Historias que terminaron. La de Uruguay en las Clasificatorias con derrota 82-69 ante México y la de Esteban Batista que se despidió de la selección. Seguramente, también fue el último de Rubén Magnano, quien terminó su contrato.

La próxima vez que el combinado celeste salga a jugar un partido de básquetbol no estará el pivot que nos acostumbró a ilusionarnos con cosas grandes. Fueron 116 encuentros. Un montón. Siempre estuvo, nunca dijo que no, ni en el esplendor de su rendimiento cuando jugaba en la NBA o en los principales equipos del planeta.

Se le podrán criticar un montón de cosas, pero nadie puede hablar de su adhesión a la causa. Fue dominante durante 20 años jugando desde sus posteos. Chocó con muchos de los buenos de verdad y ganó más de lo que perdió. Acostumbró a dar un paso adelante en rendimiento cada vez que jugó con la bandera uruguaya en el pecho. En la cúspide de su carrera se bancó varias noches jugando 40 minutos.

La despedida fue un polo opuesto a su carrera en la selección. Un par de homenajes fríos. El equipo eliminado del Mundial y un puñado de público en las tribunas. Para colmo, vio el quiebre del trámite sentado en el banco. No merecía terminar así, ni terminar su periplo sin disfrutar un torneo grande.

Batista y Joaquín Rodríguez fueron los únicos en jugar los doce partidos de las Clasificatorias. Esteban, en su última noche, se despidió con 9 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias.

El partido

Uruguay fue juez en la jornada final que definió los clasificados al Mundial 2023. México se jugaba todo. Los de Magnano gozaron de enormes porcentajes en el primer cuarto (6/9 en triples). El inicio de Luciano Parodi fue muy bueno y el ingreso de Agustín Ubal, brillante.

Con la rotación perdió caudal goleador, algo que sucedió durante todas las Clasificatorias. En varios pasajes dio la sensación que la verticalidad de Ubal era el único camino a la red. La visita presionó toda la cancha, aumentó el tono defensivo y pudo recuperar para correr aventajando 11-0 en puntos de ataque rápido en el primer tiempo. Con Francisco Cruz y Paul Stoll como estandartes, los aztecas pasaron de dominados a dominadores.

La sequía anotadora se extendió al último cuarto. México llenó la pintura para cuidar a Batista y ofreció el dulce del tiro largo. Muchas veces la celeste entró en la trampa de tomar el lanzamiento en la primera ventaja. Pintaba para quiebre, pero Uruguay lo trajo a bombazos, gozando de la muñeca en llamas de Luciano Parodi (7/7 en triples) y dos tiros grandes de Gonzalo Iglesias.

Si bien los de Magnano se llegaron a colocar a una pelota, no había sensación de consistencia real para ganarlo. Solo a base de buenos porcentajes iba a ser difícil de sostenerlo. El cordobés extendió de forma llamativa los minutos en la banca de Ubal y Batista. El partido se quebró definitivamente con un triple con tabla de Paco Cruz. México al Mundial.

La celeste cerró las Clasificatorias con 5 triunfos en 12 presentaciones. En la segunda fase solo venció a Puerto Rico en el Antel Arena. Las victorias restantes fueron sobre Chile y Colombia. Preocupante.

Los clasificados

Estados Unidos y Canadá eran los únicos clasificados por América antes de la última jornada. México, Puerto Rico y Brasil se metieron con sus triunfos. Venezuela entró pese a la derrota ante Canadá.

Los resultados fueron marcando que en Mar del Plata se jugara una finalísima. Dominicana le ganó de atrás a Argentina y lo dejó sin Mundial. Con la particularidad que el entrenador de los centroamericanos es Néstor Ché García, que arrancó las Clasificatorias dirigiendo a la albiceleste.