Mateo Neris, Martín González (ambos del Matadero de Pando) y Juan Sosa (Peñarol de Colonia) fueron los protagonistas inesperados de la llegada del pelotón a Mercedes, durante la cuarta etapa de la Vuelta Ciclista, que fue anulada.

En un sprint simbólico, propuesto por el argentino Jorge Giacinti (CC Cerro Largo), los tres últimos corredores de la clasificación general se repartieron los lugares del podio. Juan Sosa arrancó temprano, motivado por el premio de ser ganador de una etapa en la Vuelta, pero Mateo Neris, que fue más paciente, remató mejor en los últimos metros y llegó con luz delante de sus contendientes.

Detrás de ellos cruzaron la línea de meta los cinco ciclistas del Atenas de Soriano, único equipo local, para recibir el aplauso del público mercedario. El resto del pelotón entró compacto, a velocidad controlada, algunos de ellos saludando al público, otros con visibles muestras de dolor por lo sucedido 100 kilómetros antes, cuando tuvieron lugar las incidencias más importantes de la jornada.

Sobre mojado

Un día de lluvia es un día difícil para un pelotón de ciclistas. La ruta es resbalosa, se sufre el frío y se producen más pinchaduras, según comentaron con la diaria varios comisarios de la carrera antes de la largada, frente a la Intendencia de Flores.

Todos los vaticinios se cumplieron después, en una etapa para el olvido, que igual será recordada por lo atípico de su desenlace. En los primeros 60 kilómetros había planificados dos embalajes bonificados que llegaron a disputarse. El primero de ellos por el premio Cima, en la ruta 57. El segundo en la ruta 2, en Cardona, cuando ya la etapa estaba enrarecida por un clima que no dio tregua.

A esa segunda meta volante llegaron ocho ciclistas fugados, con casi dos minutos y medio de ventaja, entre los que se encontraban el malla verde Sebastián Rodríguez (San Antonio de Florida) y Diego González (Náutico Boca del Cufré). Ellos dos eran los más relevantes, porque se encuentran en los puestos 31 y 33 de la general, a un minuto 17 segundos y 1:22 del líder, respectivamente. Ambos se quedaron, también en ese orden, con el embalaje que le permitía a Rodríguez abrir mayor diferencia en la clasificación del premio Sprinter. Con la ventaja que le llevaban al pelotón, hubiesen pasado a liderar la general, pero hasta ese momento se llevaban disputados 60 kilómetros en una etapa de 160 kilómetros de extensión.

Todos estos datos son relevantes para explicar lo que sucedió después y lo que había en juego para cada uno de ellos.

Momento de parar

Detrás de los ocho fugados viajaba el pelotón, nervioso, como dicen los ciclistas cuando la marea de ruedas y piñones se encuentra en tensión. “Fue una etapa en la que se sabía que los equipos que vienen disputando la carrera iban a atacar y que iba a ser muy dura porque el viento estaría cruzado en la ruta 2”, explicó Juan Castaño (Peñarol de Colonia). La ruta mojada puede ser señalada como otra de las posibles razones de la caída masiva. Lo cierto es que el primero en ir al suelo fue uno de los de punta. “En ciclismo, por lo general, las caídas son atrás o en el medio, pero esta vez fueron adelante, por ese nerviosismo que había de disputar la punta una vez que se doblara de Cardona hacia Mercedes”, dijo Castaño, quien no se vio afectado por las caídas. Se produjo un desparramo con muchos más involucrados que lo habitual. “Gurises caídos, las ambulancias trabajando a full”, fue el panorama que vio Castaño al llegar al sitio. “Nunca ibas a pensar que habría tantas caídas en el mismo día. Las ambulancias estaban todas al servicio, y sabemos que hacen su mejor trabajo”, dijo el competidor del club coloniense. También agregó que se vieron bicicletas quebradas y que su equipo debió utilizar bicis de repuesto, tanto para sus ciclistas como para prestarles a otros equipos. “Se da esa solidaridad”, valoró el ciclista.

Con las ambulancias en la ruta 57, junto a la caída masiva, se produjeron más accidentes y los ciclistas debieron esperar para recibir atención médica. No faltó la voluntad de los profesionales, simplemente se vieron desbordados por las incidencias. Entre ellos figuraba Pablo Anchieri, el líder de la general. “Yo no la enganché [a la primera caída], pero venía pinchado. Cambié rueda y no sé si por distracción o qué, me caí”, aclaró el malla oro a la transmisión de Radio Ciclismo, ya en Mercedes.

Momentos antes de eso, según contó el de Náutico Boca del Cufré, venía conversando con otros colegas sobre lo sucedido en la caída más grande. Las consecuencias de su golpe podían verse en una pequeña herida en su rodilla izquierda, pero principalmente en la manera en la que rengueaba al subir al podio para volver a vestirse de amarillo. Un compañero suyo indicó que podrá seguir la carrera, pero la evidencia visual pone en duda esa afirmación. El líder de la Vuelta Ciclista está maltrecho, y posiblemente se vea afectado en su rendimiento.

Con buen tino, producida ya la caída de Anchieri, el comisario general César Machado neutralizó la etapa, deteniendo a todos los corredores en la ruta 2, a la salida de Cardona. Varios siguieron arriba de la bicicleta, rodando en las proximidades de los autos de apoyo y de oficiales de la carrera que se habían detenido. Nadie quería enfriarse, en un día en el que ya estaban pasando frío y cuando les esperaban otros 100 kilómetros por delante.

De charla

“Los corredores están con ganas de parar la competencia”, dijo Yuri Corbo, director técnico del Cerro Largo, cuando se veía a competidores moverse de un lado a otro en agitadas conversaciones. “Hay muchos ciclistas lastimados por un par de caídas graves. No está dando abasto la doctora, por más que están poniendo todo el esfuerzo. Por compañerismo no quieren continuar. Es un juego, es un deporte, y la vida es mucho más importante”, agregó Corbo.

Sebastián Rodríguez, que un rato antes alimentaba la posibilidad de trepar puestos en la general y la certeza de quedar a mayor distancia de sus escoltas en la lucha por la malla verde, se acercó a Jorge Giacinti y ambos, con preocupación, estuvieron de acuerdo en que debían ser los ciclistas quienes hicieran algo con la situación.

Machado convocó a un ciclista por equipo a reunirse con él. Explicó la situación y, consciente de la voluntad de los ciclistas de no seguir, explicó las posibilidades, tanto para reanudar la carrera como para terminarla allí: “Ustedes dicen de no continuar. Teníamos una fuga a dos minutos 20 segundos y un corredor a un minuto 15 segundos. Ustedes son los que mandan dentro de su equipo como capitanes. Si dicen que su equipo no corre, no corre. La otra opción es que la rodemos hasta Mercedes”.

A su lado escuchaba atento el presidente de la Federación Ciclista Uruguaya, Pablo Quintana, y apuntó que si hubiese transcurrido 50% de la carrera, esa diferencia sería apuntada para la clasificación. Rápidamente se sacaron cuentas y se descartó tal escenario, porque no se había alcanzado la mitad del recorrido. La anulación de la etapa significaría también la anulación de los resultados parciales de este lunes. “Estamos todos cagados de frío, todos mojados”, reclamó un corredor en la reunión, argumentando para terminarla ahí.

Abraham Paredez, del Mani Zabala, de Argentina, Nahuel Soarez de Lima y Sebastián Rodríguez del Club San Antonio Florida, durante la cuarta etapa de Trinidad a Mercedes (03.04.2023).

Abraham Paredez, del Mani Zabala, de Argentina, Nahuel Soarez de Lima y Sebastián Rodríguez del Club San Antonio Florida, durante la cuarta etapa de Trinidad a Mercedes (03.04.2023).

Foto: Alessandro Maradei

Giacinti propuso una solución salomónica para que la etapa se anulara, pero la llegada a Mercedes no perdiera tanto atractivo. “Vamos todos juntos, faltando diez kilómetros nos bajamos, porque tenemos que llegar a Mercedes. Los tres últimos de la general disputan la etapa”, planteó. Todos estuvieron de acuerdo y lo aprobaron levantando su mano. Los equipos cargaron las bicicletas en sus vehículos de apoyo, dieron abrigo a los pedalistas, café caliente y los llevaron manejando hasta la entrada de Mercedes, donde volvieron a sus bicicletas para terminar lo que habían empezado, aunque no tuviese validez.

“No nos esperábamos esto. Gracias a Jorge Giacinti y a todos los cracks del ciclismo que decidieron ponernos a los tres últimos de la general. Sin palabras; la verdad, sin palabras”, expresó Mateo Neris, tras convertirse en el ganador simbólico de la cuarta etapa.

No fue un día más en la Vuelta Ciclista del Uruguay, que ya no tendrá en la competencia a algunos de los corredores que largaron en Trinidad y que se reanudará el martes en Mercedes para un día crucial, con etapa doble: un tramo de ruta en línea hasta Paysandú, y una contrarreloj que puede ser determinante para el futuro de la carrera.

Clasificaciones de la 78ª Vuelta Ciclista del Uruguay

Etapa 4 (anulada) / Trinidad-Mercedes

Pos Ciclista Club
1 Mateo Neris Matadero de Pando
2 Juan Sosa Peñarol de Colonia
3 Martín González Matadero de Pando

General individual

Pos Ciclista Club Diferencia
1 Pablo Anchieri Náutico Boca del Cufré
2 Roderyck Asconeguy Villa Teresa 0,02
3 Agustín Moreira CC Cerro Largo 0,05
4 André Gohr Unifunvic (Bra) 0,07
5 Agustín Alonso Villa Teresa 0,08
6 Jorge Giacinti CC Cerro Largo 0,15
7 Ignacio Maldonado Unión 33 Vergara 0,16
8 Matías Presa CC Cerro Largo 0,23
9 Fernando Méndez San Antonio Florida 0,24
10 Pablo Troncoso CC Fénix 0,26

General sub 23

Pos Ciclista Club Diferencia
1 Ivo Weickert Villa Teresa
2 Pablo Bonilla Unión 33 Vergara 0,13
3 Lucas Piano Paysandú LIL 0,20

General por equipos

Pos Club Diferencia
1 CC Cerro Largo
2 Villa Teresa 0,01
3 San Antonio Florida 0,29

Premio Sprinter

Pos Ciclista Club Puntos
1 Sebastián Rodríguez San Antonio Florida 9
2 Juan Cruz Sosa 33 de San José 7
3 Agustín Alonso Villa Teresa 3

Premio Cima

Pos Ciclista Club Puntos
1 Enrique Peculio Paysandú LIL 10
2 Nicolás Méndez Barrio Artigas 6
3 Juan Caorsi Armonía Fray Bentos 4