina que había aprendido mucho de fútbol viendo a Ferro habría sentenciado que, con 24 puntos aún por jugarse, el campeonato ya estaba decidido? No, seguro que no. Ocho partidos por club, 24 puntos posibles para cada uno son muchísimas unidades como para ya dar por decididas ciertas situaciones. Lo único ya seguro es que Cerrito vuelve a la B: ya no podrá mejorar su promedio como para superar a los tres clubes que lo anteceden en la tabla del descenso.

Sí es cierto que este martes comenzará la octava fecha del Clausura con ciertas situaciones encaminadas para empezar a definir posiciones. Todavía no es posible decir cómo terminará el Clausura, ya que, tal como están las cosas, habrá que esperar a las tres últimas para saber quién gana la Anual y para conocer los puestos de Libertadores, Sudamericana e incluso qué equipos acompañarán a Cerrito a la B, pero sí es posible ir reforzando ilusiones y ahondando frustraciones.

Hoy hay que ganar

La etapa que se juega entre martes y jueves tiene ocho encuentros en los que hay puntos trascendentes.

En el María Mincheff, a las 15.30, Danubio recibirá a Plaza Colonia. Los danubianos piensan en pelear el Clausura, donde están en el cuarto lugar, a cinco unidades de los líderes, y, al mismo tiempo, tratar de trepar a puestos de Libertadores, dado que sólo están a cuatro unidades de las 48 que hoy tiene River. Plaza precisa acumular lo que venga para la durísima temporada que se le viene, en la que empezará muy abajo.

A las 18.00 en el Domingo Burgueño, Deportivo Maldonado recibirá a Wanderers en un partidazo. Los rojiverdes son un buen ejemplo para quienes son capaces de proyectar campeones y descensos: en el Apertura, al culminar la novena fecha, le habían sacado 9 unidades de ventaja a Nacional y Peñarol, pero al final no pudieron festejar un título que se quedó Liverpool.

El miércoles habrá tres partidos. En el impropio horario de las 13.00, en el complejo Rentistas, los locales recibirán a Torque en un partido de mucha relevancia en la lucha por mantener la categoría; a las 15.30 en Jardines, Albion cambiará su localía de este año, el Saroldi, porque enfrentará a River Plate. Por último, a las 20.00 en el Parque Central se jugará uno de los grandes partidos de la fecha: Nacional, que lidera la Anual y el Clausura, recibirá a Boston River, tercero en la general.

El jueves se cerrará la octava etapa con tres encuentros: a las 12.30 en el Palermo, el descendido Cerrito iniciará su despedida de la divisional ante Fénix; desde las 15.30 será un partido decisivo porque en Belvedere Liverpool, el único club que ya está seguro en la definición del Uruguayo, recibirá a Peñarol, que no se ha despedido ni del Clausura, ni de la Anual, ni de la Libertadores, pero precisa sumar un altísimo porcentaje de los 24 puntos que le quedan por jugar para poder seguir en la pelea.

Por último, a las 20.15 en el Franzini, Defensor, en remontada, recibirá al angustiado Cerro Largo, que en muy mala temporada está tratando de sumar puntos para salir de la zona limítrofe con el descenso.