El Burgueño Miguel de Maldonado se encendió para recibir el estreno del campeón del Apertura en la primera del Intermedio. La Luz ofició como local, aunque el colorido público era aurinegro.

Objetivos bien distintos. Uno ya campeón y con lugar asegurado en la definición del Uruguayo a fin de año. El otro, La Luz, mirando esa tabla del descenso, casi obligatorio para todo equipo que asciende. El merengue de Aires Puros tuvo un buen torneo Apertura y eso le dio cierta tranquilidad para enfrentar este Intermedio, torneo que suma tanto para la Anual como para los promedios.

Roberto Carlos Hernández, de La Luz, y Matías Arezo, de Peñarol.

Roberto Carlos Hernández, de La Luz, y Matías Arezo, de Peñarol.

Foto: Fernando Morán

Lo lindo -y muchas veces inexplicable- del fútbol es que cada uno puede llegar de un lugar muy asimétrico respecto del otro y, sin embargo, no advertirlo. La competencia que inicia ofrece posibilidades a aquellos que quieran sorprender. Fue por allí que La Luz intentó. Generó cierta sorpresa en el aurinegro, plantando un equipo ofensivo con gente fija en el ataque y un mediocampo bien poblado.

Los primeros minutos fueron testigo de esto, con un Bruno Scorza molesto para la zaga izquierda del manya, generando faltas a favor que merecieron alguna tarjeta amarilla más.

La guinda corrió libre por la mitad del campo, las transiciones se daban con sólo dos pases y se pisaba el área rival. Esto le sentó mejor al local, con su planteo táctico, y Peñarol intentó replicar velocidades, pero las impresiones fueron moneda corriente en la ofensiva aurinegra.

Clara hubo una para Peñarol tras una salida rápida y un mano a mano de Kevin Méndez, que no definió bien. La Luz sumó más chances en esa primera parte, sobre todo con pelotas quietas y juego aéreo, costado flojo del manya.

Para anotar en la visita, el buen desempeño ofensivo del juvenil Bentancor, con buen juego de espaldas a lo pivot, buenas descargas, quizá con la ausencia de la oportunidad de quedar frente al arco.

Bruno Betancor, de Peñarol.

Bruno Betancor, de Peñarol.

Foto: Fernando Morán

Llegó lo bueno

Los intentos y las propuestas de la primera parte se concretaron en el complemento. Ya el partido no era una avenida de transiciones y a Peñarol eso le vino mejor. A esto, se le sumó el buen disparo de Sebastián Cristóforo, que encontró la red y abrió el marcador.

La Luz continuó su línea ofensiva, pero encontró un Peñarol mejor plantado y ya no dispuesto a ese juego de idas y vueltas. El autor del gol fue expulsado pocos minutos después de convertir por doble tarjeta amarilla.

Roberto Hernández, José Colman y Juan Fagúndez, de La Luz, al final del partido.

Roberto Hernández, José Colman y Juan Fagúndez, de La Luz, al final del partido.

Foto: Fernando Morán

El escenario dejaba a la vista que el local continuaría con su propuesta de atacar en provecho de la ventaja en la cancha. Tras insistencias, le llegó el premio al merengue tras un penal dudoso cobrado a Menosse -que también se fue expulsado por doble amarilla- y que ejecutó con éxito Nicolás Royón.

Y la cosa se puso más interesante, porque daba para pensar que La Luz tenía todo para seguir, pero en una serie de rebotes se cobró penal a favor del aurinegro, que convirtió Sebastián Rodríguez.

Los últimos minutos no dejaron lugar para distracción alguna. Cuando parecía que Peñarol se lo llevaba con cierto tinte heroico -con dos expulsados-, los de Aires Puros empataron por medio del lungo Luis Machado. Y, por si fuera poco, cuando nadie esperaba más emociones, La Luz ensanchó la cancha y Quintana, con gambetas dentro del área, definió con el arco solo. Así cerró el telón de un partido que finalizó con alto voltaje.