Uruguay juega Eliminatorias desde 1958, y Bolivia ha sido uno de sus rivales más repetidos hasta que en las Eliminatorias para 2002 empezó el régimen de todos contra todos.

La mejor selección boliviana, la que llegó al Mundial de Estados Unidos 1994, lo hizo a expensas de Uruguay, pero otra selección de mucho menos renombre, la que jugó las Eliminatorias para Argentina 1978, también dejó una marca enormemente dolorosa para los uruguayos de los días oscuros de la dictadura, ya que sin siquiera tener necesidad de definir en el Centenario nos dejó eliminados en una serie que compartíamos con los del altiplano y los venezolanos.

La eliminatoria de las dictaduras

Con América del Sur sumida casi en su totalidad en dictaduras, zurcidas terriblemente por el Plan Cóndor, Uruguay quedó eliminado de la fase final del Mundial más cercano, el de Argentina 1978, organizado y promovido por su sangrienta dictadura cívico-militar. El partido en La Paz iba a ser el determinante de una prematura e ingrata eliminación, tan temprana que quedamos eliminados aun antes de jugar en Montevideo. Fue en el estadio más alto de La Paz, en la zona de Tembladerani, el entonces nuevo estadio de Bolívar, que consiguió ser sede de cuatro partidos de la selección verde en 1977 mientras se remodelaba el Hernando Siles.

Con el dictador Hugo Bánzer Suárez presente en las tribunas del Simón Bolívar de Tembladerani, a casi 3.800 metros sobre el nivel del mar, Uruguay cayó 1-0 con una anotación de un goleador de inolvidable triste recuerdo para quienes esa tarde seguimos aquel partido por la radio –de televisación, ni hablemos–. Porfirio Tamayá Giménez se llamaba aquel goleador que venció irremediablemente a Rodolfo Rodríguez para poner el 1-0; le habían puesto de sobrenombre Tamayá por un personaje de radionovela.

Al final, los bolivianos no llegaron a jugar en Argentina 1978 porque salieron últimos en el triangular de Cali con Brasil y Perú, y luego perdieron el repechaje con Hungría, pero qué tristes que fueron aquellos días para los uruguayos.

Por eso, al revisar los 11 enfrentamientos por Eliminatorias en el Centenario, que revelan diez victorias y un único empate, me duele el alma porque de inmediato identifico ese 2-2. Fue otra noche triste, pero igual unos pocos miles estábamos en el Centenario.

El cordobés Juan Eduardo Hohberg había sido cesado como director técnico, por lo que para los dos partidos en Montevideo los dirigentes de la época designaron interinamente a Raúl Bentancor, que un año antes había iniciado un gran ciclo con la selección juvenil con la obtención del campeonato en Venezuela 1977.

Bentancor llamó a futbolistas que no habían estado en la preselección de Hohberg pero tenían experiencia, e innovó trayendo a dos futbolistas de la selección de Paysandú, los punteros Jorge Rodríguez Cantero y Enzo Angelo. El equipo de Bentancor le ganó a Venezuela 2-0 en la única victoria de la celeste en aquella eliminatoria ante unos pocos miles en la inmensidad del Centenario; diez días después vendría el partido por las papas fritas con los bolivianos.

Aquella noche Uruguay formó con Rodolfo Rodríguez, uno de los pocos sobrevivientes del partido en febrero en Tembladerani; Eduardo del Capellán, que jugaba en Peñarol, la zaga suplente de Nacional, Pedro Taborda y Raúl Möller (los titulares Alfredo de los Santos y Rafael Villazán eran los centrales de la selección de unos días antes), y Mario Santana, de Wanderers, por el lateral izquierdo; Lorenzo Unanue, de Peñarol, Pedrín Grafigna, un puntal de la mediacancha de Defensor y sobreviviente de la selección de Hohberg, y el sauceño Alfonso Darío Pereyra, otro de los que estaban desde el principio, mientras que en la delantera aparecieron el carolino Laddy Pizzani, de Peñarol, Alberto Santelli, de Defensor, y Jorge Rodríguez Cantero, de Paysandú Wanderers.

Fue empate 2-2, con dos goles de Darío para la celeste, que se despidió de aquella eliminatoria sin pena ni gloria.