En todos los arcos donde se cuelga Sebastián Britos hay un barrio Buceo detrás. Una fila de viviendas del color del tiempo, esos matices de otoño. Britos es el arquero del Liverpool campeón del Intermedio 2023. Britos supo levantar al barrio entero de Belvedere años atrás, cuando jugó en la B con el negro de la Cuchilla. Supo descender en el fatídico 2013, ascender uno año después, gritar campeón ayer y hoy, jugar en uno de los grupos más difíciles de la Copa Libertadores de América por primera vez en la historia del club presidido por José Luis Palma, que “dio en la tecla” cuando eligió a Gustavo Ferrín para coordinar aquello de los sueños, reafirma Britos que también habla de Gonzalo Noguera como una referencia en el trabajo, en el rendimiento, en la humanidad. Semanas atrás, el paraguayo Miguel Samudio hablaba con la diaria acerca de las charlas con Sebastián sobre fútbol en general y en particular del fútbol más vistoso de los últimos tiempos en nuestro país. Britos desenmaraña la cocina de los años mozos de Liverpool, desde la simpleza de una utilería donde un mate gira. Liverpool fue campeón una vez más, Britos se erigió entre las figuras experientes del equipo y habló sobre cómo se transmite ese saber, sobre estar donde se quiere estar, y sobre las veces que le tocó todo lo contrario.

¿Cómo te encuentra este presente campeón nuevamente con la camiseta de Liverpool?

Los años que tengo en esto del fútbol profesional se me pasaron volando. Creo que todavía me quedan unos años más. Después de jugar en Central había pensado en abandonar porque no podía seguir quemándome la cabeza por no tener las herramientas para trabajar. Si no iba a un equipo a disfrutar, no jugaba más. En todos los lugares donde estuve disfruté el día a día del vestuario, pero es desgastante que no te den un canguro para abrigarte o andar peleando por tener agua caliente. No existe. Incluso, estando afuera me pasó, a veces te pintan que jugar afuera es mejor que acá y no necesariamente. Tuve años hermosos futbolísticamente y personalmente, pero un montón de años fueron de guerra y lucha. ¿Viste que se dice que generalmente son más las que perdés que las que ganás? Bueno, algo así. Son pocas las personas que tienen la posibilidad de vivir toda su carrera de manera positiva, de ganar siempre, de estar en los lugares donde quieren estar. Hay veces que no estás donde querés estar. Hoy en día estoy donde quiero estar, donde me gusta estar, donde siempre disfruté.

¿Es especial este momento en tu carrera y sobre todo en tu vínculo con Liverpool, que ha tenido de todo?

Es especial porque me tocó estar en la fea de Liverpool, descender, jugar en la B, volver a ascender. Ahora creo que estoy en el mejor momento de Liverpool de la historia. No sólo por el logro del campeonato, tuvimos la oportunidad de disputar una fase de grupos de Copa Libertadores. Un grupo de los más difíciles porque quizás sos el equipo más competitivo a nivel local, pero a nivel internacional es otra cosa. Igual logramos ser competitivos, el primer tiempo con Corinthians fuimos superiores pero te ganan a experiencia, a roce internacional, a que sus ligas incluso son más competitivas. Acá te toca ir a jugar con un equipo que se te mete atrás en una cancha horrible, mientras ellos juegan contra Flamengo en Maracaná.

¿Qué otros buenos rendimientos han sido menos notorios por la coyuntura de los equipos o las cosas que se pelean?

No es lo mismo estar en Liverpool hoy en día que estar en otro club porque somos protagonistas, entonces mi rendimiento puede tener notoriedad porque va acompañado de todo lo que está alrededor. En Bella Vista mis primeros años fueron buenos, no tenía la urgencia del salario, vivía con mi madre en esta misma casa. Fueron los últimos años de Bella Vista en el profesionalismo, definimos el torneo con Nacional y con Defensor, terminamos clasificando a la Sudamericana cuando los cupos eran menos y clasificar era un huevo. En Juventud también me fue muy bien, después de irme de Liverpool. Aunque en El Tanque también habíamos tenido repercusión pero al revés, el equipo estaba fundido. Después de ese año no compitió más. A veces das pasos para atrás antes de dar pasos para adelante. El rendimiento en Juventud me permitió ir al Atlante de México, donde había un montón de uruguayos. Vivíamos en Cancún, si lo pensás un segundo es ilógico, no tiene sentido, porque mirá que me ha tocado vivir en lugares horribles, donde tenés que valorar otras cosas para que no sea tan feo. Cuando estaba en Colombia jugaba y me iba a Manizales, me iba a la montaña, me iba a Pereira, me iba a una laguna. Lo otro que te saca del cotidiano son las personas con las que te vas cruzando o encontrando. Momentos que compartís fuera de una cancha. Del 2014 en Liverpool también tengo los mejores recuerdos, fue hermoso, le sacamos 15 puntos al segundo de la tabla.

Para adelante

Miguel Samudio comentó que hablan mucho sobre fútbol, ¿cómo llevan los grandes a las nuevas generaciones de Liverpool?

Nos colgamos mucho, tiene una mirada distinta, es como un director técnico. De repente está sentado callado en el vestuario y cuando le preguntás qué le pasa dice que está escuchando. De fútbol hablamos pila, en general, y de nosotros mismos. También cosas que pasan en nuestra interna, hay cosas para resolver dentro del vestuario, y a veces un partido depende de cómo resuelvas esas cosas. Él es re Lavolpista [de Ricardo Lavolpe], fue su técnico. A veces estamos en el sucucho del Tribi [la utilería], donde nos juntamos los más grandes a tomar mate, y ahí lo ves a Miguel mirando en el celular el canal de La Volpe en Youtube. Nos ponemos situaciones de partido para ver cómo las solucionamos, sacamos información de los rivales. Miguel ya tiene definido que va a ser técnico, entonces está todo el tiempo mirando eso, yo todavía pienso en seguir jugando.

¿Cómo se lleva adelante el rol de la experiencia, un rol que quizás tuvieron algunos compañeros con los que te cruzaste en la carrera?

Trabajo con Gonzalo Noguera [entrenador de arqueros] que es un crack, tremenda persona. Me ha ayudado pila, espero yo también haber podido ayudar en el laburo diario con los pibes, en corregir, siempre trato de complementarlos porque me nace. Porque no quiero que los pibes hagan las macanas que he hecho yo. Les hablo para que se den cuenta, para que no les caiga tarde la ficha.

¿Qué ventajas le permite a un arquero jugar con los pies como es tu característica?

Me encanta jugar con los pies. Siempre tuve la costumbre de pedirla, no me importa la situación. Soy apoyo en cualquier circunstancia, mis compañeros saben que me posiciono y también les hablo. Hablar es el oído del otro. Son ventajas: hablar y jugar con los pies. Los pibes vienen entendiendo eso, es importante hacer calentamiento con la pelota en los pies, que la pelota empiece a quedar cómoda para poder resolver. Jugar con la izquierda también te facilita el juego, siempre les digo a los más chicos, jugar con las dos piernas te da ventajas sobre el rival. Haberme desgarrado o haber tenido nanas en la derecha me exigió a aprender a resolver con la otra. La precisión que he agarrado con la izquierda no la tengo con la derecha.

¿De qué manera se viven estos triunfos y qué se espera en el futuro próximo?

Hay partidos como el del otro día que los disfruto mucho más que otros, como el de Fénix que era el pase a la final, ese lo sufrí. Pero la final la disfruté. Quizás haya sido porque era el único experiente –no estaba Marcelo Meli ni Miguel– en el partido con Fénix, pero lo cierto es que es increíble jugar un partido todo tensionado y después jugar una final disfrutándola. Con la misma responsabilidad pero con distinta intensidad.

Liverpool encontró una identidad, encabezado por [Gustavo] Ferrín, creo que el presidente [José Luis Palma] dio en la tecla. Ferrín está despegado. Tiene mucha capacidad como técnico, pero en el cargo de coordinador general tiene muchísima más capacidad. No sé cómo hace pero está en todos lados, he tenido muchas charlas con él. El primer torneo que ganamos cuando volví al club, no sabés cómo lloraba él, desconsoladamente. Decía que se estaba poniendo viejo, que ya le quedaba menos, y el otro día cuando festejamos le dije, “otra copa más, viejo, otra más”, y me terminó diciendo que era la última. Me dejó pensando, tremenda persona, le voy a mandar un mensaje, no se vaya a retirar. Hay que preocuparse por el después de Ferrín, así como también hay que preocuparse por el después de Jorge [Bava].