Con un agónico gol del doloreño Brian Mansilla faltando dos minutos para que se cumplieran los 90 estipulados, Peñarol derrotó 1-0 a Liverpool, y mejoró en algo su posición en el Clausura y en la Tabla Anual, en la que aún no llega a puestos de clasificación a la Copa Libertadores. Liverpool, –que se mantiene segundo en la Anual, y que además es el único de los 16 participantes que ya sabe que estará en la definición del Uruguayo, por haber obtenido el Apertura– no se pudo sostener con un futbolista menos.

Intrincado, trabado

La contingencia de ambos pautada por sus posiciones en las tablas, pero además por la tranquilidad que supone para Liverpool ser el único que tiene asegurado un lugar en la definición del Uruguayo, y la profunda intranquilidad para Peñarol por este presente tan alejado de lo que es una tradición-obligación para los aurinegros, siempre en la pelea por los títulos, hizo muy entreverado el partido, y particularmente el primer tiempo, en el que el juego nunca se destrabó aunque Liverpool estuvo un poco más cerca.

A los 5 minutos, tras una increíble triple atajada de Kevin Dawson, el arquero mirasol no sólo salvó la inminente caída de su equipo, sino que además compró tranquilidad a futuro, porque realizar tres atajadas de la manera que lo hizo frente a una potente media vuelta de Thiago Vecino y dos sucesivos rebotes de Federico Pereyra es para generar sensación de imbatibilidad. A excepción de eso, el partido no tuvo en el primer cuarto de hora ninguna chance de gol.

Con ese libreto entreverado y sin muchos aciertos, en la media hora una jugada iniciada en su campo por Alan Medina generó un rapidísimo contragolpe que finalizó con un derechazo cruzado por parte del propio Medina, que tuvo allí la oportunidad de abrir el tanteador cuando Liverpool empezaba a inclinar el campo a su favor.

Así se fueron a los ahora populares vestuarios de Belvedere.

Cambios que cambian

¿Cómo podían cambiar las cosas en el segundo tiempo? Peñarol lo intentó primero con un cambio en su media cancha, colocando al riverense Agustín Álvarez; Liverpool, haciéndose un equipo más compacto, más corto, sobre todo cuando el rival tenía la pelota.

Todo seguía trabado, pero Peñarol parecía un poquito más despejado. A los 20 del complemento, ya con Sergio Toto Núñez como delantero, Peñarol tuvo la más clara cuando una pelota en cortada terminó con Núñez dejando atrás a Britos pero demorándose en la definición, que al final por buscar el mejor ángulo le salió absolutamente errada.

Todo cambió cuando a los 69 minutos un rápido intento de contragolpe de Toto Núñez terminó en un abrupto corte de Axel Prado en mitad de cancha, quien terminó viendo la tarjeta roja y dejando a su equipo con 10.

Núñez ya era determinante y sumó un nuevo argumento de su buena tarde cuando sacó un zurdazo que venció a Britos pero no a Gastón Pérez, que en la línea salvó de manera agónica.

Peñarol se transformó en tromba. Leo Ramos, en Peñarol, sumó para el último cuarto de hora la extrema velocidad de Ignacio Laquintana por la derecha para que se juntara con Núñez y Rubén Betancourt en el área, y la posibilidad por la izquierda de Valentín Rodríguez y el doloreño Mansilla.

Cuando faltaban cinco para el final, un bombazo impresionante de tiro libre de Pablo González casi abre el marcador para Liverpool. Aún se está bamboleando el travesaño. Pero, a los 44, un perfecto cabezazo de Mansilla le dio la victoria a Peñarol. Fue en un córner. Mansilla entró solo por detrás de Hernán Menosse, Yonathan Rak y Bentancourt y colocó un gran cabezazo que venció a Britos.

El equipo aurinegro volvió al triunfo después de cuatro partidos, y ahora seguirá su desesperada carrera por crecer para intentar pelear un lugar en la fase de grupos de la Libertadores, mientras ha quedado a 7 unidades en el Clausura, cuando quedan 21 puntos por jugar.