En época de cumpleaños, la institución de La Blanqueada va de festejo en festejo. En la rama del básquetbol, el aniversario 124 trajo dos triunfos consecutivos que le permitieron dar vuelta la serie, quedando a dos triunfos de levantar la copa. Su gente deliró en las tribunas.

Fórmula que funciona no se toca. Nacional repitió quinteto -sin base natural- con dos objetivos: poner la pelota en manos de Brandon Frazier para generar ventajas en el ataque, y en la defensa, controlar a Luciano Parodi con Patricio Prieto como referencia principal, pero doblando permanentemente en las cortinas directas para que tuviera que soltar el balón.

Hebraica y Macabi ajustó defendiendo en zona después de convertir para cambiar la dinámica de las ofensivas rivales, pero le costó anotar cuando no apareció en el goleo Ernesto Oglivie, quien sumó nueve de los primeros 12 puntos.

El trámite se rompió cuando el bolso empezó a meter de afuera. Encestó cuatro de los últimos cinco triples que lanzó en el primer cuarto. En el segundo chico, una vez que obligó al rival a ajustar la defensa sobre el perímetro, dañó con sus internos: Jaylen Johnson y Gary McGhee. Al igual que en toda la serie, dominó los puntos de segunda oportunidad: 8-2 en ese apartado.

El tricolor gozó de un reparto de goleo soñado, en el que anotaron 11 de los 12 jugadores que tuvieron minutos, cuatro de los cuales llegaron o pasaron el doble dígito. Fue indescifrable para el macabeo. Tuvo gol por todos lados. Para completarla, le sumó una defensa de luxe que volvió a evitar que Parodi tuviera el balón en sus manos. Si bien la ventaja llegó a ser de 13, se fue 11 arriba al descanso largo: 44-33.

Macabi cambió la energía para el complemento y desde la intensidad se arrimó rápido. Pero no tuvo caudal de juego, por lo que el intento de reacción quedó en un simple parcial de 7-1. No hubo sustento para más. Nacional retomó el eje generando ventajas desde el pick central y jugando por conceptos con cortes hacia el aro ganando la puerta de atrás. El aporte de Frazier y Federico Pereiras fue clave para llevar la ventaja a 13 otra vez.

Hebraica era absolutamente superado, por lo que Leonardo Zylbersztein revolucionó desde una integración táctica rara: tres grandes con los primeros minutos de calidad de Lautaro Viatri -hijo de Lucas- en la serie. Un plan tan sorpresivo como inesperado, que seguramente no estaba scouteado. Mejoró la defensa en las cortinas directas haciendo step para que dejaran de existir las facilidades en las caídas. Cambió la dinámica, recuperó balones y hasta pudo correr.

Por más pruebas tácticas que existieran, la diferencia de confianza y precisión en los lanzamientos fue muy grande. El sanducero Sebastián Izaguirre y Prieto metieron pelotas grandes y Frazier continuó generando ventajas de forma permanente. Defensivamente permaneció el desgaste sobre Parodi, al que lo fueron rotando entre Pereiras y Prieto. La figura macabea no pudo influir y, sin él, los intentos de ponerse en juego fueron repletos de ganas pero carentes de juego.

Nacional llevó los minutos finales a gusto, imponiendo autoridad para cerrar el encuentro sin pasar ningún tipo de inconvenientes. No llegó como favorito, pero dio mensajes consecutivos que llenan de presión al rival. El miércoles se escribirá la cuarta página de esta historia, que ahora pasará a jugarse en el Antel Arena.