La ilusión había sido grande cuando Agustín Canobbio puso el 1-0. Muchas victorias celestes pasaron por la cabeza. Sin embargo, después, cuento conocido de qué le vamos a hacer: dormida en un córner y empate ecuatoriano antes de irse al descanso, desconcentración en un lateral y otro gol de la tri, ambos del zaguero Félix Torres. Ese 1-2 en la altura de Quito fue muy cuesta arriba, y en esa media hora que quedó desde la ventaja ecuatoriana Uruguay no le encontró la vuelta y se quedó sin nada.

1. Duelos directos

El arranque del partido fue cantado: Ecuador presionando, obligando en todos los sectores de la cancha, haciendo que Uruguay no pudiera mover la pelota como quería, con lo que los celestes del fondo, Sebastián Cáceres, Matías Viña y Joaquín Piquerez, terminaran tirando pelotazos para salir del ahogo. Fue bravísimo. A esa historia brava Uruguay la aguantó bien parado. Canobbio jugó de extremo por derecha, pero eso sólo cuando estuvo en posición de ataque, porque una vez y otra también su tarea fue retrasarse para no dejar trepar con comodidad a Pervis Estupiñán. El recorrido del volante celeste fue impresionante, no dando muestras de sentirse ahogado por cuestiones de la altura. Acá quedó claro uno de los duelos directos: Canobbio-Estupiñán. Muchas veces el uruguayo siguió prácticamente hasta su área al ecuatoriano y siempre lo hizo bien; cuando fue al revés, Estupiñán corrió de atrás a Canobbio y el del Athlético Paranaense puso el 1-0 en uno de los pocos ataques celestes.

Otro duelo directo fue el de Sergio Rochet con los atacantes ecuatorianos. Cuando le patearon de afuera, Enner Valencia en una y Ángelo Preciado en otra, Rochet estuvo impecable y mandó la pelota al córner con buenas estiradas. Sin embargo, cuando las pelotas fueron como centros, el arquero dejó la sensación de que pudo hacer algo más, sobre todo en la jugada del segundo gol ecuatoriano.

Después, los duelos directos fueron ecuatorianos en todos los sectores de la cancha. Los más determinantes estuvieron en el medio, donde ni Federico Valverde, Manuel Ugarte y Nico de la Cruz, salvo contadas ocasiones en el primer tiempo, lograron sobreponerse.

Los jugadores de Ecuador, tras el segundo gol de su equipo en el estadio Rodrigo Paz Delgado, en Quito.

Los jugadores de Ecuador, tras el segundo gol de su equipo en el estadio Rodrigo Paz Delgado, en Quito.

Foto: Rodrigo Buendía, AFP

2. Desconcentración

Fueron dos decisivas. La primera cuando se iba el primer tiempo y Uruguay tuvo que defender el último córner: era eso y se iba 1-0 al descanso, con todo lo que ello implica. Pero no: Matías Viña perdió la marca, Darwin Núñez -encargado de ir a la pelota- no estuvo atento del todo, y el grandote Torres ganó bien y puso el empate.

Pegó horrible ese gol, mucho más cuando al comienzo del segundo tiempo Nahitan Nández le hizo penal a Estupiñán. Diga que Valencia lo pateó horrible y afuera, si no la celeste empezaba 2-1 desde el vamos del complemento.

Casi diez minutos después Uruguay pagó caro una desconcentración en un lateral sobre la derecha de su defensa. El pibe Kendry Páez, que tiene 16 años pero jugó con aplomo, después de un dos contra uno tiró el centro para que Torres, zaguero que decidió quedarse en el área porque antes había habido otro centro, la encontrara tirándose con la pierna extendida. Fue 2-1 y, por cómo se veían las cosas, el partido se puso cuesta arriba cuando todavía faltaba media hora de juego.

Nada cambiaría el resultado. Faltaron ideas, seguramente por la falta de aire, y sin ideas Uruguay se quedó sin ofender. Allá sobre el final Ecuador se replegó cediendo pelota y espacio, una medida estratégica que siempre hace para cerrar los partidos de contragolpe y con el rival cansado. Ese retroceso le vino bien a la celeste, que por momentos tuvo chispazos. Fue sólo eso, una ilusión, porque las chances de poder empatar no aparecieron -se pidió penal en la última jugada, aunque Bielsa después dijo “no veo que el árbitro haya tenido influencia en el resultado”-, y todo quedó en victoria ecuatoriana.

Pervis Estupiñán, de Ecuador, y Nahitan Nández, de Uruguay, en el estadio Rodrigo Paz Delgado en Quito.

Pervis Estupiñán, de Ecuador, y Nahitan Nández, de Uruguay, en el estadio Rodrigo Paz Delgado en Quito.

Foto: Rodrigo Buendía, AFP

3. Allá adelante

Qué remedio. Así es la Eliminatoria y ahora hay que pensar en la doble fecha de octubre, esa que aparece compleja, primero con Uruguay visitando a Colombia (donde no podrá jugar Matías Viña, quien acumuló dos amarillas), y después recibiendo a Brasil en el Centenario.

Detalles

Estadio: Casa Blanca (Quito, Ecuador). Árbitros: Wilton Sampaio, Danilo Manis Simón y Rafael Alves (brasucas).

Ecuador (2): Hernán Galíndez; Roberth Arboleda (69’ Leandro Realpe), Félix Torres, William Pacho; Ángelo Preciado (83’ José Hurtado), Carlos Gruezo, Moisés Caicedo, Pervis Estupiñán; Kendry Páez (69’ Joao Ortíz), Jhojan Julio (69’ Ángel Mena) y Enner Valencia (90’ Kevin Rodríguez). Entrenador: Félix Sánchez.

Uruguay (1): Sergio Rochet; Nahitan Nández, Sebastián Cáceres, Matías Viña, Joaquín Piquerez (59’ Mathías Olivera); Federico Valverde, Manuel Ugarte y Nicolás de la Cruz (46’ Felipe Carballo), Agustín Canobbio (69’ Facu Pellistri), Maximiliano Araújo (69’ Facu Torres) y Darwin Núñez (46’ Cristian Olivera). Entrenador: Marcelo Bielsa.

Goles: 38’ Agustín Canobbio (U), de media vuelta; 45’(+5) Félix Torres (E), de cabeza; 61’ Félix Torres (E), otra vez pescando en el área.

Nota: 50’ Enner Valencia (E) tiro un penal a las chapas.