Sudáfrica es el máximo ganador de la copa del mundo, luego de que en el Stade de Francia superara 12-11 a Nueva Zelanda, en una final cargada de adrenalina, en la que repitió lo hecho en 1995, cuando los Springboks también superaron a los All Blacks, rompiendo las estadísticas -entre sí se enfrentaron 105 veces, con 62 victorias neozelandesas contra 40 de los Springboks-.
Ambos equipos buscaban la cuarta corona en su historia, lo que evidencia que se trata de los máximos exponentes del rugby mundial. En este torneo fueron los claros favoritos, aunque comenzaron con caídas –los neozelandeses ante Francia y los sudafricanos contra Irlanda–, pero luego vencieron a todos sus contrincantes.
El último partido
Al comienzo del encuentro, Nueva Zelanda se quedó con uno menos cuando Sam Cane fue expulsado, y Sudáfrica, que estaba dominando el juego desde el primer momento, aprovechó esa ventaja para lastimar. Así pudo mantener su gran rendimiento durante toda la disputa, pero enfrente tenía a otro de los grandes del torneo, un equipo al que todos respetan.
Los All Blacks le hicieron frente a la adversidad con un tackle de Cheslin Kolbe, y Richie Mo’unga aumentó los puntos a 12 para irse al descanso mejor posicionados ante la sorpresa que generó la salida de Cane, el capitán de los All Blacks, el primer jugador expulsado en una final.
Para colmo de males en el conjunto oceánico, Richie Mo’unga erró una conversión. Eso terminó pesando en el resultado final, porque a 20 minutos de terminar el duelo quedaron un punto abajo y ese conteo se mantuvo hasta el final.
Los Springboks terminaron de imponerse a partir de la supremacía de sus delanteros y jugaron los últimos minutos cerca del in-goal, manteniendo el ritmo alto que lograron alcanzar cuando su rival tuvo sus puntos bajos. Lograron contener a Nueva Zelanda y se consagraron campeones del mundo por segunda edición consecutiva y con justicia.
El tercer puesto fue de Inglaterra. Los de la rosa vencieron a Los Pumas por 26-23.